El talentoso sanantonino que fue elegido director de la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional
Jesús Rodríguez Rubio, músico oriundo del cerro Placilla e hijo del fallecido periodista Eduardo Rodríguez, obtuvo el puntaje más alto a nivel nacional en el concurso público para el cargo.
Desde antes de egresar de cuarto medio en el Instituto del Puerto en 2011, Jesús Rodríguez Rubio ya había empezado a prepararse para conseguir los grandes logros que ahora lo tienen convertido en un músico de prestigio. El mes pasado materializó un nuevo éxito a su brillante carrera, cuando lo notificaron de que fue elegido director de la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional de Valparaíso (Foji). La elección se produjo luego de que postulara al concurso público en el que obtuvo el puntaje más alto de todo el país.
El sanantonino, de 30 años, que creció junto a su familia en Placilla, hijo de Elizabeth Rubio y el fallecido periodista municipal Eduardo Rodríguez Álvarez, desde niño demostró interés por la música y en la etapa escolar aprendió a tocar diversos instrumentos e integró bandas y orquestas juveniles de San Antonio, donde se enamoró de este nicho artístico.
Actualmente, es el director musical de la Orquesta de Cámara de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y dirige la Orquesta Estudiantil Sergio Leiva del Conservatorio Municipal Izidor Handler de Viña del Mar. A la vez, ejerce como profesor de música en un colegio con niños de enseñanza básica, porque le gusta compartir su talento y el amor por el arte con toda la comunidad.
"Hace años que están estas orquestas regionales de la Fundación Nacional de Orquestas que tiene una por región y cada dos años se hace este concurso de director regional, que es una convocatoria nacional, donde todos postulamos. En mi caso postulé por Valparaíso porque soy un poco fundador de esta orquesta, porque se creó el 2010 y yo participé como estudiante. Fui cellista, el primer cello en la orquesta durante todos los años en que estuve en la etapa juvenil, y ahora era la opción de postular como director y el lunes 8 de abril me avisaron que había ganado el concurso, así es que estoy muy contento", confiesa con alegría el talentoso y joven músico.
-Jesús, ¿cómo partiste en la música?
-Desde que estaba en el colegio. En San Antonio, con el profesor Javier Duarte empecé de a poco en distintos elencos tocando flauta, guitarra, bajo, teniendo bandas cuando era estudiante de media. Cuando estaba en segundo medio, gracias a los permisos que me daba mi colegio, el Instituto del Puerto, pude estudiar en el Conservatorio en Viña y desde ahí fue como una bola de nieve porque me fui por orquestas en Santiago, Viña y Valparaíso. Después cuando estaba en cuarto medio tuve la oportunidad de participar en una orquesta en Uruguay y así, luego fue Brasil y Ecuador.
-¿Cuál fue tu motivación para dedicarte a este ámbito artístico?
-Estudié en la Universidad Católica de Valparaíso, tuve algunos cursos en Alemania, donde realicé uno de mis primeros cursos de dirección de orquesta, después de haber estudiado un poco acá y fue un cambio de switch importante respecto a lo que quería hacer. Sin embargo, diría que desde que salí del colegio y entré a la universidad el foco lo tenía puesto en las orquestas juveniles, de donde yo venía. Partí en la orquesta de San Antonio en los tiempos en que estaba en el municipio, aún no estaba el Centro Cultural. Entonces ahí conocí ese nicho en el que quería desarrollarme. Saqué mi carrera, el diplomado y el magíster en Interpretación Musical, mención en Dirección Orquestal en la Universidad de Chile que acabo de terminar, siempre enfocado en eso.
-¿Los jóvenes se interesan por participar en estas orquestas?
-Sí, yo he visto en distintas comunas ese interés y cómo los chicos se van perfilando desde su orquesta base. Hoy soy director de la orquesta Sergio Leiva de Viña del Mar y como la orquesta de acá es estudiantil, llegan niños de todos los colegios de la comuna a postular a la orquesta para aprender un instrumento, ya un poco recomendados por sus profesores de música en los colegios y eso los lleva tocar instrumentos de orquesta y a desarrollar muchas veces una carrera. Yo ya tengo estudiantes que están estudiando música en la universidad.
