La mujer que se abocó a la artesanía tras cuidar 20 años a su padre postrado
Nancy Rojas confecciona diversos toda clase de artículos con pita, una planta ornamental que resiste heladas, sequías y vive en cualquier tipo de suelo. Hoy está complicada por un diagnóstico de cáncer.
Nancy Rojas Muñoz tiene 73 años y una fuerza interior que la hace admirable. Recuerda que hace tres décadas llegó desde Santiago donde vivía con sus dos hijos, para visitar a sus padres en Cartagena, sin pensar en que por los graves problemas de salud de su madre, no podría volver a la capital.
Después del fallecimiento de su progenitora, su padre, que padecía de Alzheimer, se agravó, y a ella le tocó asumir nuevamente la responsabilidad de sus cuidados a tiempo completo.
Solo después de 20 años, tras la triste partida de su progenitor, pudo decidir qué hacer con su vida. En ese periodo descubrió por casualidad en qué consistía la artesanía en pita o phormium, una planta ornamental que incluso había tenido en su casa, lo que la motivó a emprender a través de este oficio, desarrollando su talento para crear una diversidad de artículos, los que ofrece en ferias de artesanos especialmente de la comuna de Cartagena, tierra que nunca más quiso dejar.
Con cáncer
Actualmente, esta creadora que disfruta dándole forma a productos con sus propias manos, atraviesa un difícil momento. Le diagnosticaron cáncer al riñón y está a la espera de una pronta hora médica, sin embargo, su optimismo y ganas de seguir haciendo sus canastos siguen inalterables.
-¿Cómo fue la situación que la hizo radicarse en Cartagena?
-Siempre venía a ver a mis papás desde Santiago. La última vez que los vine a visitar, mi mamá sufrió un accidente vascular. Como yo era viuda mis hermanas me dijeron que me quedara cuidándola. Desde ese día ya no me fui más a Santiago. Me vine con lo puesto.
-¿Ha sido muy sacrificada su vida?
-Mucho y nadie lo creería. Soy viuda y estoy sola desde hace 30 años. Era muy poco lo que recibía de lo que a mi marido le quedó en la AFP. Cuando eso se acabó tuve que ponerme a trabajar en lo que fuera. Trabajé en cocina, haciendo aseo y después cuando mi mamá se enfermó tuve que venirme a cuidarla. Después mi papá se enfermó y estuve 20 años cuidándolo. Como tenía Alzheimer no podía dejarlo solo en ningún momento. Estuvo siete años postrado hasta que murió. Fue muy sacrificado ese tiempo, pero por lo menos uno se queda tranquila de todo lo que ha hecho.
-En el tiempo en que cuidaba a su papá, ¿qué hacía para distraerse?
-Cuando él estaba durmiendo o en la noche, yo me ponía a hacer cositas. Por ejemplo, adornaba espejos con conchitas que recogía de la playa, les hacía como un marco. También pegaba en cartón piedra conchitas y les ponía arena.
-¿Cuándo empezó a hacer artesanías?
-Desde cuando era cabra (ríe). Cuando era niña me ponía a hacer unos monitos de género, tejía a crochet, nunca me he quedado sin hacer algo. Ahora sigo haciendo cosas, tengo mi casa llena de adornos, colgantes, botellas forradas, todo con pita.
-¿Cómo aprendió a trabajar con la pita?
-Yo aprendí viendo a una persona. Estaba en la oficina de los discapacitados en San Antonio y ahí vi a una señora que estaba haciendo un canasto. Como no la conocía, la miraba nomás, pero no me atreví a hablarle. Cuando uno trabaja con pita quedan muchas hebras en el suelo, entonces recogí unas que a ella se le habían caído. Me puse a hacer un canastito con una aguja de coser lana y la llevé el día que tenía que volver a ir. Ella me dijo que me quedó mal y le respondí que no porque lo hice sin que me enseñaran. Ahora la superé, porque he ido a varias partes, hasta al Congreso y he salido hasta en el diario por mi trabajo.
-¿Cuándo comenzó a ver la artesanía como un emprendimiento?
