El artesano en cuero que lleva su taller a las ferias para crear productos a gusto del cliente
Ricardo Pérez-Canto, profesor de matemáticas de profesión, retomó hace una década su oficio en la artesanía e inició un emprendimiento llamado "Hippito", con creaciones que elabora a mano en cuero natural.
Ricardo Pérez-Canto Segura (65) es profesor de matemáticas de profesión, sin embargo, no ejerció porque al egresar se le presentaron oportunidades laborales como vendedor en importantes empresas, y no las quiso desaprovechar. Se jubiló de manera anticipada hace nueve años cuando decidió junto a su esposa radicarse en Algarrobo, balneario que visitaban frecuentemente hace mucho tiempo.
En Algarrobo retomó su oficio de artesano en cuero apoyado por su esposa, labor que aprendió siendo niño y que lo ha llevado a destacarse dentro de sus pares a nivel regional a través del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio, lo que demuestra con diplomas y con su trabajo publicado en una revista de la entidad de gobierno.
La llegada de la pandemia lo puso a prueba y en ese periodo debió capacitarse para aprender a llevar las redes sociales de su negocio, apoyo que recibió del Centro de Negocios de Sercotec, lo que le permitió volver a generar ventas después de casi un año paralizado.
Por otro lado, este creador reconoce que en la provincia hacen falta espacios exclusivos para quienes hacen a mano sus productos, con el objetivo de no competir con revendedores y darle mayor valor al trabajo de los artesanos locales.
-¿Cómo se presentaría?
-Soy Ricardo Pérez- Canto, artesano en cuero, vivo en la comuna de Algarrobo y tenemos una pequeña pyme con mi esposa en la que nos dedicamos a elaborar todo tipo de artículos de cuero con excepción de zapatos.
-¿Cómo aprendió el oficio de la artesanía en cuero?
-Lo aprendí como a los 12 años. Ese verano se puso en avenida Matta (Santiago) un argentino con una boutique que era solo de productos de artesanía en cuero. Tenía zapatos, cinturones, zuecos de madera y ahí aprendí a hacer la mayoría de las cosas que hago actualmente como cinturones, bananos, carteras, monederos y todo lo hago buscando la perfección y la mejor calidad.
-¿Alguien más de su familia se interesó por aprender?
-No, para nada, si para mí a ese edad era como un juego. En vez de perder el tiempo y andar por ahí vagando, iba a aprender y me pagaban por lo que hiciera. Por ejemplo, si hacía un par de zuecos me pagaban por eso y lo seguí haciendo hasta los 18 años cuando entré a la universidad.
-¿A qué se dedicó luego de egresar de la universidad?
-Me titulé de profesor de matemáticas de la Universidad de Chile, pero no ejercí porque a los 22 años entré a trabajar como vendedor a una empresa donde me mantuve durante 20 años. Llegué a ser gerente comercial. Después estuve 16 años vendiendo en IBM.
-¿Qué lo motivó a radicarse en Algarrobo junto a su esposa?
-Siempre habíamos tenido una casa en Algarrobo, veníamos los fines de semana y un día encontramos una parcela y la compramos. Le empezamos a poner arbolitos, plantas y decidimos no irnos más. Tenemos gallinas, invernadero y un huerto. Plantamos lechugas, árboles frutales y muchas flores porque a mi señora le encantan. Cuando decidimos venirnos me jubilé anticipado a los 56 años. Cuando se me empezaron a acabar los recursos, retomé este oficio hace cerca de diez años.
"hippito"
El emprendimiento de Ricardo Pérez-Canto se llama "Hippito" y tanto el motivo del nombre como el logo están inspirados en él.
"Estuve todo este tiempo participando en la feria Expo Artesanos de Algarrobo. Casi todos los fines de semana nos instalábamos. Al final empecé a dedicarme a estudiar, me acerqué mucho al Centro de Negocios de Sercotec de San Antonio y a través de ellos postulé el año 2019 al Capital Semilla y logramos adjudicarnos esos fondos, con los que construí mi primer taller y nos formalizamos ante el Servicio de Impuestos Internos el 3 de septiembre de 2019", comenta.
-¿En qué le ha servido capacitarse?
-Después de eso he hecho hartos cursos, como Pitch de Ventas, hicimos nuestra página en Instagram, empecé a sacar certificaciones y fui seleccionado para salir con mis productos en una publicación del Ministerio de Cultura, Artes y Patrimonio del año 2020. Después de eso nos ha ido bastante bien y nos han invitado a varias ferias y empezamos a salir y darnos a conocer como marca "Hippito".
-¿Qué significado tiene "Hippito"?
