Jesuitas abren causa penal contra cura Berríos por presuntos abusos
Indagatoria administrativa penal estará a cargo de vicario que investigó uno de los casos más atroces de ataques sexuales cometidos por el clero en Argentina.
Leo Riquelme
La Congregación para la Doctrina de la Fe de El Vaticano ordenó a la Compañía de Jesús la apertura de un proceso administrativo penal contra el sacerdote Felipe Berríos, a quien una indagatoria previa en 2022 lo apuntó como sospechoso de haber cometido supuestos abusos sexuales entre 1993 y 2009
"Este ha sido un tiempo doloroso, especialmente para los intervinientes del proceso. Esperamos que estos esfuerzos ayuden a alcanzar la verdad sobre los hechos y hacer justicia", dijo la congregación en un comunicado.
Según se estableció en agosto, la abogada María Elena Santibáñez acreditó "la verosimilitud de actos de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes". Dichos actos habrían sido "tocaciones y diversos traspasos de límites en el ejercicio del sacerdocio".
En esa ocasión Berríos negó las imputaciones; desmintió que se hubiera aprovechado de su calidad de sacerdote; criticó el sistema procesal canónico por poco transparente e impedirle ejercer su derecho a defensa; y anunció su renuncia a la congregación. Pese a ello, ayer los jesuitas aseguraron que el vecino de La Chimba de Antogafasta sigue en la Compañía de Jesús.
Las denuncias fueron canalizadas a través de la Fundación para la Confianza, que hasta el cierre de esta edición no había comentado la decisión. Tampoco lo había hecho Berríos.
El designado para investigar el caso es el presbítero Dante Simón, vicario judicial de la Arquidiócesis de Córdoba. Simón fue uno de los encargados por el Papa Francisco para indagar en la década pasada los abusos sexuales cometidos contra al menos 25 niños y adolescentes en un colegio para sordomudos llamado Instituto Póvolo, por el que la justicia condenó a dos sacerdotes a 42 y 45 años de prisión, en lo que se entiende como uno de los casos más atroces que involucran al clero en Argentina.
"Su tarea consistirá en evaluar las pruebas y argumentos recogidos en la investigación previa canónica, recabar eventuales nuevos antecedentes y recibir la defensa del acusado. Posteriormente, estos antecedentes deberán ser remitidos al superior general para su decisión, en conformidad con las normas canónicas vigentes", explicó la Compañía de Jesús.