La estudiante sanantonina que con 16 años se luce en las grandes ligas del básquetbol
Catalina Soto Catalán pasó a cuarto medio en el Instituto Bicentenario José Miguel Carrera y, a su corta edad, ha sido seleccionada local, regional y nacional del deporte que la apasiona.
Catalina Soto Catalán tiene 16 años y junto a Giovanna, su hermana melliza, participa desde pequeña en el grupo scout Alborada, al que también pertenecen sus padres. Esta sobresaliente alumna del Instituto Bicentenario José Miguel Carrera, que pasó a cuarto medio con promedio 6.7, recuerda que la motivación por el deporte las llevó a practicar varias disciplinas antes de llegar al básquetbol.
Juntas partieron en el club San Luis de Barrancas, donde asegura que aprendió mucho de lo que sabe en torno a la "naranjita", como ella llama a la pelota, lo que le ha permitido destacarse incluso en campeonatos en los que se ha enfrentado a experimentadas basquetbolistas de ligas extranjeras.
Esta adolescente llolleína -vive en plena la avenida Chile- que mide 1,78 metros, de voz suave, que se caracteriza por su sencillez y responsabilidad, logró el primero de sus sueños al ser convocada a la selección chilena de básquetbol en 2020, experiencia que le abrió puertas en el ámbito deportivo, ya que le permitió integrar la selección de la Asociación Femenina de Básquetbol de Valparaíso, que el mes pasado se proclamó campeón en el Nacional Sub 17 que se realizó en Antofagasta.
"Cuando chicas, con mi hermana siempre buscamos un deporte para practicar. Pasamos por muchos antes de llegar al básquet. Una señora del club Llolleo nos habló de una escuela de verano y después nos fuimos a otro club para probar suerte porque mi hermana siempre había querido jugar básquetbol. Fuimos a la escuela de verano y nos quedamos jugando en San Luis donde el profe Ariel Huala me enseñó todo, me ayudó mucho y fui seleccionada de San Antonio.
-¿Te gustó altiro este deporte?
-Sí, pero al principio tenía miedo, era tímida y me ponía muy nerviosa. Eso es algo que hasta ahora me pasa, tengo que ir peleando con los nervios, pero con la experiencia se pueden dejar atrás y cuando empiezas a disfrutar te da lo mismo los nervios porque es parte del deporte.
-¿Has hecho amigos en este tiempo?
-Sí, de todo Chile, porque haber estado en la selección chilena me ayudó a conocer niñas de todo el país, desde Chiloé hasta Antofagasta. Es muy bonito el ambiente del deporte.
-¿Cómo llegaste a ser seleccionada nacional?
-Cuando era chica hubo unas pruebas sub 14 en el Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) en Santiago y ahí me llamaron a una concentración, pero andaba fuera del país. Después en el 2020 contactaron a mi papá y le dijeron que la selección estaba haciendo entrenamientos online y luego con mi hermana entramos a una preselección. Ahí entrenábamos todos los días. En mayo de 2021 fui por primera vez a una concentración, era un grupo de 20 niñas, de las que 12 iban a quedar en la selección. Era mi primera experiencia del básquet fuera de San Antonio. Ahí llevaron a 12 niñas a una gira a Estados Unidos a jugar partidos para preparar el premundial. Cuando volvieron, llamaron a tres niñas de las que habían citado antes y entre esas quedé yo.
-¿Cómo fue el proceso previo al premundial?
-Nos pidieron que nos fuéramos un mes a Santiago y teníamos que vivir allá bajo nuestros propios medios. Había una niña de Punta Arenas y otras de Chiloé que tenían que ver cómo vivir en Santiago mientras entrenábamos con la selección. Yo, gracias a mis papás, pude ir y me quedé con unos apoderados y tres niñas en un departamento. Ahí entrenábamos doble turno todos los días durante el mes, y tres días antes del premundial hicieron el corte de las 12 niñas que iban a quedar y me eligieron. Fue muy triste que sacaran a tres.
-¿Qué pensaste cuando te vestiste con la indumentaria de la Roja?
-Fue como que me pasaban la ropa que decía Chile y yo no entendía nada, nunca pensé que me iban a llamar. Eso me abrió hartas puertas, como llegar a mi club actual en Valparaíso, el Sportiva Italiana, con el que este año salimos bicampeonas en el equipo adulto. Además, con la selección de la región de Valparaíso conseguimos el tercer lugar en los Juegos Binacionales. Toda esa experiencia me ayudó muchísimo para tomar confianza, aprender mucho y estar donde estoy ahora.
-¿Tu familia te ha apoyado en tu carrera deportiva?
