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La sanantonina que sacó a relucir su talento artístico tras un grave accidente que la dejó discapacitada

Hace 27 años Bárbara Berríos sufrió una caída en altura que la obliga a movilizarse en una silla de ruedas. En medio de las terapias de rehabilitación, descubrió su pasión por la pintura. Aquí cuenta cómo lo hizo para salir adelante.
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Juanita Ortiz Bonilla

En 1996 la vida de Bárbara Berríos Farías (46) tuvo un giro de 180 grados. Una caída accidental desde altura le ocasionó un daño medular que tuvo como secuela una tetraplejia. Esta vecina de cerro Alegre, que desde niña disfrutaba haciendo dibujos en los cuadernos cuando era alumna del colegio Sara Cruchaga, enfrentó un periodo duro y doloroso, sin embargo, el apoyo incondicional de su familia, especialmente de su madre Raquel Farías, le dio la fuerza para seguir adelante y, sin proponérselo, inició una nueva etapa desarrollando un talento que no había descubierto antes del accidente: la pintura.

Con el paso del tiempo, Bárbara se ha destacado por su trabajo como artista plástica, llegando a exponer en diversas muestras colectivas como el Centro Cultural y la "AntigaleríaSyN", de Flor Soiza en Villa Las Dunas. Además, se ha capacitado en variadas disciplinas, lo que le ha permitido compartir su experiencia y conocimientos con otras personas que viven en condición de discapacidad.

-Bárbara, ¿cómo fue para ti cambiar tu realidad de vida después del accidente?

-Es aprender todo de nuevo, porque la lesión que tuve fue más o menos alta, entonces estuve bastante tiempo inmóvil del cuello para abajo, sobre todo el periodo que estuve hospitalizada en Valparaíso. Después, cuando llegué a la Teletón, empecé de a poquitito a sentarme y a moverme con terapias, es un cambio muy radical en la vida de uno. Desde mi punto de vista, es más terrible adquirir una discapacidad a cierta edad en algún momento de la vida, que nacer con ella, porque desde el primer minuto tienes que lidiar con eso, en cambio yo conocí las dos veredas y es como que te quitan algo de tu vida.

-En ese momento debe haber sido fundamental el apoyo de tu familia y los más cercanos…

-Sí, porque si no fuera por mis papás y mi hermana, pero especialmente mi mamá, lo habría logrado tantos avances. Mi madre ha sido fundamental desde siempre, porque es la que ha estado siempre con nosotros. Mi papá viajaba, tenía trabajos en otras ciudades, entonces no estaba el día a día con nosotros. Cuando tuve el accidente él también estuvo presente, pero no hay como la mamá. En mi caso fui afortunada de la mamá que tengo, ya que en el camino ella también aprendió todo esto de la discapacidad porque no es solamente estar en silla de ruedas, sino que es un sinfín de cosas.

-¿Tuvieron que hacer modificaciones en tu casa?

-Sí, lo que pasa es que mi casa está sobre nivel y tenía escalones para entrar al balcón. Los primeros años me tenían que tomar en brazos para entrar y salir de la casa, pero después eso le pasa la cuenta a la espalda de cualquiera. Entonces optamos por adaptar y hacer una rampa de madera. Voy a cumplir 27 años así, hemos ido modificando a mi condición cada vez más la casa.

-¿Recibiste algún tipo de ayuda sicológica tras el accidente?

-Sí, el sicólogo fue súper importante cuando recién tuve el accidente y me iba a ver al hospital. Al principio fueron los kinesiólogos los que me encaminaban a la idea de que lo mío era irreversible, porque yo en mi cabeza pensaba que iba a estar un tiempo en el hospital, que me iban a hacer algún procedimiento y que me iba ir para la casa bien, como antes. La kinesióloga que me veía me comenzó a explicar qué era lo que me había pasado y cuáles eran las consecuencias. Al llegar a la Teletón me di cuenta de que estaba de lleno en ese mundo de la discapacidad.

-¿En un inicio te impactó ver a jóvenes y niños en sus procesos de rehabilitación?

-Sí, fue súper impactante porque cuando te suceden estas cosas, uno piensa que te pasan a ti nomás. Entonces al estar en ese centro vi otras realidades peores incluso que la mía, y ahí se toma conciencia de que uno, si le pone ganas, puede salir adelante, porque en ese momento uno está deprimida, en esa etapa de duelo donde no quieres nada y sientes que hasta ahí llegaste. Después, de a poquitito vas sacando alas. Estuve diez años en la Teletón.

-¿Sientes que te sirvió ese apoyo de los profesionales de la Teletón?

-Sí, muchísimo. Me sentía entre la espada y la pared, porque puede ser cuestionable que de alguna manera los pacientes causen lástima en el programa televisivo para recaudar fondos, pero el Centro de Rehabilitación de Santiago que es al que yo asistía, que me imagino debe ser parecido al de otras regiones, es un mundo totalmente distinto. Llegas y la ayuda es de todas las áreas, como enfermería, kinesiología, sicología, traslados, si tenías que estar hospitalizado te dejaban ahí mismo en el centro. Era excelente la atención y la ayuda, muy buena. Es una mano que te acoge y que te guía para seguir el camino que te toca recorrer.

-En ese periodo, ¿conociste casos similares al tuyo?

