La artesana que crea productos reciclados en honor a sus padres que fueron cartoneros
Jessica Araya Catrín cuenta con orgullo que en su niñez acompañaba a sus progenitores en las jornadas de recolección de cartones y otros artículos que después vendían para ganarse el sustento para la familia.
El sacrificio y las ganas de superarse son parte de la vida de Jessica Araya Catrín, madre de dos niños, de 11 y 1 año, que actualmente se dedica a la artesanía de figuras y productos confeccionados con materiales reciclados como papel, botellas de vidrio y cartón.
En sus recuerdos de infancia afloran las jornadas buscando estos mismos elementos que hoy utiliza para crear los artículos que ofrece en su emprendimiento (@zomo_newen_1988), cuando acompañaba a sus padres en su oficio como cartoneros, algo que cuenta con nostalgia, orgullo y emoción.
La muerte de su madre en un accidente de tránsito es el momento más difícil que ha debido enfrentar y, como consecuencia de este dramático hecho, llegó a vivir a Cartagena, para continuar con más fuerza pensando en el bienestar de su familia.
-¿Por qué quisiste radicarte en la provincia de San Antonio?
-Mi sueño siempre fue tener una casita en Cartagena. El Señor me abrió los pasos y aquí estoy. Hay gente que no habla bien de esta playa, pero yo no lo veo así. Compramos aquí (en el sector La Capellanía) cuando falleció mi mamá. A ella la atropellaron en un accidente de trayecto al trabajo. Nos indemnizaron y con eso compré un taxi, pero con las aplicaciones empezó a bajar lo que recibía. Busqué en qué invertir y compré el terreno. Aquí es un sector rural y aún no hay alcantarillado ni agua potable, solo electricidad, pero el terreno es comprado legalmente.
-¿En qué circunstancia fue el accidente de tu madre?
-Ella estaba trabajando en una universidad haciendo aseo en las oficinas. Le tocó el turno de tarde y cuando regresaba a la casa, se bajó de la van y en ese lugar hay una ciclovía que tiene piedras. Al bajarse se resbaló, cayó y quedó aturdida. Desde lejos le avisaron al chofer que algo había pasado, retrocedió y la aplastó. Después avanzó y la volvió a atropellar. Un abogado nos ayudó y ganamos el juicio.
Artesanías
Figuras que simbolizan a mujeres africanas, maceteros para suculentas y frascos decorados para guardar joyas son algunos de los artículos que elabora manualmente con materiales que reutiliza para darles un nuevo uso.
-¿Cuándo empezaste a hacer manualidades?
-Cuando era pequeña porque siempre me ha gustado hacer manualidades. Me gustaba hacer pergaminos. Usaba papel de diario o diamante, les escribía poemas o salmos de la Biblia y los quemaba por la orilla. También hacía cajitas de cartón, compraba dulces para ponerles adentro y las regalaba.
¿Cómo surgió la idea del emprendimiento?
-Antes hacía maceteros de yeso para vender para las suculentas o plantitas más grandes. Además, hago portaservilletas y Nova, que es lo primero que vendí porque me pidieron cuando los vieron en mi casa. La gente le encontró a valor a mis manualidades y así empecé con mi emprendimiento.
-¿Siempre has utilizado materiales reciclados?
-Sí, hago más productos con material reciclado porque mis papás en el año 94, cuando hubo una crisis económica en el país, empezaron a "cartonear". Ahí me familiaricé con el tema de la reutilización, ya sea con ropa o cosas de casa. Cuando yo era chica veía que mis papás recogían latas, vidrios, cartón y papel y eso era plata. Mis papás lo recolectaban y con eso nos alimentaban, por eso le tomé un valor sentimental al reciclaje.
-Hay cosas que son basura para algunos y para otros algo muy útil...
-Mi casa está 50% arreglada con material comprado y el otro 50% con cosas que he reciclado como ventanas y puertas. Mi papá era maestro carpintero y me enseñó a trabajar con herramientas. A veces veo en la calle una ventana que alguien botó, me devuelvo y me la llevo. A penas la miro pienso, si le paso una lija y la pinto, va a quedar hermosa.
-¿Esto de alguna forma lo haces en homenaje a tus padres?
-Sí, al trabajar con el material reciclado me emociono porque cuando hago las esculturas o preparo el papel que voy a usar, siento que me conecto con mi mamá que se me fue en el 2012. Recuerdo toda esa infancia linda que tuve porque igual fui cartonera, me tuve que meter en la basura a buscar botellas de perfume que fueran bonitas para venderlas. Tuve necesidades, pero siempre estuve con mis papás, nunca me dejaron encargada.
