Con un empate en el primer lugar al mejor traje terminó el Carnaval 2023
Las agrupaciones organizadoras del evento destacaron la asistencia de los sanantoninos, que superó las 20 mil personas.
Las cajas, bombos y otros instrumentos dejaron de sonar. Cerca de la medianoche del domingo terminó el Carnaval de Murgas y Comparsas, pero antes del cierre de la actividad, que este año se organizó con la autogestión de las agrupaciones, se realizó la premiación de los mejores trajes del evento veraniego.
A diferencia de versiones anteriores, donde los barrios se enfrentaban por ser la mejor murga o comparsa, en esta edición 2023 solo se reconoció a los trajes más creativos y atractivos que desfilaron por el murgódromo de la avenida Barros Luco.
Un premio en dinero, aportado por el diputado Andrés Celis, estaba destinado para el mejor atuendo, pero el jurado integrado por Alejandra Núñez, Rosita Jeria, Renato Silva y Carlos Leyton determinó que había un empate en el primer lugar.
El Condorito del Barrio Chino de Manuel González y la representación de la Madre Naturaleza de Maite Hernández, de la comparsa Cerro Alegre, dividieron a los encargados de tomar la decisión.
"En la premiación de los trajes individuales, hubo un empate en el primer lugar, pero había cien mil pesos de premio, se pensó dividirlo, pero el puerto (Epsa) se puso con los otros 100 mil", relató la presidenta de la murga Cerro Placilla, Ana María Barrera.
La dirigente placillana se quedó en con segundo lugar con su fantasía veneciana y el tercero fue para una fantasía de un pavo real de Cerro Alegre. "El primer lugar fue muy bien merecido, para el señor del Condorito que representaba al Barrio Chino. Todos felices, porque Condorito es un personaje chileno. Me decían, pero tu traje es más lindo, pero les respondía Condorito es de nosotros, es un personaje chileno. Si estamos trabajando en defender nuestro patrimonio, lo que es nuestro, Condorito es como anillo al dedo, qué más chileno que Condorito", reconoció con hidalguía Ana María Barrera.
Evaluación
Tras largas jornadas de trabajo, los dirigentes carnavaleros ayer sacaban algunas conclusiones sobre la realización del evento, aunque esperaban una reunión que tendrían en la tarde para un veredicto definitivo.
"Hoy me dolían un poco las piernas", confesó Miguel López, el dirigente de las murgas y comparsas, quien fue el nexo entre las agrupaciones con Epsa, para contar con el apoyo de la estatal. Ayer aparte de descansar y pasar un tiempo con la familia, pues se dedicó casi exclusivamente en las últimas tres semanas a la organización del evento de verano, aprovechó de analizar el desarrollo del espectáculo.
"Tenemos que conversar con los delegados y ver las cosas positivas y negativa de este Carnaval, pero en resumen todo resultó bien", expresó. De hecho era uno de los más felices el domingo cuando se informó que 20 mil personas llegaron al centro de Barrancas para ver el paso de las agrupaciones.
Ana María Barrera contó que estaba "cansada, pero bien feliz, contenta, emocionada, por todo lo logrado. Fue un gran trabajo detrás de bambalinas. Al ver el fruto del trabajo realizado quedamos satisfechos."
Afirmó que "cuando uno va pasando por el murgódromo, ve a la gente, que te felicita y te pide fotos, te felicita por el traje y la música, grita el nombre de tu barrio, eso llena. Es una emoción indescriptible, que solo los murgueros pueden sentir, la emoción y la alegría que provoca pasar por el murgódromo".
Y respecto a la asistencia comentó que "fue un apoyo total y le sirvió a la gente para recrearse, para olvidar tantas cosas que han pasado. Hacía falta, los sanantoninos esperan estas instancias para divertirse. El Carnaval es de gusto masivo y eso se notó por la cantidad de gente que llegó".
Y aunque reconoce que existieron algunos errores, Ana María Barrera valoró "el tremendo trabajo que hay detrás, en cuanto al desarrollo del Carnaval con los artistas, el catering, los conductores, la gente de piso, toda esa preparación era nueva para nosotros, a veces nos faltaban cosas, había que llamar o por Whatsapp para pedir las cosas. Las personas respondieron", agradeció.
"Es una emoción indescriptible, que solo los murgueros pueden sentir, la emoción y la alegría que provoca pasar por el murgódromo",
Ana María Barrera.



