Ingeniera sigue la tradición familiar de la gastronomía
Evelyn Torres creció aprendiendo de sus grandes referentes, sus abuelos dueños del recordado restorán "El Porteñito", y su padre con el popular "Koke Pollo", ejemplos que la motivaron a emprender con su propia cafetería.
Muchos de los recuerdos que Evelyn Torres tiene de su infancia son junto a sus abuelos, Raúl Torres, Ketty Opazo y su padre Jorge Torres en el restorán que en la década del 80 tuvieron en avenida Pedro Montt, "El Porteñito", el que incluso llegó a tener sucursales en el mercado de San Antonio y Barrancas.
"Titi" como la llaman sus amigos, quien es ingeniera comercial de profesión y se desempeña como agente de sucursal del Banco Falabella en San Antonio, confiesa que desde pequeña le gustaba entrar a la cocina del restorán a ver cómo preparaban los alimentos, por lo que fue testigo del orden y las exigencias que su abuelita mantenía para garantizar la calidad de los platos que ofrecía a los comensales.
Otro referente que no puede dejar de mencionar es a su padre, Jorge Torres conocido comerciante sanantonino que lleva cerca de 30 años con su local de pollos asados "Koke Pollo", el que se ubica en el mismo lugar donde partió la tradición de esta familia con "El Porteñito".
La profesional, madre de un hijo, cumplió este verano el sueño que por años persiguió junto a su marido, ser dueña de un café que no sólo tuviera una carta refinada, sino que también ofreciera los sándwiches que hicieron famoso al restorán de su "tata" y lo logró con "La Cofradía" (@la cofradía official en Instagram).
-¿Qué recuerdos tienes en "El Porteñito"?
-Yo fui criada en el restorán de mi abuelo y mis primos también. Mis abuelos llegaron en el año 80 a San Antonio con mi papá y mi tío que es el único hermano que tiene. Ellos armaron el restorán "El Porteñito" y toda nuestra vida, infancia y adolescencia fue siempre ahí. De hecho prácticamente no nos criamos en nuestras casas, sino que en el restorán. Todo el mundo en el desayuno comía tostadas con mermeladas y nosotros comíamos a la carta (ríe), así es que era bien entretenido. Por lo mismo siempre hemos sido bien aclanados.
-¿Tienes hartos referentes en tu familia?
-Sí, mi abuela era la que tenía el dote de los platos de comida. Ella era muy estricta y todo tenía que ser preciso. Probaba la comida y en el restorán se preocupaba que cuando iba saliendo el plato a la mesa fuera como a ella quería o sino lo mandaba de vuelta y lo tenían que hacer de nuevo. Los dos nos dejaron un importante legado, mi abuelo todo lo que tiene que ver con la administración y mi abuelita la estrictez en la cocina.
-¿Te gustaba ir a mirar cuando estaban preparando los alimentos?
-Siempre he estado metida en todo eso, porque desde chica me gustó entrar a la cocina. Después cuando estaba más grande aprendí a preparar los sándwiches, hasta el día de hoy creo que no me he comido un sándwich más rico que los que preparaba mi abuelo. Él nos enseñó mucho de lo que tiene que ver con gastronomía.
-¿Cómo empezó tu abuelo en el rubro de la comida?
-Mi abuelo antes de ser independiente en el año 75 siempre fue el administrador del primer Dominó´s que hubo en Chile y ahí aprendió todo lo que sabía de sanguchería, completos y todo ese tipo de cosas. Después trabajó como administrador durante muchos años del "Bar Nacional" que hasta hoy existe y está a cargo de los nietos y bisnietos de Juan Canatta que era el dueño.
-¿Por qué elige San Antonio para venirse a vivir?
-Con todo lo que aprendió pudo independizarse. Tuvo su primer restorán en Santiago y con el tiempo tuvo la oportunidad de comprar en San Antonio una propiedad muy grande a un buen precio. Además, estaban cansados de Santiago. Acá instalaron el restorán y con el tiempo llegaron a tener tres, el que estaba en Pedro Montt que administraba mi papá con su hermano, mis abuelos administraban el que estaba en el mercado de San Antonio y después mi tío armó otro restorán en calle Antofagasta.
-¿Tú acompañabas a tus abuelos?
-Yo me crié prácticamente en el restorán que estaba en el mercado. Incluso hasta el día de hoy cuando voy me encuentro con gente que está desde hace muchos años, me saludan. Con el paso de los años, se decidieron a dejar un solo local, el que fue el de Pedro Montt, que estuvo abierto hasta el año 2000 aproximadamente.
-¿Cómo era el ambiente en el mercado en esos años?
-Andaba mucha más gente, es que era un ambiente más familiar. A mi me cuidaban todos porque era chiquitita, tenía entre 4 y 5 años. Me acuerdo que había una señora que tenía una verdulería y me regalaba fruta, estaba Cecilia que vendía los huevos "extra" y yo siempre iba para allá. También había un local de verduras que era grande y llevaba muchos años que pertenecía a la familia Tapia. Sus hijos también pasaban en su negocio. Todos se conocían. Cuando yo tenía 10 años más o menos y mi abuelito vendió ese restorán y se quedó sólo con el grande donde estábamos todos.