-¿Es muy sacrificado el oficio de cartonero?
-Es sacrificado y a la vez emotivo porque estás con tu familia. Lo malo es que a veces uno se siente menospreciado porque la gente te mira mal o simplemente te ignoran. Es algo mal visto. Cuando era chica a mí me molestaban mucho, me decían 'basurita', muchas cosas feas, pero igual sentía que no era eso, pero eso queda como vivencias. Para mí es algo digno, me alimenté de eso. No comía de la basura, pero sí de lo que vendíamos.
-¿Tu papá sigue dedicado a lo mismo?
-No, él se retiró y ahora trabaja en la construcción. Era muy cansador porque vivía en Peñalolén alto y ellos iban a cachurear a La Reina, Príncipe de Gales y andaban en triciclo. En la noche llegaba con las piernas acalambradas. A mí me tocaba hacer de enfermera y masajista, porque tenía que masajearle las piernas para que se le pasaran los calambres. Un día a escondidas vendí el triciclo de mi papá.
-¿Cómo ven tus cercanos tu trabajo?
-A veces me dicen que soy desordenada porque trabajo con material reciclado, pero cuando ven en lo que se transforma ese material, se quedan calladitos. Cuando uno se ha dedicado a esto no se quita más. Me pasa cuando voy caminado, veo un montón de cartón y pienso ¿y si vuelvo a cartonear? Me lo he planteado muchas veces, pero me retiene pensar en los niños. No me daría vergüenza, porque a mi me enseñaron que vergüenza hay que tener para robar y mentir.
-¿Cuál es la materia prima que más usas para trabajar?
-Para hacer las africanas (figuras de mujer) uso botellas, diario, cartón y conos de confort para hacer algunos detallitos como el tambor. También ocupo tela de ropa en desuso. Le pongo cola fría para que endurezca el género. Antes hacía esto por pasatiempo, pero al final los mismos cercanos llevan a que uno venda lo que hace.
-¿Dónde buscas el material?
-El proveedor del cartón es un local que está en la plaza de Cartagena. Ellos botan el cartón en un carrito de supermercado y yo saco los más duros. Para los vidrios recojo botellas de vino, champán o ron y frasquitos de colados. El papel lo pido en el punto de reciclaje y en condominios, porque también tienen reciclaje.
-¿Participas en ferias de artesanos?
-Sí. La municipalidad una vez hizo un llamado a emprendedores y me presenté. Les mostré las cositas que hago y así me empezaron a llamar para instalarme en la plaza de Cartagena. Después se formó la agrupación "Hecho en Cartagena" y ha sido muy bueno porque entre todos nos apoyamos. También tratamos de no hacer lo mismo que los otros para que haya opciones para vender. Todos trabajamos algo diferente.
-¿Qué se puede encontrar en su puesto?
-Llevo mis maceteros y toda la artesanía que tengo. Los frasquitos de vidrio de los colados los decoro con porcelana fría con diseños dependiendo de la ocasión, los pinto y los relleno con caramelos. También trabajo con botellitas de aceite de oliva, las lavo, las desinfecto con cloro y las decoro para que los puedan usar. Así se evita usar tantos envases de plástico.
-¿Cómo lo haces con tus hijos cuando vas a las ferias?
-Igual como lo hacían conmigo, a mis hijos no los dejo con nadie. Vamos juntos a las ferias de emprendedores, incluso con mi bebé que tiene 1 año y un mes.
-¿Cómo te va con las ventas?
-Es lento, pero vendo algunas cositas y con eso puedo llevar el sustento a mi casa. No es que sea conformista, pero cuando hay crisis económica todo es bienvenido. A algunas personas incluso les doy consejos para que puedan hacer cosas con material reciclado, sin que me compren.
-¿Qué sueño quisieras cumplir?
-Que mi casita pudiera tener agua potable y alcantarillado, porque compro el agua y tengo fosa. El agua me cuesta 10 mil pesos los mil litros. Cuando ando por ahí y veo los camiones botando el agua me duele el corazón, porque ellos la botan y yo la cuido. Mi meta es poder juntar plata para poder postular a una casita digna.
"Mi sueño siempre fue tener una casita en Cartagena. El Señor me abrió los pasos y aquí estoy. Hay gente que no habla bien de esta playa, pero yo no lo veo así",
Jessica Araya
"Compramos aquí (en La Capellanía de Cartagena) cuando falleció mi mamá. A ella la atropellaron en un accidente de trayecto al trabajo. Nos indemnizaron y con eso compré un taxi, pero con las aplicaciones empezó a bajar lo que recibía",
Jessica Araya