-Generalmente los padres cuestionan que sus hijos quieran seguir una carrera ligada al arte. ¿Cómo fue tu caso?
-Cuando salí de cuarto medio me iba a ir por arquitectura y mi familia me dijo que no, porque ya estaba un poco destinado a seguir en la música, que era lo que me gustaba hacer. Actualmente estoy lleno de trabajo, pero a la vez siento que no trabajo nada porque disfruto mucho. Fue mi familia la que me ayudó y siempre en el mismo foco. Ese apoyo fue fundamental y lo agradezco muchísimo.
En el extranjero
Jesús Eduardo, como siempre lo llamaba su padre Eduardo Rodríguez, gracias a su gran talento ha podido continuar perfeccionándose como lo hizo incluso en Europa.
-¿Cómo surgió la oportunidad de ir a perfeccionarte a Alemania?
-Postulé a un curso con el Collin Metters maestro, él es el director que fundó la escuela de Dirección de Orquesta en Londres, pero este curso lo tomé en Berlín, hace ya varios años. Postulé y quedé con un grupo súper diverso en el que era el único latino. Había gente de Asia, Europa y Norteamérica. Fue muy enriquecedor porque es conocer otra realidad y el maestro fue muy inspirador porque tiene sus años, es una leyenda de la formación en la dirección de orquestas, por las clases mismas y por conocer un medio nuevo. Si bien la formación acá en Chile aún está en pañales, la experiencia en Alemania me sirvió para darme cuenta que tenemos una realidad importante en cuanto a gente para el país pequeño que somos.
-¿Conoces lo que se está haciendo en este ámbito en San Antonio?
-Como comentaba, tristemente no he estado tan cerca de San Antonio, pero a la agrupación que he visto más activa es a 'Agartha', una asociación cultural independiente, que está haciendo una labor súper importante. Colaboro con ellos esporádicamente en algunos cursos y también se han formado algunos compañeros de generación. Se está haciendo un muy buen trabajo allá y creo que cada vez ha ido tomando más forma. San Antonio tiene un potencial enorme porque hay muchos colegios que tienen un profesor de música bastante bueno como Claudio Ortega, Javier Duarte. Tienen que fomentar más el espacio para formar a estos chicos y tenerles un espacio más regular.
-¿Qué falta mejorar?
-Falta un poco de actividad para las mismas orquestas. Por ejemplo, en Viña tenemos actividades todos los meses, cosa que no veo tanto allá, para que la gente tenga la normalidad de ir a ver a su orquesta, aunque sea una orquesta juvenil. Hay harto por hacer porque el potencial de la gente está.
-¿Recuerdas algún evento de forma especial?
-El año 2016, antes de irme a estudiar a Alemania, tuve la oportunidad, con la Camerata del Litoral, de dirigir un concierto en el Centro Cultural en el tercer aniversario. Eso lo recuerdo con mucho cariño porque estaba lleno. El Centro Cultural es un lugar precioso que debemos potenciar y que debe tener más elencos adentro. Hay un espacio muy rico para la comunidad para ver y disfrutar la cultura y el arte. También para mí fue un gusto ser primer cello cuando nuestra orquesta estudiantil de San Antonio fue al Teatro Municipal de Santiago. Creo que fue un gran recuerdo para toda nuestra generación porque ganamos un concurso nacional. Todos estábamos en el colegio y representamos a San Antonio en esa orquesta y fue una súper experiencia.
-¿Cómo te sientes al asumir este nuevo desafío?
-Desde agosto del año pasado soy director titular de la Orquesta Profesional de la Universidad Católica, que fue mi universidad. Estoy contento con un desafío muy grande, estudiando y preparándome. Esto viene un poco a coronar lo que he estado haciendo en la región porque he trabajado en muchas orquestas comunales de Algarrobo, El Tabo, Villa Alemana, Valparaíso y Viña del Mar donde estoy actualmente y la regional era una meta importante para mí.
"Cuando salí de cuarto medio me iba a ir por arquitectura, y mi familia me dijo que no, porque ya estaba un poco destinado a seguir en la música, que era lo que me gustaba hacer",
Jesús Rodríguez Rubio