Apoderados del Juan Pablo II indignados por la basura
Son las ocho de la mañana del pasado lunes y los pequeños alumnos de prekinder y kinder del colegio Papa Juan Pablo II de San Antonio se aprestan para comenzar las clases. Sin embargo, un fuerte olor a basura los incomoda.
Hace varias semanas, el pasaje Condell se ha convertido en un microbasural. Cajas de vino, botellas de cerveza e incluso un colchón, han reposado en la misma puerta del establecimiento educacional.
"Si hasta condones usados hemos encontrado", reclama Loreto Herrera, quien pertenece al centro de Padres del Juan Pablo II.
Junto a la directiva que además componen María Díaz, Fabiola Carrasco e Isabel Ambrossetti, están indignadas. "Es que es feo que uno venga a dejar a los chicos al colegio y exista este montón de basura acumulada", expresan las apoderadas.
Para el inspector Emanuel Soto Fuentes, esta situación "afecta la imagen del colegio". Por eso, fueron a presentar estos problemas a la dirección de Aseo y Ornato, donde les prometieron una señalética que indicaría que en el pasaje Condell no se podría botar basura, ya que existiría una multa.
"Pero aún no ha llegado la señalética. Ayer recogieron la basura eso sí, pero lo que no queremos es que esto vuelva a convertirse en un microbasural", afirma la apoderada Loreto Herrera. J
Frente a la entrada de los prekinder y kinder del colegio Papa Juan Pablo II, hay una casa que lleva bastante tiempo abandonada, lo que tiene muy preocupados a los apoderados, ya que ante cualquier temblor o terremoto creen que pueden ceder sus paredes. "Ya se han caído pedazos de la pared, y lo peor es que nadie se hace cargo y no queremos lamentar una tragedia", reconoce Loreto Herrera.