San Antonio se detuvo para despedir a querido dirigente con emotivo funeral
Como antaño, Manuel Vergara fue llevado al cementerio en una carroza tirada por sus propios compañeros del club Estrella de Chile y a su paso por las calles recibió el cariño de la gente.
Multitudinario, emotivo y popular fue el funeral de Manuel Vergara Arteaga, más conocido como el "Caeza de Olla", quien falleció el domingo víctima de un infarto fulminante, mientras se encontraba en su casa del cerro Bellavista.
Hombre ligado al rubro del transporte, "Don Manolo" destacó como goleador insigne del club Estrella de Chile, donde además fue dirigente por más de 30 años y, como era de esperar, los "Diablos Rojos" del Barrio Chino se derramaron en el cariño y la emoción de sus hinchas para despedir a uno de los suyos.
Tras copar las calles del centro de San Antonio para el oficio religioso que se realizó en la Parroquia San Antonio de Padua de Centenario, el cortejo con tracción humana, a la usanza antigua de este pueblo, enfiló rumbo al puente Arévalo y de ahí subió por San Antonio de Las Bodegas hasta la casa de Manuel Vergara, que desde hace algunos años estaba ubicada a pocos metros del estadio Ramón Alarcón de Estrella de Chile.
Un millar de personas participó del funeral y llegó a la cancha de Estrella de Chile donde el "Caeza de Olla", recibió todo el cariño de su familia, de sus compañeros del fútbol, de los vecinos del barrio, de toda su gente.
Conmoción
Jorge Alarcón, comerciante y dirigente del club Estrella de Chile, dijo ahí mismo al borde de la cancha, que "desde que nos enteramos de la muerte de Manuel ha habido como una conmoción por reconocer a "Manolo", o el "Caeza de Olla", como le decíamos porque era una persona que se entregó ciento por ciento a su familia, a la gente y a su club que quiso tanto. Un hombre que toda su vida estuvo dedicado al deporte, nunca con artimañas, siempre con nobleza y eso lo practicó en todas las esferas de su vida, por eso hoy día vemos lo que estamos viendo".
"Era un hombre bueno, que nunca actuó con maldad y solamente tenía la vocación y el afán de superarse, de ayudar a superar al club. Muchas veces nos llevaba en su camión a jugar a las canchas y en eso perdía todo el día, pero se notaba que lo hacía con mucho cariño, entregado por completo y ayudando siempre a que el club progresara y hacía lo mismo con la gente que trabajaba con él. Todo esto que estoy diciendo ahora se nota en este cariño tan lindo que le está brindando la gente que lo conocía", dijo el dirigente a la hora que el llanto de las bocinas de los camiones advertía el tránsito lento del cortejo por las antiguas calles del cerro Bellavista, rumbo a la cancha y a la última morada de Manuel Vergara.
Emotiva despedida
Faltaban minutos para las 17 horas cuando el féretro de Manuel Vergara se detuvo en su casa de la calle San Antonio de Las Bodegas, muy cerca del estadio, donde una multitud esperaba el cortejo para despedir al dirigente, al padre, al jefe, al abuelo, al amigo, al vecino, al goleador incansable que abrazado por el cariño de los suyos se despidió como un grande.
Ahí se escuchó el grito de Estrella de Chile y se estremecieron los corazones antes de la entrada a la cancha, donde familias completas llegaron a despedir al "Caeza de Olla".
"Lo vi llorar cuando nos dieron los recursos en el Gobierno Regional para hacer el cierre perimetral y poner aquí la cancha de pasto sintético. Porque él mismo con mi padre y otros dirigentes compraron estos terrenos hace 20 o 30 años, cuando nadie pensaba que este iba a convertirse en un sector tan central con un estadio tan importante para nuestro club, pero importante también para toda la gente de San Antonio. Manuel es parte de este logro, porque él luchó para que nuestro club tuviera lo que ahora tiene", dijo Jorge Alarcón, también envuelto por la emoción de despedir a una verdadera leyenda del club Estrella de Chile.
Los fuegos artificiales estallaron en el cielo de primavera, allá arriba lejos en el cerro Bellavista, mientras una bandada de camisetas rojas ingresó tirando el féretro hasta el círculo central de la cancha, donde el himno del club se cantó con un nudo en la garganta, lágrimas en los ojos y una emoción muy linda que abrazó el ambiente.
Las palabras de Abraham Toro, "Ferrilo", para su amigo Manuel, soltaron lágrimas y carcajadas justo antes que el grito de guerra de Estrella de Chile despidiera…
No. En realidad no fue una despedida, porque los hombres grandes por sus logros y nobleza como Manuel Vergara Arteaga, el "Caeza de Olla", no mueren, se convierten en leyendas.
Así San Antonio despidió a un hombre, para que pudiera nacer una leyenda.