-Llevo nueve años participando en ferias artesanales. Empecé en San Antonio porque al principio en Cartagena no me hicieron mucho caso. Ahora sí, porque en feria que tienen me invitan. He estado en Santo Domingo, Lo Abarca, en otra parte cerca de Melipilla y estuve un tiempo en la terraza de Cartagena. Donde me llamen trato de ir, porque no ando en vehículo y tengo que andar con mis cosas en bolsas y con una mochila, para arriba y para abajo.
-¿Tiene plantada la pita en su casa?
-No hace mucho en la plaza de Cartagena hicieron un evento donde personas mapuches trajeron plantas de pita y me llevé una. Yo tenía una desde hace varios años, pero no la he podido hacer crecer. Antes iba a buscar a la plaza de Costa Azul, pero ya quedan muy pocas, porque la gente las corta.
-¿Qué tipo de productos hace con pita?
- Lo que más hago son canastos, costureros, otros canastitos pequeños para poner con imanes en el refrigerador. Hago varias cositas. Me gusta hacer cosas que sirvan para la casa.
-¿Alguien más de su casa se dedica a lo mismo?
-Yo estoy sola acá. Tengo familia, pero en Santiago. Cuando me vine a cuidar a mis viejos me quedé acá y mi hija quedó allá.
-¿Qué otro tipo de manualidad confecciona?
-Hago reciclaje con los envases del detergente, los lavo, los pinto y le hago figuras para usarlos como maceteros colgantes. Siempre me ha gustado hacer cosas. Cuando era joven, confeccionaba bolsos con retazos de telas que me daba una señora que hacía buzos. A veces estaba hasta las tres de la mañana cosiendo. Una vez de la comuna de El Monte me mandaron a hacer unos bolsos grandes para el club deportivo de allá.
-¿Hay algo que le guste hacer aparte de la artesanía?
-Me gustan las cosas naturales. Tengo gallinas, árboles frutales con damascos, membrillos, chirimoyas, duraznos y un huertito. Ahora saqué cinco kilos de habas, para la pandemia coseché como cinco kilos de papas.
Requiere operación
La señora Nancy está con problemas de salud graves, por lo que requiere de manera urgente someterse a una intervención quirúrgica. Según sus palabras, lleva harto tiempo esperando una hora para operarse lo antes posible. La fe en que todo se va a solucionar la tiene de pie y con ganas de seguir adelante en este complicado momento de su vida.
-¿Cómo sigue de su problema de salud?
-Ahora me vinieron todos los achaques. Me sacaron un riñón y ahora tengo cáncer en el otro. Tendría que haberme operado hace tiempo, pero tengo que esperar a que me den hora. Fui hace unos días al consultorio a pedir hora. No me controlaron nunca. Ahora me hicieron un examen y encontraron que yo tengo un carcinoma en el otro riñón. El médico oncólogo en Santiago me dijo que van a tener que sacar una parte, porque no me puedo quedar sin riñón.
-¿Ha seguido haciendo artesanía en los últimos meses?
-Sí, porque me gusta ir a la feria. A veces no vendo, porque mis productos no son tan baratos. Entonces hago cositas más que nada para entretenerme. Además de las cositas de pita, hago bolsas para el pan y unas lauchitas con cáscaras de nueces que a la gente le gustan. También he forrado botellas con hojas de eucaliptus. Lo último que hice son unas máscaras de cemento que mi nieta pintó y una base para poner la tetera o el hervidor, la que decoré con pedazos de cerámica que mi hijo corta.
-Ojalá salga luego la fecha para su operación...
-Sí, espero que sea luego, pero igual ando bien, yo no me achaco, porque todo lo que hago me encanta. Ahora estoy haciendo unos aros de pita con forma de una palomita. Cuando estoy en la feria artesanal, aunque no venda, me alegra que la gente se acerque a ver lo que hago. Me gusta que miren mis cositas.
"Como yo era viuda mis hermanas me dijeron que me quedara cuidándola (a su mamá). Desde ese día ya no me fui más a Santiago. Me vine con lo puesto",
Nancy Rojas
"Como (mi papá) tenía Alzheimer no podía dejarlo solo en ningún momento. Estuvo siete años postrado hasta que murió. Fue muy sacrificado ese tiempo, pero por lo menos uno se queda tranquila de todo lo que ha hecho".