Koke pollo
Con honestidad Evelyn destaca que su padre le dedica gran parte de su tiempo a su local de pollos asados a las brasas, el popular "Koke Pollo" que lleva 27 años en el centro de San Antonio, lo que le ha permitido mantener la preferencia de sus clientes por tantos años.
-¿Cuándo se decide tu papá a tener su local?
-Con el tiempo mi papá quiso tener algo de él solo. Empezó a buscar ideas, a visitar distintos locales de pollo asado a las brasas y se dio cuenta de que muchas veces el lugar estaba lleno de grasa. Entonces se decidió a abrir un local pero que siempre estuviera impecable, que el pollo tuviera un tratamiento distinto y no solamente ponerlo en las brasas. Así partió el "Koke Pollo" en agosto de 1996 y desde que abrió a la fecha ha sido un éxito. Hay que destacar que mi papá siempre ha estado en su negocio, nunca lo ha dejado solo.
-¿Aún existía el restorán de tus abuelitos?
-Ellos administraban la fuente de soda que tuvieron donde hay un local de envases como se pusieron más viejitos la tuvieron que cerrar y el restorán lo mantuvo funcionando mi papá más que nada porque para ellos era parte de su vida. Cuando ya no pudieron seguir se cerró definitivamente y quedó sólo el "Koke Pollo", pero las instalaciones siguen ahí, tal cual como antes, el mesón, el piso, todo y nosotros aún almorzamos juntos ahí.
-¿Sientes nostalgia al ver el lugar?
-Tengo muy bonitos recuerdos no solamente de lo que vivimos ahí como familia, sino que también de las personas que trabajaron por muchos años con mis abuelos, como los garzones, las señoras que se dedicaban a la cocina. Incluso una de ellas, Mary siguió trabajando con mi papá en el "Koke Pollo", que es la señora que freía las papas, hasta que no pudo seguir por problemas en sus piernas.
-¿Qué sientes al comprobar lo conocido que es tu papá por su negocio?
-Cuando era más chica y decían "la hija del Koke Pollo" yo decía, por qué me dicen así si tengo identidad propia, pero para mí es un orgullo que me reconozcan por ser su hija y por mi familia, de todo lo que han logrado a punta de puro esfuerzo y que de alguna manera la gente la reconoce por su trabajo.
La receta del abuelo
En Santa María del Mar en Santo Domingo está la cafetería "La Cofradía" que inauguraron en enero Evelyn y su esposo Patricio Vargas. Las recetas de su abuelo Raúl son el valor agregado de sus sándwiches.
-¿Qué los motivó a abrir esta cafetería?
-Nosotros empezamos con este proyecto familiar para seguir con ese legado y pensamos en implementar algo que no existiera hasta el momento en Santo Domingo, porque para vender un café con un pastel lo hace cualquiera. Hicimos una remodelación completa del lugar para que fuera acogedor, que a la gente le dieran ganas de venir, que compensara la vista de la laguna con la cafetería y por eso quisimos incluir en la carta además de pastelería, sándwich tradicionales como los Barros Jarpa, Barros Luco, una vienesa italiana y también pailas con huevo o tostadas con palta porque acá no había y a todos nos gusta.
-¿Te costó decidirte a invertir en un negocio propio?
-Teníamos esta idea hace muchos años, pero mi esposo por su trabajo estaba fuera de la zona, en Viña y Santiago. Él se desempeñaba como gerente de franquicia de una corredora de propiedades en Santiago y viajaba los fines de semana a San Antonio. Después de diez años quisimos ver cómo armar algo para que se pudiera venir definitivamente y no tuviera que estar viajando. Nos casamos en octubre del año pasado y junto con eso se nos dio la oportunidad de postular a la concesión de este lugar, presentamos el proyecto, lo ganamos y gracias a Dios nos funcionó.
-¿Acá se puede ingresar sin problemas al venir de otra comuna?
-Si bien la cafetería está dentro de Santo Domingo, junto a la laguna de Santa María del Mar, está abierta a todo público, todos pueden venir a "La Cofradía". Todos nuestros clientes tienen esta pulsera roja (la muestra), porque el concepto del hilo rojo dice que las personas cuando están destinadas a estar juntas, están unidas a un hilo rojo invisible el que se puede enredar, pero nunca romper. Entonces nosotros les entregamos esta pulsera para que estén unidos a nuestra cafetería, para que vuelvan. Lo más importante es que todos puedan venir y sentirse como si estuvieran en el living de su casa.
"Siempre he estado metida en todo eso, porque desde chica me gustó entrar a la cocina. Después cuando estaba más grande aprendí a preparar los sándwiches",
Evelyn Torres.
"Cuando era más chica y decían "la hija del Koke Pollo" (...) para mí es un orgullo que me reconozcan por ser su hija y por mi familia",
Evelyn Torres.