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Emprendedoras crean un espacio de creatividad, reciclaje y comercio justo

Carmen Pizarro, Paula Albornoz y Paola Gutiérrez no solo ofrecen sus creaciones, sino que buscan impulsar el reciclaje textil y recuperar los oficios.
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Cuando la pasión se convierte en un proyecto con propósito se pueden obtener grandes logros. Tres mujeres emprendedoras crearon Casa Taller, un espacio de colaboración donde la costura, el tejido y las manualidades convergen con el compromiso ambiental y social.

Carmen Pizarro (41), Paula Albornoz (33) y Paola Gutiérrez (47), son las fundadoras de Casa Taller, el espacio donde se repara, recicla y transforma ropa, se teje con lanas recicladas y se realizan manualidades como el decoupage, con un enfoque que combina arte, sustentabilidad, comercio justo y comunidad.

"Más que una tienda, es un centro de creación, aprendizaje y reciclaje textil. Queríamos desarrollar nuestras pasiones y al mismo tiempo aportar con un espacio donde la gente pudiera aprender y reutilizar", explica Carmen Pizarro, una de sus fundadoras.

Sueño cumplido

Casa Taller está ubicado en el nuevo centro comercial Patio Echaurren (Echaurren 145) en Llolleo. Con esta tienda, Carmen Pizarro (@repara_arte) materializó el sueño que comenzó en su adolescencia cuando compraba ropa en la feria, la transformaba y la revendía. Todo cosido a mano.

Con el tiempo, y tras la maternidad -tiene dos hijos de 12 y 13 años-, adquirió su primera máquina de coser y aprendió todo nuevamente desde cero. "Siempre me ha gustado coser. Si hasta en un momento pensé en irme a algún pueblo pequeño por ahí y ser la costurera del lugar, pero mi camino me trajo a San Antonio, aquí encontré la oportunidad de hacer lo que amo", cuenta la profesora de Castellano y experta en educación digital que, en paralelo se dedica a este emprendimiento.

En Casa Taller, repara y transforma prendas y confecciona a la medida, fomentando la reutilización de textiles para reducir el desperdicio "Mi aporte al planeta es recuperar la ropa y darle un nuevo uso. Hoy en día, reparar ropa es casi un acto de revolución en un mundo donde se incentiva el consumo desmedido", señala.

Tejiendo quimeras

Por su parte, Paula Albornoz (@albornoz_paudesign), artesana de San Antonio, tiene una conexión especial con el tejido, un oficio heredado de su abuela y bisabuela. "Desde niña me dediqué al tejido, pero hace siete años decidí vender mis creaciones. Cada pieza tiene un significado y un cariño especial. Utilizo en muchos casos lana reciclada. Tejo chalecos, bolsos y muñecos amigurumi, que más que juguetes, se convierten en compañeros de vida para los niños", explica.

"Siempre me gustó tejer y lo hago desde chica, pero dedicarme a esto como sustento, me costó un poco decidirme", señala la estudiante de ingeniera agrícola. Su meta es ampliar el impacto del reciclaje textil, desarrollando materiales propios con lana y géneros reutilizados.

Amor y delicadeza

Paola Gutiérrez (@capalatiendita), en tanto, descubrió su vocación durante la pandemia. Con una trayectoria de más de 20 años en prevención de riesgos, encontró en el decoupage y la pintura una forma de reinventarse. Paola aplica técnicas de pintura decorativa y acabados como falso mármol y óxido, ofreciendo piezas únicas con un estilo vintage.

"Siempre me gustó el arte, pero fue en la pandemia cuando me atreví a dedicarme por completo a la pintura y los acabados. Comencé viendo tutoriales y experimentando con técnicas vintage", comenta.

Conciencia ecológica

Uno de los proyectos más ambiciosos de Casa Taller es Refabrica, una iniciativa que busca reciclar todo tipo de telas y fibras para transformarlas en nuevos productos. "Somos un centro de acopio, estamos certificadas como recicladoras de base. Nuestro objetivo es tener toda la implementación y maquinaria para triturar los materiales y convertirlos en nuevos textiles para crear nuestras propias telas y lanas; o para darle una segunda vida modificando o embelleciendo la prenda que se pueda mejorar", explica Paula Albornoz.

Para llevar a cabo su propósito, las emprendedoras están en busca de financiamiento

Moda circular

En Casa Taller, la moda circular es una realidad. Uno de sus objetivos es incentivar la reducción al mínimo de basura textil y fomentar una cultura de reutilización. "Cuando alguien nos trae ropa para reciclar, le ofrecemos una asesoría gratuita de lo que se puede o no reciclar, además le damos descuento en futuras transformaciones de ropa. También promovemos el trueque, el otro día hice unas bastas a cambio de unas humitas. Jajaja", cuenta Carmen.

Carmen Pizarro agrega que "personalmente he visto que cada vez más personas buscan reparar su ropa en lugar de desecharla. Nos alegra ver que nuestro trabajo tiene un impacto positivo en la comunidad".

Comercio justo

Además del reciclaje, Casa Taller promueve el comercio justo. "No inflamos los precios ni cobramos de más. Queremos que lo sustentable sea accesible y que las personas entiendan el valor que tiene el trabajo hecho a mano, también que se involucren en su proceso", señala Carmen Pizarro.

Más allá de la producción y la venta, Casa Taller se ha convertido en un lugar de aprendizaje donde realizan distintas capacitaciones. "Realizamos talleres donde enseñamos nuestras técnicas y damos espacio a otras emprendedoras para compartir su conocimiento", explica Carmen.

Uno de los primeros talleres realizado recientemente fue sobre colorimetría .

Casa Taller funciona de lunes a sábado, de 10 a 20 horas, en Patio Echaurren, un espacio dedicado a emprendimientos innovadores.

"No inflamos los precios ni cobramos de más. Queremos que lo sustentable sea accesible y que las personas entiendan el valor que tiene el trabajo hecho a mano

Carmen Pizarro.