El dibujante técnico que en pandemia se convirtió en un talentoso artesano de la madera
Guillermo Villarroel elabora con sus propias manos instrumentos musicales y juegos de mesa tradicionales, como dominó, ludo, ábacos, además de paletas de playa, entre muchos otros artículos que tienen su sello.
El trabajo en obras de construcción quedó en el pasado para Guillermo Villarroel, dibujante técnico de profesión, quien se radicó muy cerca de la playa, en San Sebastián, hace poco menos de una década, buscando superar una crisis económica que enfrentó cuando vivía en Santiago.
En medio de la naturaleza y el aire puro del Litoral Central, pudo retomar la tranquilidad y decidió empezar de cero. Para eso pensó en retomar los trabajos que ya antes había hecho en madera, pero ahora no como un pasatiempo, sino que como una alternativa para tener una fuente de ingresos.
Así nació su emprendimiento (@d_madera_taller en Instagram y +569 56662548 en Whatsapp). Hoy elabora juegos didácticos, accesorios e incluso instrumentos musicales de percusión, todo hecho por sus propias manos.
"Voy a cumplir siete años acá en San Sebastián, pero hace como 20 que veníamos porque mis papás viven acá hace 27 años y pasábamos prácticamente aquí. Surgieron unos problemas financieros en Santiago, cuando empezó a declinar mi trabajo y nosotros tomamos la decisión de venirnos por nuestros niños, que salieran un poco de lo contaminado en todo sentido que estaba Santiago", cuenta este también músico que en la capital formó parte de algunas bandas de rock.
-¿Cómo fue el cambio para tu familia?
-Fue un cambio de vida importante. Nos vinimos y nos empezamos a arraigar más al ambiente, la naturaleza y con los familiares. Cuando llegamos trabajé en construcción, como eléctrico hasta que ya me empecé a armar y me hice como una especie de subcontrato nuevamente acá. Paralelo a eso, estuve haciendo mis cositas, mi artesanía, promoviendo mi emprendimiento con ventas online a pedido. Después tuve problemas con unas constructoras que me dejaron de pagar mucho dinero y como soy independiente, autofinanciado, eso generó que me fuera a pique. Ahí tomé la decisión de dejar de trabajar en ese rubro por salud mental y me puse a trabajar a full en el emprendimiento.
-¿Has pensado en volver a Santiago?
-Me quiero quedar acá porque estoy muy feliz con mi vida, creo que le ha hecho muy bien a mi familia en general y a mis hijos en el tema de salud. Mis tres hijos, Javier (19), Agustín (11) y Emilia (5), son asmáticos. En Santiago era un problema porque se enfermaban tres veces al año con bronquitis y gastaba un dineral en remedios. Acá, solo con vivir muy cerca del mar, tengo aire puro y en lo que es salud han mejorado un ciento por ciento. El ambiente y la tranquilidad es algo impagable.
-¿A qué te dedicabas antes de partir con tu emprendimiento?
-Cuando empezó la pandemia trabajaba como subcontratista eléctrico en construcción y poco a poco fue decayendo ese negocio para mí, hasta el punto en que terminé en quiebra con muchos problemas financieros y también sicológicos.
-¿Cómo surge la idea de dedicarte a la artesanía en madera?
-Nació la necesidad de hacer algo distinto y trabajar de otra forma. Antes de eso siempre estuve muy ligado al tema de la madera, a los instrumentos musicales porque soy músico también, entonces siempre estuve con la idea de fabricar instrumentos de percusión, reparar instrumentos de cuerda, etcétera.
-¿Pudiste vender durante la pandemia?
-El primer año fue difícil, pero después la gente se fue acostumbrando. A pesar de que hubo muchas restricciones, me ayudó a repuntar, a hacerme un pequeño nombre en la zona. A veces hubo una semana en que no vendía, pero había otros días en que era mejor. No eran montos grandes los que se recaudaban. Yo siempre he pensado positivo. Desde cero para arriba es bueno, porque es algo que no tenía.
-¿Cómo partiste con tus creaciones?
-Fui aprendiendo a hacer estas cositas con el tiempo, hasta que necesité salir a la calle a reinventarme y me puse a trabajar la madera. Empecé con algunas cosas pequeñitas como llaveros, portavasos y aros, hasta que pasé a hacer cosas más grandes como instrumentos musicales como cajón de percusión, entre otras cosas.
-¿Qué tipo de juguetes didácticos elaboras?
-Los juguetes didácticos surgen por una necesidad de una alternativa a los juguetes que existen ahora. Hay muchos de plástico, con un montón de luces que en vez de entretener a los niños los sobreestimula. Entonces como tengo algunos conocimientos de sicopedagogía que he adquirido a través de mi pareja que es psicopedagoga, empezamos a darle esta visión a las cosas que yo hago. Tengo juegos gato, ludo, ábaco, dominó con figuras, con números y tradicional. Esas cosas las hemos ido probando en nuestros hijos y en otros niños de nuestra familia y funcionan súper bien, porque los sacan de la tecnología.
SIGUE LA MÚSICA
Este hombre de 42 años destaca que su pasado como músico no es sólo un recuerdo, ya que es algo que sigue siendo parte de su vida.
"Empecé muy chico en la música, siempre amateur, autodidacta, nunca tuve estudios. En Santiago tenía bandas, iba a tocatas, a recitales y me movía en ese contexto. Siempre me ha gustado todo tipo de música, el arte en general y tratar de ir creando instrumentos, jugando con los sonidos y enseñar", confiesa.
-¿Cómo aprendiste a tocar instrumentos?
- Yo aprendí música solo, empecé a escuchar las canciones que se escuchaban en la casa que era rock, grupos de los 70, finales de los 80, entonces me empecé a criar con toda la música que se escuchaba en ese tiempo. De a poco me fui juntando con amigos y personas que tocaban. Me regalaron mi primera guitarra a los 15 años, después me compré una guitarra eléctrica cuando salí del colegio y cada vez fui compartiendo más con otros músicos.
-¿Quién te enseñó a hacer instrumentos?
-Al tener ese aprendizaje de todas esas personas, empecé a ver el tema de la lutería, de la reparación de instrumentos musicales. Lo que es música y arte lo he hecho de manera autodidacta y eso me ha beneficiado mucho. Estoy haciendo ahora una línea de instrumentos de percusión como cajones peruanos, laptop cajón, sonajeros, entre otros.
¿Dejaste la música de manera permanente?
-La música es como andar en bicicleta, nunca se te va a olvidar. Puedes perder práctica, pero siempre está el bichito ahí. Actualmente estoy participando en una obra de teatro con títeres, con un colega de la zona de Lo Zárate, que es para niños y la vamos a musicalizar. Ahí estoy aportando con mi conocimiento que es súper autodidacta y que se basa más que nada en la experiencia.
-¿Participas en ferias de emprendedores?
-Yo estoy en la agrupación "Hecho en Cartagena", donde pongo todas mis energías para estar en ferias y en la toma de decisiones porque soy parte de la directiva. La Municipalidad de Cartagena siempre me ha invitado a sus ferias, entonces ahí empecé a conocer a otros emprendedores con las mismas inquietudes de tener algo más formal. Ahora estamos en el proceso de posicionamiento de nuestra agrupación.
-¿Qué meta tienes pendiente por lograr?
- Yo creo que uno tiene que dejar algún legado cuando pasa por este mundo y a mí me interesaría poder consolidar mi emprendimiento, y crecer como persona y poder entregarle un buen mensaje a mis hijos y a todas las personas que me rodean.