Comenzó tejiendo muñequitos a crochet para su hija y hoy es una orgullosa emprendedora
Paulina Espinoza confecciona "amigurumis" y ropa de guagua tejida a crochet, oficio que desarrolla hace cinco años y que no piensa dejar.
Tejer a crochet es a lo que más horas le dedica en la semana Paulina Espinoza (35), pero no lo hace como un sacrificio, sino con mucho gusto. Incluso confiesa que si pudiera tejería durante todo el día porque la relaja y disfruta con cada punto que entrelaza.
"Amigurumis" o muñecos tejidos y ropa para bebé son los productos que elabora a mano esta creadora sanantonina. El principito, Merlina, sirenas, abejitas, hadas y medusas de apego son algunos de los personajes a los que da forma con el crochet y lanas de múltiples colores.
Además, esta vecina de Alto Mirador, mamá de dos hijos, está finalizando los estudios de Trabajo Social, por lo que ha debido disminuir el tiempo que dedica a crear sus artículos tejidos que promueve a través de su emprendimiento @momentos a crochet, para prepararse para los exámenes finales.
Por otro lado, recuerda que desde niña vio lanas y palillos en su casa, ya que su mamá es una amante del tejido y cada invierno les urdía abrigadores chalecos para los días de frío. Sin embargo, lo suyo era el crochet, técnica que aprendió siendo adulta y que no piensa dejar.
"Con el crochet partí hace varios años, pero comencé a tejer ropa y los amigurumis en el 2018 cuando mi hija Julieta, la menor, me inspiró a hacerlo porque cuando era más chiquitita rompía todos los juguetes. Entonces me puse a pensar cómo podía hacerle un muñequito que no pudiera romperlo. Empecé a buscar en internet y encontré el tema de los muñecos tejidos. Después me puse a investigar sobre la técnica, cómo se hacían los puntos, los materiales y ahí empecé a tejer amigurumis, pero nunca me imaginé venderlos o tener un emprendimiento de esto. Solamente fue para hacerlos para mi hija", recuerda la creadora.
-¿Sabías tejer desde antes?
-Sí, cuando chica me dio curiosidad aprender a tejer a palillos, porque mi mamá siempre nos hacía ropa tejida para el invierno. Con el tiempo cuando tuve mi pareja, mi suegra me enseñó a tejer a crochet. Luego como ya sabía los puntos básicos empecé a hacer amigurumis, que la mayoría es solo punto bajo.
-¿Sigues tejiendo ropita por encargo?
-Una de las variaciones que tengo dentro de mi emprendimiento es el de vestuario infantil, para bebés hasta los 9 meses. Pero cuando empecé a tejer ropa, lo hacía para mis hijos y para mí. Mi suegra tejía de todo, entonces ella me enseñó harto, a leer los gráficos, diferentes técnicas, por eso tenía las nociones básicas para hacer los muñecos.
-¿Cómo te motivaste a iniciar un emprendimiento?
-Después, cuando ya tenía una cierta cantidad de muñecos, mi hijo mayor me pidió uno para llevar de regalo a un cumpleaños y los niños quedaron fascinados con los amigurumis porque la mayoría regalaba juguetes plásticos o ropa. Después las mismas personas que iban viendo mi trabajo me empezaron a preguntar si hacía a pedido y no se me había ocurrido vender, pero me empezó a picar el bichito y comencé a tejer para vender. Me hice una página en Facebook y después una cuenta en Instagram.
-¿Cómo llegaste a las ferias de artesanos?
-Con el tiempo empecé a ganar proyectos, a participar en Prodemu y a ofrecer mis productos en la Feria de Emprendedores que hacía antes la municipalidad, donde nos apoyaba mucho la señora Gloria Guajardo. Ahí partí con las capacitaciones, porque yo no tenía idea de cómo administrar un emprendimiento, calcular los costos para ponerle un precio justo a mi trabajo y que también generara ganancias. Postulé un proyecto en la Fundación San Antonio Siglo XXI, donde hicieron un concurso sobre el patrimonio. En la categoría de trabajos didácticos salí segunda. Elegí el tema de la Caleta Pacheco Altamirano y confeccioné un lobo marino que se llamaba "Toñito", con un librito didáctico con varias actividades relacionadas con el mar.
