Una perrita de Llolleo alto se perdió por una noche. Tras buscarla incansablemente sus dueños la encontraron muerta, presentando diversas lesiones en todo el cuerpo, con la nariz y parte del hocico destrozados por golpes propinados por un objeto contundente. Ahora buscan que se investigue y se dé con el autor del brutal ataque.

Canela, una mestiza de un año 4 meses de color café, era juguetona y salía a recorrer las inmediaciones del bioparque del Museo de San Antonio (Musa). Ahí fue donde sus amos la encontraron muerta la mañana de este martes. "Estaba con la cara desfigurada de los palos que le dieron, la nariz reventada. A mi perrita la torturaron a palos", expresó su dueña, Verónica, aún conmocionada por lo ocurrida con su regalona.

Manifestó estremecida que "al revisarla tenía quebrada una pata, las patitas de atrás llenas de sangre y unas lesiones en su vagina (vulva) porque tenía hinchado y había un palo".

"No quiero ni imaginarme por qué tenía las lesiones en su vagina, porque es algo impensable, pero los vecinos, que nos ayudaron a buscarla, creen que le hicieron algo muy malo", dijo deslizando que su perrita fue atacada sexualmente.

Un veterinario que vio a Canela les dijo que las lesiones eran provocadas.

Junto con el caso de esta perrita, otra vecina de la población Baquedano que perdió a su perrito, también lo encontró en el sector del bioparque. Presentaba lesiones contundentes en la cabeza y otra en el ano, que se salvó. "Lo encontraron a tiempo porque también lo dejaron casi muerto", explicó una residente de calle Olegario Henríquez.

Hallazgo

Verónica manifestó que su hijo encontró a la perrita, que era hogareña y que incluso dormía con ella, la mañana del martes junto a una zanja y aún tibia.

"Como estaba tibia, con la sangre emanando todavía, pensamos que la habían matado recién y que la tenían ahí junto a una zanja para enterrarla. Por lo que vimos en el cerro (El Cristo) la llevaron a rastras a ese lugar para enterrarla, para que no se supiera más de ella, no le habían sacado ni el collar", expresó.

Agregó que "era grande, más que un pastor alemán, de unos 50 kilos, por lo que tuvo que ser más de una persona la que hizo esto, pienso que después de matarla la quisieron enterrar porque al tener collar sabían que habría gente buscándola, pero les dio la mañana y no alcanzaron cuando mi hijo la encontró (a las 7.30 horas del martes)".

Ayuda

Ahora Verónica dice que busca justicia para su perrita. "Fue una angustia tan grande verla así, que le pegaron hasta matarla, que solo pienso en por qué no estuve ahí para ayudarla, pero ahora tengo que hacer algo, que es justicia, porque para eso está la ley Cholito, que no se quede así", subrayó.

Y comentó que "esto tiene que ser investigado porque anda alguien en ese sector que es capaz de hacer estas brutalidades y que anda suelto, que podría hacer esto a una persona, a niños".

En este sentido narró que junto a otros vecinos fueron al Musa a pedir si había cámaras de seguridad para buscar al autor del ataque, pero que les dijeron que no. "Pedí una audiencia con el alcalde (Omar Vera) y me atenderá, le quiero pedir ayuda para que en el museo me cooperen para dar con estos sujetos", narró.

Además ayer iría a la PDI a colocar la denuncia respectiva para que se indague el delito de maltrato animal.

Musa

El administrador del Musa, Juan Carlos Escalante, expresó que el martes atendieron a vecinos que preguntaron por cámaras de seguridad, instancia en que les recomendó denunciar lo ocurrido en la policía.

Expresó que las cámaras de seguridad no captaron ningún hecho delictual o algún ataque a perros y que se realizarían revisiones de los cierre perimetrales del bioparque.

"Estaba con la cara desfigurada de los palos que le dieron, la nariz reventada. A mi perrita la torturaron a palos (...), al revisarla tenía quebrada una pata, las patitas de atrás llenas de sangre",

Verónica, dueña de la perrita hallada muerta.

7.30 horas de este martes, encontraron a la perrita muerta, que había pasado la noche perdida. Tenía su collar.