-Sin mis papás y mi familia no podría haber hecho nada. Encuentro que es muy importante que los papás apoyen siempre a los niños en el deporte porque es muy distinto ir a un partido y ver a tus papás sentados en la galería a ir a un partido y estar solo. Yo nunca he estado sola a menos que sea un partido en otro país o en una ciudad muy lejos, pero mis papás siempre que han podido han intentado viajar conmigo. Saber que tienes ese apoyo te motiva mucho más.
-¿Sigues entrenando junto con tu hermana?
-Sí, con la Giovi siempre hemos compartido el básquet y es súper entretenido porque de repente nos amurramos en los entrenamientos. Después una le dice a la otra, esto lo hiciste mal o lo puedes hacer mejor.
-¿Qué otros deportes practicaste antes?
-Taekwondo, fútbol y vóleibol que me lo empezaron a pasar en el colegio. También estuve en ballet y danza en un estudio de baile. Pero en el básquetbol encontré lo que a mí me gusta.
-¿Cómo lo haces con el colegio?
-He tenido algunos problemas con la asistencia porque obviamente no puedo ir cuando he estado en campeonatos o entrenamiento. Casi quedo repitiendo, aunque estoy saliendo con promedio 6,7. Incluso me dijeron que no puedo faltar la última semana que nos queda de clases para completar la asistencia.
-¿Te cuesta encontrar ropa por tu estatura?
-Sí, aparte como soy flaquita, si necesito un pantalón que me quede largo, me queda grande de arriba, entonces a veces me cuesta encontrar cosas, es medio complicado. Los pantalones me quedan casi siempre cortos.
-¿Te cuidas con la alimentación?
-Sí, aunque siempre el tema de la alimentación lo he visto yo, pero intento cuidarme lo más posible. Con el tiempo aprendí que si como mal y tengo un entrenamiento muy exigente a los cinco minutos voy a estar reventada y con náuseas. Lo tuve que aprender por las malas para darme cuenta. Igual cuesta mucho cuidar tu alimentación teniendo tantas cosas ricas, pero hay que esforzarse un poquito.
A méxico
Con solo 15 años Catalina viajó fuera de Chile para participar junto a la selección nacional del premundial que tuvo lugar en Guanajuato, México.
"Era la primera vez que salía del país sin mis papás porque iba con el equipo y tres adultos. Ahí se ve la responsabilidad que debes tener. Si no dormía bien o no comía bien era mi culpa. Fue un tremendo salto pasar de jugar en la liga Asobasa (Asociación de Básquetbol de San Antonio) a jugar un premundial de Fiba (Federación Internacional de Básquetbol) y más encima en pandemia, donde me hacían test de PCR todos los días, relata sobre aquella inolvidable experiencia", afirma.
-¿Qué sentiste al competir con jugadoras de nivel internacional?
-Todas las niñas eran muy gigantes. Yo era la más alta de mi equipo con 1,78 pero era la más baja entre las más altas del otro equipo. Había una brasileña que medía 2,05 metros, las estadounidenses medían todas de 1,85 para arriba.
-Aparte del deporte, ¿qué te gusta hacer en tus ratos libres?
-De toda la vida he sido scout, pero ahora por el básquetbol lo he estado descuidando un poco porque tengo partidos los sábados y tenía entrenamientos todos los días. Ahora disfruto estando en mi casa, no como antes que a veces me aburría. Ahora prefiero estar escuchando música en vez de salir.
-¿Crees que falta apoyo a los deportistas locales?
-Si San Antonio quiere destacar en el deporte no puede esperar que los deportistas saquen plata de su bolsillo para poder avanzar. También falta habilitar espacios públicos, porque hay muchos niños que quieren jugar fútbol o hacer deportes después de una pandemia que los tuvo casi dos años encerrados. Pero hay canchas que ni siquiera tienen arcos.
-Pasaste a cuarto medio, ¿qué te gustaría estudiar?
-Desde chiquitita decidí que quiero estudiar Derecho, así es que ni no es eso, no sé qué voy a hacer (ríe). Desde que tenía siete años dije que quería ser abogada. El próximo año va a ser súper complicado en los estudios, por el básquet porque voy a tener que dar la Paes (Prueba de Acceso a la Educación Superior) y tengo que seguir entrenando, porque me hace feliz jugar. Espero poder optar a alguna beca deportiva o a un ingreso especial, si puedo hacerlo por algo que me gusta hacer mucho mejor. Tengo que organizarme como todo deportista que va a salir de cuarto medio.
"Fue como que me pasaban la ropa que decía Chile y yo no entendía nada, nunca pensé que me iban a llamar (a la selección nacional)",
Catalina Soto
"Sin mis papás y mi familia no podría haber hecho nada. Encuentro que es muy importante que los papás apoyen siempre a los niños en el deporte",
Catalina Soto