-¿Cómo te organizas para hacer las labores de mamá, los estudios y tejer?
-Yo apenas me levanto me pongo a tejer. Me empezó a gustar tanto el tejido que podría estar todo el día haciéndolo. Pienso que las personas que empiezan a tejer no lo dejan más, es como una adicción. En mi caso hago el almuerzo rapidito para tener tiempo libre y ponerme a tejer. Ahora he tenido menos tiempo porque me estoy preparando para rendir el examen de grado a fin de mes, pero cuando salga de eso me voy a poner a tejer a full.
-¿Vas a seguir con el tejido cuando empieces a ejercer tu profesión?
-Sí, aunque creo que va a ser con menos intensidad que ahora pero no lo quiero dejar, porque me gusta mucho. La carrera también me gusta y quiero ejercerla, pero si me dieran a elegir entre el trabajo y tejer, elijo el tejido. Lo de la profesión tiene que ver más que nada como una forma de tener un trabajo más formal, con un sueldo estable.
-¿Qué te motivó a estudiar ahora que ya tienes tus hijos?
-Siempre me ha gustado leer y el tema social. Siento que he estado ligada a esto de alguna manera con los mismos cursos de emprendimiento que he hecho. La idea fue poder estudiar ahora que mis hijos están más grandes y trabajar ahora que mi hijo mayor va a entrar a la enseñanza media, para juntar recursos para cuando ingrese a la universidad. La idea es tener un "colchoncito" para cubrir los gastos que va a tener.
-¿Cómo viste la pandemia en San Antonio?
-Con la pandemia nacieron muchos emprendimientos de gente que no sabía que tenía habilidades manuales, porque el sistema y la rutina no deja tiempo para hacer algo diferente. En mi caso ya había empezado con mi emprendimiento y seguí vendiendo por Instagram más que nada. Tuve hartas ventas, me fue muy bien en la pandemia. La gente tenía lucas pero no tenía dónde gastarlas, por eso compraba por internet. Además, les gustaba recibir las cosas en la puerta de su casa.
-¿Qué personaje es el que más te piden?
-No me piden muchos personajes como tal, pero lo que más le gusta a la gente son las medusitas de apego. En diciembre estuve en la feria de emprendedores que organizó Fosis en el mall y después dos días en la feria de Llolleo y lo que más se vendió fueron las medusitas que son para los bebés.
-¿Cómo han estado las ventas ahora que los precios han subido en todo?
- Ahora con la inflación los emprendimientos se han visto súper afectados, sobre todo los que venden productos decorativos que no tienen otra funcionalidad porque la gente está comprando solo cosas de primera necesidad.
-¿Qué te gustaría conseguir con tu emprendimiento?
-Este año quiero buscar locales para hacer alianzas con negocios que vendan productos para bebé o hechos a mano, porque no es que no pueda ir a las ferias de emprendedores, pero para eso tengo que dedicar todo el día. Teniendo más tiempo puedo tejer más y ampliar el stock de productos porque no me gusta llevar pocas cosas en el stand, se ve feo tener poca variedad.
-Sigues participando en las ferias de emprendimiento?
-Estoy en una agrupación de emprendedores que el año pasado hizo una feria en el Talud 21 de Mayo. Esa vez nos fue súper bien, además que nos acompañaron músicos entonces fue todo un éxito. Ahora queremos repetirla, pero el tema de la seguridad nos coarta un poco, porque nos gustaría hacerla en el paseo Bellamar pero los ambulantes son el problema porque se presta para inseguridades y nosotros nos exponemos porque estamos en la calle.
-¿Qué meta tienes por cumplir?
-Vivir del tejido porque es lo que más me apasiona y me permite seguir estando junto a mi familia y recibir mi título profesional.
"Una de las variaciones que tengo dentro de mi emprendimiento es el de vestuario infantil, para bebés hasta los 9 meses",
Paulina Espinoza
"No se me había ocurrido vender, pero me empezó a picar el bichito y comencé a tejer para vender. Me hice una página en Facebook y después una cuenta en Instagram".