Juan Olivares Meza

Por las abandonadas calles de Mirador El Faro siguen dando vuelta los sueños frustrados de la casa propia para las 256 familias que tuvieron que ser desalojadas por las fallas estructurales del condominio y, de ese total, un grupo de vecinos enfrenta una carrera cuesta arriba en la búsqueda de una vivienda.

En medio de una mezcla de frustración y esperanza, han optado por tomar las riendas de su destino, eligiendo una vivienda nueva por medio de un subsidio en lugar de esperar por las construcciones gubernamentales que todavía no empiezan y lo que debería haber sido una solución se ha convertido en un laberinto de trámites empantanados y obstáculos inesperados.

Tal es el caso de Fernando Valdés, quien relató a nuestro diario que optó por "movilizar a nuestra familia para la compra de una vivienda en febrero, reunimos todos los papeles que nos solicitaron y renunciamos al proyecto de reconstrucción de los departamentos porque nos dijeron que todo iba a ser expedito de parte de la empresa; pero no es así porque se han atrasado en los procesos concluyentes. Nos piden papeles y más papeles para la compra de la vivienda; ahora llamamos y nos pidieron unos papeles que ya les habíamos mandado".

De esta forma, la falta de claridad en los procesos, la demora en las respuestas y la excesiva burocracia han sumido a estas familias en la incertidumbre y el estrés.

"Nos piden mucha documentación y pasa que cuando ya se había entregado un documento nos piden el resto, se van venciendo los anteriores y tenemos que volver a sacarlos", contó Melissa Carrasco.

Macarena Meneses, otra vecina afectada, reclamó por el laberinto de trámites que enfrentan al comentar que "una empresa se ha encargado de gestionar la documentación y hay un tasador que recibe los documentos y todas estas trabas se van acumulando y causando las demoras".

En este escenario, la comunidad de Mirador El Faro afectada clama por una simplificación de los procesos y es que la esperanza de un hogar seguro y estable sigue brillando, a pesar de los obstáculos en su camino.

83 familias de Mirador El Faro optaron por un subsidio directo para poder comprar una casa nueva.

En junio pasado un incendio devastador se abatió sobre dos locales de apreciados comerciantes del sector de Playa Grande de Cartagena, donde las llamas arrasaron la residencial Mussy y el restaurant Manolo, dejando reducidos a cenizas años de esfuerzo y dedicación.

Ahora, estos dos comerciantes se encuentran en una situación difícil, incapaces de trabajar debido a la pérdida de sus herramientas y recursos esenciales. Por esa razón la Cámara de Comercio de Cartagena tomó la iniciativa de organizar un bingo benéfico que se llevará a cabo hoy viernes a partir de las 19 horas.

La presidenta de la Cámara de Comercio de Cartagena, Adela Córdova, explicó que "la idea es recaudar fondos para brindar una ayuda económica urgente a estos comerciantes que han sido golpeados por la adversidad y por eso la comunidad se ha unido de manera conmovedora para apoyar esta noble causa. Los socios de la Cámara de Comercio han realizado donaciones generosas, y los proveedores que abastecen los negocios locales también han contribuido con su granito de arena. La solidaridad y el espíritu de colaboración han demostrado ser una fuerza poderosa en momentos difíciles, y en este caso no ha sido la excepción".

El bingo solidario tendrá lugar en la sede del Club de Leones de Cartagena.