-"Hippito" es porque cuando chico fui un poco hippie. El logo soy yo mismo trabajando y lo hizo mi hijo que es publicista. Compramos la marca y la registramos en Nic.
-¿Cómo han sido esta década de trabajo con su artesanía?
-Hemos ido creciendo. Cuando partimos lo hicimos con 150 mil pesos, hoy es un emprendimiento bastante solvente. Nos acabamos de ganar otro proyecto, el "Crece", con el que nos adjudicamos $5 millones. Compramos un container grande donde tendremos tres máquinas y vamos a expandir nuestra línea de productos a otros artículos que no tenemos, para aumentar el abanico de opciones de compra. Queremos hacer ropa, a lo mejor faldas o chalecos sin mangas de cuero, no algo tan complicado como un abrigo o una maleta.
-¿Cuál es su producto estrella?
-Los cinturones. Cada vez que vamos a una feria vendemos entre 40 y 50 cinturones. Tenemos muchos colores, cerca de 30 y derivados de esos. Hay una cera que resalta el color, entonces cuando quedan colores opacos y alguien pide unos más fuerte lo arreglamos. Además, hago cinturones para todas las tallas, porque yo corto a lo largo y no a lo ancho, entonces me salen para toda la gente que es talla más grande. Parcializamos los cinturones para obesos mórbidos. El más grande que he vendido es de 1.70 cms. El cuero que trabajamos es premium, es de una curtiembre que tiene más de 100 años. Nuestros cinturones tienen garantía de 10 años, porque no se van a hacer tira nunca.
-¿Qué otro artículo le piden frecuentemente?
-Las carteras y los morrales, De repente hago bolsones como los que se usaban en los años 80. También hago alforjas para bicicleta y lo que me pida la gente. Me han pedido que restaure una silla o un baúl antiguo. A veces llega alguien que quiere un estuche de cuero para guardar unos prismáticos de la Segunda Guerra Mundial.
Distinción
Ricardo Pérez-Canto confiesa que ha aprovechado los programas estatales para conseguir financiamiento y también se muestra orgulloso de la distinción que le entregó el Gobierno por su trabajo.
"Este reconocimiento del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio es lo más importante que me ha pasado como artesano en los últimos años. Gracias a eso, empezamos a salir mucho a ferias de Limache, al Parque Tricao, donde nos invita la Municipalidad de Santo Domingo, a Olmué, Quilpué y a Los Andes, entre otras comunas donde nos hemos ido dando a conocer.
-¿Cómo siguió trabajando durante la pandemia?
-En 2019, antes de la pandemia, veníamos como avión con muy buenas ventas mensuales y desde marzo de 2020 hasta enero de 2021 estuvimos en cero. Como tengo jubilación pude enfrentarlo. En ese periodo me acerqué al Centro de Negocios de Sercotec y ellos me ayudaron a crear la página en Instagram y así pudimos empezar a vender. A veces nos llegan 5 ó 6 pedidos. Ese año (2021) logramos recuperar todo lo perdido solamente gracias al Instagram.
-¿Además de las redes sociales también es relevante el "boca a boca"?
-Hace poco estaba en una feria y estaba malo. Llegó un conjunto a cantar y una señora me dijo 'lo estaba buscando, estoy enamorada de sus productos', y compró varias cosas para regalo. Las otras señoras que venían llevaron cinturones y nos salvamos con ellas. Entonces el "boca a boca" es importante porque la gente recomienda cuando ve que las cosas son de buena calidad.
-¿Qué pasa si alguien le pide algo diferente de lo que tiene?
-Yo soy uno de los únicos que lleva el taller completo a las ferias. Entonces si necesitan un cinturón más largo, lo corto, le pinto la punta si es de color, le hago los hoyos y si quiere otra hebilla se la cambiamos en el momento. Eso le gusta a la gente, mirar cuando estoy trabajando.
-¿Tiene algún sueño pendiente con Hippito?
-El último sueño sería tener un local propio. No me he instalado porque acá en Algarrobo exigen el pago del arriendo del año completo y aún no se sabe cómo se viene este 2023 por como está la economía en este momento. También me gustaría compartir un local establecido con otros artesanos y así apoyarnos mutuamente.
"Me titulé de profesor de matemáticas de la Universidad de Chile, pero no ejercí porque a los 22 años entré a trabajar como vendedor a una empresa donde me mantuve durante 20 años. Llegué a ser gerente comercial".
"Hemos ido creciendo. Cuando partimos lo hicimos con 150 mil pesos, hoy es un emprendimiento bastante solvente",
Ricardo Pérez-Canto,, artesano en cuero