La abogada que dejó las leyes para dedicarse al arte y la cultura
Verónica Cristallini se fascinó por la pintura cuando estaba en la universidad, sin embargo, se decidió a seguir su verdadera vocación mientras vivía con su familia en México.
Verónica Cristallini Silva recuerda que mientras estudiaba Derecho en la Universidad Católica de Valparaíso se acercó a la pintura a través de un taller que tuvo que tomar, lo disfrutó y quedó tan entusiasmada que cuando tuvo la oportunidad no dudó en hacerle caso a su verdadera vocación.
La abogada sanantonina, exalumna del liceo Santa Teresita de Llolleo, fue más allá y no sólo se capacitó con un taller, sino que estudió Arte, lo que le permitió abrirse paso en este ámbito en México, donde vivía con su familia. De regreso en Chile, se convirtió en directora general de la Casa de la Cultura de Santo Domingo, desde donde ha impulsado una importante gestión para acercar el arte a la comunidad sin excluir a los vecinos del sector rural de la comuna parque.
-¿Cómo descubriste tu vocación por el arte?
-Soy nacida y criada en San Antonio, estudié en el liceo Santa Teresita y luego me fui a estudiar Derecho a la Universidad Católica de Valparaíso. Una vez estando allá me di cuenta de que me gustaba mucho el arte y la pintura. Incluso tenía varias amigas pintoras. Para la malla curricular había que tomar cursos paralelos a Cultura Religiosa, que era obligatoria, y yo me fui a la Facultad de Arquitectura y me inscribí en todos los cursos de arte como plástica contemporánea, taller de América y Arte Moderno.
-¿En qué momento te decides a estudiar Arte?
-Posteriormente me casé, tuve dos hijas con 15 años de diferencia y por el trabajo de mi marido me tuve que ir de Chile. Estuvimos más de 20 años afuera. Entonces se me abrió la posibilidad de estudiar Arte. Empecé con un taller de una muy buena profesora, Dulce María Miramontes, que me ayudó a experimentar con diferentes técnicas y de allí me fui a estudiar a la universidad Arte y me desarrollé en México, Puerto Rico, estuvimos algunos meses en España y después volvimos a México.
-¿Qué sentiste al llegar a México?
-Esa explosión de colores que llegó a mi vida me despertó más la inquietud de querer trabajar en arte.
-¿Pudiste dedicarte a la pintura?
-En realidad en esos más de 20 años fuera de Chile me dediqué por completo a la pintura. En el 2006 fui llamada por el consulado de Chile como una de las artistas chilenas destacadas en México a exponer en el consulado y de hecho aún tienen ahí una obra en óleo mía. Participé en un montón de exposiciones individuales y realmente allá es donde desarrollé mi carrera pictórica.
-¿Ha variado tu estilo en la pintura desde que comenzaste?
-Cada pintura que observas puede que te guste o no, puede que encuentres que es muy sencilla o que sea muy compleja cuando el pintor tiene mucho que expresar, porque recarga las obras. En un momento determinado mi pintura era así, porque tenía tantas ansias de expresar. Pero después vas trabajando la intensidad.
-¿Qué hiciste al regresar a Chile?
- Yo quería exponer lo que había hecho, entonces había traído preparada una serie y seguí pintando acá cuando regresé en agosto de 2017. Presenté una serie que le puse por nombre "Kaltsa", que significa regreso a casa en nahuatl (lengua originaria de México), porque quise unir mi experiencia en México con el regreso a mi tierra. Presenté mi curriculum partiendo de cero en la Casa de la Cultura de la Agrupación de Santo Domingo que me abrió inmediatamente las puertas e hice mi primera exposición individual acá.
-¿Por qué quisiste volver a la provincia de San Antonio?
-Pensé en volver a mi provincia para poder mostrar lo que yo hacía porque acá nadie conocía mi faceta y poder llevar la cultura a la gente. En México aprendí un montón de técnicas que acá no se utilizan como la cultura integrativa, colaborativa y creo que es muy importante para el desarrollo social, personal y la salud mental, las distintas formas de expresión. Además de eso, creo que hace superar divisiones que ahora en este país son tan marcadas.
-¿Cuándo eras niña también te gustaba dibujar?
-En mi casa cuando éramos chicos nos obligaba los sábados y domingos a escuchar la música clásica, a oír ópera, zarzuela y ese tipo de cosas. Mi mamá por otro lado es como bien artista, aunque ella no lo crea, porque nos hacía ver el cielo y nos decía que no era azul, que tenía diferentes tonalidades, rosas, morados, turquesas y unos azules maravillosos. Cuando uno iba al colegio y pintaba el paisaje, yo colocaba todos los colores que ella me hacía observar. Las montañas no eran café, eran burdeo, verde, amarillas, mostaza y todo eso.
-¿Alguna de tus hijas heredó tus habilidades artísticas?
-A mi hija mayor desde los tres años la llevé a talleres artísticos, de teatro, le leía poesía. Es fundamental leerles libros a los niños, partí con los cuentos, después los libros de Papelucho. Siempre pienso que la educación tiene que ser integral. Ella tenía mucha habilidad con el color y todavía lo tiene. La más chica, creo que es artista total porque dibuja fantástico y tiene gran un sentido del color. Ella teje a crochet todo el día, hace manualidades y escribe historias muy divertidas, es tremendamente creativa.