-Sí, conocí a jóvenes que iban en un auto y chocaron, se cayeron de alguna parte o de una "bala loca" que les llegó en la médula y quedaron con una lesión parecida a la mía y hoy en día son grandes deportistas, empresarios, cada uno siguió su camino lo mejor que pudo. Tuve suerte porque en la Teletón conocí gente muy buena, de mi edad, y en esa etapa también conocí el centro de rehabilitación Esperanza Nuestra (en Maipú), que se enfoca en los adultos y gente de escasos recursos que no puede optar a una rehabilitación integral porque es carísimo. Ahí estuve dos o tres años, incluso viví ahí y conocí grandes personas. En ese lugar terminé de hacer la segunda parte de mi rehabilitación.

Bochas y pintura

Junto con su talento en la pintura, Bárbara Berríos comenzó a practicar un deporte adaptado: las bochas. Su equipo resultó vencedor del Primer Campeonato Nacional de Bochas Online en junio de 2021.

"Las bochas las conocí en el Centro Esperanza Nuestra. Desde que llegué a ese lugar han hecho torneos. Al principio no me gustaba, lo encontraba fome, que había que esperar a que te tocara lanzar, pero una vez que jugué, me enganché para siempre", afirma la artista.

-¿Cuándo te motivaste a partir con la pintura?

-Fue en la Teletón, cuando estuve interna me hacían terapias. Recuerdo que una niña que era sicóloga y pintora nos hacía terapia motriz, para poder mover mejor las manos y nos hacía pintar. Siempre me había gustado dibujar, desde muy chica, incluso una vez gané un concurso que hicieron en la plaza de San Antonio, por eso se me hizo fácil la pintura. Empecé con témpera y en el camino fui descubriendo otras técnicas como el óleo, pintura en madera, vidrio, tela, acuarela, acrílico. La pintura nunca había sido tema para mí hasta que tuve el accidente y me hicieron pintar por terapia. Ahí dije 'y si me pongo a pintar', porque no lo hago tan mal. En todo este tiempo he participado en varios talleres y actividades relacionadas con pintura.

-¿Sientes que pintar te sirve como terapia?

-He pasado períodos en que no he pintado por mucho tiempo y hay otras etapas en que pinto, pinto, es como una montaña rusa de motivación. Me sirve un montón, es como una terapia, es una meditación activa como le digo yo. Estoy pensando en lo que voy a dibujar y pintar y estoy tranquila, pero mi mente está a 1000% concentrada en la idea que voy a plasmar. Me ayuda a pensar sólo en eso y no en los achaques que últimamente me han estado molestando harto, porque no soy tan mayor, pero son 27 años en silla de ruedas y te van pasando la cuenta.

-A través del arte has podido conocer a otros pintores locales…

-Hace más de 20 años estoy participando en la "Antigalería SyN" en Las Dunas, que es otra motivación para mi vida porque siempre con Flor Soiza nos ponemos de acuerdo en los temas que vamos a exponer. Ahora último estuvimos con la temática de Gabriela Mistral. Ahí estuve con dos cuadros y ahora, en junio, se viene la expo dedicada a los pueblos originarios, así es que estoy pensando recién en esa idea. No me he puesto a pintar porque he estado delicada de salud, he estado más en cama que en pie. Espero alcanzar a tener algo. Me gusta que la gente vea que las personas con discapacidad también podemos ser un aporte, que no sólo estamos respirando, también nos desarrollamos en todas las áreas de la vida.

-¿Cómo fue tu experiencia como monitora en el centro de rehabilitación San Antonio de Padua de la 30 de Marzo?

-Hice tres o cuatro talleres de pintura a otras personas con discapacidad. Fue una experiencia súper linda porque nunca me había puesto esa meta de guiar a otros porque no soy experta en pintura. En ese tiempo, la encargada era la kinesióloga Lucía Olivares que me conoce desde que recién quedé así y me hacía terapia kinesiológica, sabía de mi historia y de todo mi proceso. Ella me apoyó en la exposición que hice en el Centro Cultural, que es la única expo individual que he realizado y de ahí surgieron los talleres. Había gente muy motivada y con mucho talento.

-Mucho se habla de la inclusión, pero al parecer falta mucho...

-Eso es verdad. Por ejemplo, hay muchos lugares que no tienen acceso universal o lo tienen mal hecho. Lo otro súper importante para las personas que nos movemos en silla de ruedas es el tema del transporte. Mientras no tengamos un medio de transporte adaptado para nosotros es muy difícil movilizarnos en San Antonio. Debería haber por lo menos un transporte adaptado que nos suba y baje desde los cerros.

"Es aprender todo de nuevo, porque la lesión que tuve fue más o menos alta, entonces estuve bastante tiempo inmóvil del cuello para abajo, sobre todo el periodo que estuve hospitalizada".

"Al estar en ese centro (Teletón) vi otras realidades peores incluso que la mía, y ahí se toma conciencia de que uno si le pone ganas puede salir adelante",

Bárbara Berríos

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Para contactar y conocer más sobre sus obras artísticas está su cuenta en Instagram (@barbarella.bf).
Junto a sus hermanas y su mamá, quienes han sido un apoyo fundamental.
Bárbara asegura que la pintura es una gran terapia para ella.
En la obra de teatro "Alma", puesta en escena por pacientes del Centro San Antonio de Padua.
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