Dramático: mujer amputada clama por tanque de oxígeno
Cecilia Garrido, vecina de la histórica población Juan Aspeé, despierta cada mañana con las ganas de ponerse de pie y salir a caminar. Aunque ella sabe que no es posible, igualmente levanta las sábanas de su cama. Ese simple acto no hace más que recordarle el horrible calvario que ha tenido que soportar los últimos siete meses.
En enero pasado ingresó al hospital Claudio Vicuña afectada por una trombosis que comenzó a ser tratada urgentemente. También tenía una pequeña herida en la pierna izquierda, que hasta ese momento no había despertado la preocupación de los médicos del recinto.
Mientras se recuperaba y luchaba por mantenerse con vida, su extremidad comenzó a tomar un aspecto cada vez más espeluznante. Según recuerda Hernán Jerez, su marido, "el pie empezó a ponerse negro, a morirse".
gangrena
El diagnóstico de los médicos fue aún más aterrador: tenía gangrena y había que remover el área afectada de inmediato. El 24 de enero ingresó al pabellón y salió transformada en otra persona. Desde la rodilla de la pierna derecha hacia abajo no había nada.
Junto con su extremidad inferior también se fue la posibilidad de caminar y de volver a ser la activa madre de dos hijos que fue alguna vez.
Lamentablemente el drama no termina allí. Por el contrario, parece lejos de terminar. Una serie de complicaciones médicas comenzaron a dañar sus pulmones, su corazón y otros órganos vitales. Ahora tiene que cargar con otro peso más: un tubo de oxígeno.
postrada
Sin el tubo oxígeno no hay vida para Cecilia. Tiene una sonda conectada 24 horas en sus fosas nasales y no puede removérsela por más de cinco minutos.
El problema es que el gigantesco tubo al lado de su cama no solo la mantiene en este mundo, sino que también la obliga a estar confinada en una cama.
La mujer ya lleva 30 días postrada en su casa de calle Pedro Aguirre Cerda. La silla de ruedas está ahí mismo, a solo unos pasos, pero sin un cilindro portátil la posibilidad de salir del encierro es nula.
el sueño
"Estoy súper complicada. No he tenido la posibilidad de estar ni con un sicólogo que me ayude con el trauma y menos con un kinesiólogo", dice llorando.
Una vez más calmada explica que ambos profesionales le permitirían superar el constante impulso de volver a ponerse de pie y la angustia que eso significa.
"Necesito un kinesiólogo para recuperarme bien y tener una prótesis para volver a caminar", agrega la mujer con la angustia reflejada en su rostro.
"Es una persona muy joven todavía como para que no vuelva a caminar, pero lamentablemente no la está viendo ningún doctor para que se recupere en ese sentido", afirma su marido, Hernán Jerez, un antiguo portuario que en la actualidad tiene un 40% de discapacidad mental.
"Se bien en mi cabeza que ya no tengo la pierna, pero destaparme y ver que no la tengo es muy fuerte. Uno no está nunca preparado para algo así, por eso quiero volver a caminar alguna vez con la ayuda de la prótesis", confiesa la afectada.
"Antes era un persona activa, además tenía que cuidar a mi marido que tiene una discapacidad mental, y ahora estoy así, con un riesgo vital permanente", finaliza.
Cualquier ayuda para conseguir la atención médica y sicologica y el cilindro de oxígeno portátil será bien recibida en el número celular 9191921. J