Casa de la cultura
Verónica Cristallini encabeza la Casa de la Cultura de Santo Domingo, instancia que ha aprovechado para promover talleres y diversas actividades abiertas a la comunidad con el objetivo de acercar el arte a los vecinos.
-¿Qué tipo de actividades organiza la Casa de la Cultura?
- Se hace un trabajo en las zonas rurales con mujeres, clubes de adulto mayor, llevando y enseñando cultura, con la Orquesta Rural Infantil, que es la única en su tipo en Chile, la cual la Casa de la Cultura mantiene. Se trata de hacer un seguimiento con estos niños, traerlos a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santo Domingo y a los que quieren seguir estudiando, también se les beca.
-¿En qué consiste el trabajo que hacen con las mujeres del sector rural?
-Con ellas hubo un taller que se hizo con fondos regionales que se trató de empoderamiento principalmente. Les llevamos talleres de crecimiento personal. Trabajaron con manualidades en su historia. Este taller fue súper rico porque finalizó y se concretó con una exposición que se hizo en la Casa de la Cultura. Se realizó un taller de fotografía para los adultos mayores contando sus recuerdos, todas sus historias y eso también se llevó a una exposición. A pesar de haber terminado el taller ellas siguen reuniéndose y nosotros vamos a seguir con proyectos para llevárselos.
-¿En qué fechas se concentran las actividades de la Casa de la Cultura?
-Tenemos conciertos durante todo el año, de invierno, primavera, exposiciones mensuales de arte y también estamos dispuestos a hacer charlas. Tenemos conferencias, este año tuvimos tres importantes después de la pandemia que fue "La era del cambio". La Casa de la Cultura hace un montón de actividades que son gratuitas para la comunidad. Lo que queremos es remecer a la comunidad y que se acerque porque es muy poca la gente que todavía concurre a estos eventos que se ofrecen gratuitamente.
-¿Prepararon algo especial para esta Navidad?
-El 10 de diciembre hicimos un evento de Navidad donde participamos 15 organizaciones, partí hablando una a una para lograr convencerlas de que tenemos que juntarnos para lograr hacer cosas. Primero porque no se sabe de todas las organizaciones que existen. Entonces si nosotros vamos juntándonos podemos hacer mucho más, difundir y llegar a mucha más gente.
-¿Realizarán más iniciativas en conjunto?
-Mi meta es que el evento que se hizo de reunir organizaciones se mantenga y tratemos de hacer un trabajo integrativo y colaborativo de cultura, porque hasta las organizaciones de fomento pueden desde su ámbito incorporar la cultura y llevarla a toda la comunidad. Mi finalidad es unir a todas las organizaciones de Santo Domingo y tratar de realizar cosas para la comuna, especialmente de los lugares más desposeídos y dirigidos a los niños y adultos mayores.
-También haces una labor voluntaria. ¿Cómo te motivaste a eso?
-Junté material de arte y pedí apoyo en Las Brisas y empecé a buscar a quién se la podía dar y llegué a la agrupación "Camina Conmigo", que es una entidad maravillosa formada por Irene Ramírez y su hijo con capacidades diferentes, que es Germán. Gracias a ella se formó este grupo de niños a los que se les ha dado una posibilidad de desarrollo. Le llevé el material de arte y ofrecí mi ayuda. Estoy haciendo un taller de Arte con estos chicos, pero la verdad es que gano más yo de ellos que lo que ellos ganan conmigo. Ahí estoy plenamente realizada, feliz, adoro a los niños y la verdad es que uno aprende muchísimo con ellos. Otro voluntariado lo hago con la Fundación Las Brisas.
-¿Qué haces ahí?
-La Fundación Las Brisas es una entidad que surgió en pandemia para ayuda de los trabajadores del condominio. Hay mucha gente que está trabajando y no ha terminado su enseñanza básica o media. Entonces quisimos apoyarlos primero a ellos, tratando de que terminaran sus estudios. Ahí me ofrecí como voluntaria para enseñanza media y debo reconocer que estoy chocha porque tuve cinco alumnos y todos salieron aprobados en su examen. A los hijos de los trabajadores se les brinda un preuniversitario en Llolleo, todo gratuito.
-¿Qué sueño tienes por cumplir?
-Doy gracias a la vida por mi familia, por mis hermanos, mi mamá, mis hijas porque a pesar de que uno por fuera ve todo bien, las cosas no son tan fáciles en la vida, todo cuesta harto esfuerzo. Ahora se me metió en la mente que tengo que hacer mi serie y tengo que mostrarla. Además, quiero lograr unir en trabajo comunitario y social a todas las organizaciones de Santo Domingo.
"Esa explosión de colores que llegó a mi vida (cuando arribó a México) me despertó más la inquietud de querer trabajar en arte",
Verónica Cristallini
"Es fundamental leerles libros a los niños, partí con los cuentos, después los libros de Papelucho. Siempre pienso que la educación tiene que ser integral".
"Lo que queremos es remecer a la comunidad y que se acerque porque es muy poca la gente que todavía concurre a estos eventos que se ofrecen gratuitamente",
Verónica Cristallini