Hugo Fonseca: antes que Alexis Sánchez cargó con la cruz de ser el primer "Niño Maravilla"
En 1974, a los 14 años, "El Niño Maravilla" estaba en las inferiores del Club Atlético Huracán. El sueño de todos los pequeños argentinos lo estaba haciendo un chileno. En las canchas del "Globo" en el barrio bonaerense de Parque Patricios, Hugo Fonseca supo de primera fuente cómo se gestaba y cómo se pulía aquella mentalidad ganadora característica del fútbol argentino.
Ningún partido se jugaba por el honor o la estadística. "Todos eran por 'guita' como dicen ellos", recuerda Hugo. Los dirigentes de cada uno de los equipos que se enfrentaban ponían un monto de dinero en partes iguales.
Tras los 90 minutos y el último pitazo del árbitro, el equipo ganador festejaba por partida doble: los once en la cancha por vencer al rival y el dirigente porque había duplicado su apuesta.
"Entonces los jugadores entraban a la cancha como si fuera una guerra, salían a matar, solamente te enseñan a ganar. No cabía otro resultado posible", agrega.
Hugo Fonseca había arribado un año antes a la tierra de Gardel. Junto a sus padres Mario Fonseca y Regina Salas, además de su familia, llegaron a la capital de Argentina tras el golpe de Estado y se instalaron de inmediato en la casa de un familiar que arrendaba una parcela en el barrio Río Salado, provincia de Buenos Aires.
Allí había una canchita de baby fútbol que tenía actividad prácticamente las 24 horas. El fanatismo se dejaba ver por todos lados. "Yo iba a mirar y ver cómo jugaban los argentinos. Hasta que un día me invitaron a jugar. Anduve tan bien e hice tantos goles, que un amigo de mi tío me llevó sin pensarlo dos veces a Huracán, el 'Globito', uno de los equipos más grandes de Buenos Aires. Nadie podía creer que este 'chilenito' podía ser mejor que ellos", rememora orgulloso Fonseca.
"el niño maravilla"
Nacido el 18 de marzo de 1960 en la comuna de Estación Central, precisamente en el barrio Cornelio Olivares, Hugo Fonseca se dio cuenta desde chico que el talento con el que había nacido estaba en sus pies.
Apenas supo caminar empezó a patear el balón. Con apenas diez años de edad era parte habitual de los campeonatos de baby fútbol que se organizaban en la cancha de las Cecinas Klaber.
Sus goles lo llevarían a ser considerado por otros equipos santiaguinos que lo invitaban a jugar a las canchas de la población Los Nogales, o de la población José María Caro, por nombrar algunas.
Su habilidad, su facilidad para anotar goles, y sobre todo su control del balón, lo hicieron merecedor de un apodo que no es para cualquiera.
"Fui el primer 'Niño Maravilla'. Me decían así porque hacía de cinco o seis goles por partido. Y con la pelota en los pies era muy difícil que me la quitaran. Me gustaba hacer la jugada ilógica, no la que hacían todos. Si veía que todos iban para un lado, yo mandaba el pase al otro costado. Un poco lo que hace el 'Mago' Valdivia. Por eso que me llamaban de todos lados para jugar. Así pude conocer prácticamente todas las canchas de Santiago, algunas de ellas bastante bravas y complicadas", afirma Hugo Fonseca, quien antes del gran Alexis Sánchez, fue el primer "Niño Maravilla".
amor en la cancha
Fue a los diez años, jugando baby fútbol, cuando conoció por primera vez a Jacqueline Cañete, de por ese entonces 8 años de edad. El hermano mayor de ella, llamado Fernando, había apadrinado a Hugo por sus buenas condiciones en el fútbol, y con el permiso de sus padres se fue a vivir a su casa.
El contacto con Jacqueline comenzó a ser constante. El amor estaba en el aire. Cuando ella tenía 16 años, Hugo, de 18, le pidió matrimonio y el permiso a sus suegros para casarse. Hoy llevan 37 años de casados y cuatro hijos criados bajo el mismo techo: Hugo, Fernando, Jenny y Mauricio.
Hugo, su primer hijo (hoy de 36 años), de chico siguió los pasos de su padre. Con su metro y 85 centímetros fue centrodelantero de San Antonio Unido las temporadas 2000 y 2001.
Para la temporada 2002, cuando todos los hinchas lilas se frotaban las manos para verlo junto a Humberto Suazo en la ofensiva sanantonina, decidió irse a San Luis de Quillota. Cosas del fútbol.
Es justamente con su hijo mayor con quien Hugo Fonseca pasó la mayor alegría dentro de una cancha. Ambos fueron parte del plantel de Primera Adulta (el papá Hugo jugó hasta los 45 años en la serie de Honor) en el club cartagenino de Unión Libertad.
Durante muchos partidos compartieron vestuario, risas, anécdotas, sintieron ese olor a camarín que el futbolero espera domingo a domingo.
"Jugar con mi hijo en Primera fue como cumplir un sueño. Es lo más importante que me ha pasado en el fútbol. Nos bautizaron como la dupla 'Fo-Fo'. De todo lo que me pasó, ese es mi mejor recuerdo. Fue muy emocionante", asegura.
todo gracias al gol
Pero volvamos al pasado. Tras aquella experiencia en la cantera del Club Atlético Huracán y el fútbol ultra ganador que se jugaba al otro lado de la cordillera, Hugo Fonseca volvió a Santiago en 1977.
A los 17 años, ingresó a las series juveniles de Colo Colo. El presidente del club por esa época, Héctor Gálvez, y el ex jugador Juan Soto, conocido como el "Niño Gol", se lo recomendaron al jefe de las divisiones menores de los albos, Bernardo Bello. De su casa en Estación Central, al lugar de entrenamiento en Macul, era un viaje de dos horas.
"Tomaba una micro por Américo Vespucio que luego pasaba por General Velásquez y todo ese trayecto hacia el Monumental, que por entonces era un hoyo de tierra. Para ir a entrenar demoraba casi dos horas. Y la verdad, me terminé aburriendo. No servía para ser profesional, ya que no tenía la responsabilidad que debe tener un jugador de equipo profesional. Tuve aquella oportunidad en Colo Colo y no la aproveché", reconoce Hugo Fonseca, quien tras aquella experiencia en la tienda alba comenzó a jugar en el fútbol amateur de la capital.
En la Asociación General Velásquez empezó a defender los colores del "29 de Enero". "Tuve la suerte de jugar con el padre de Luis Núñez, el jugador que era de Universidad Católica. "Lucho" Nuñez padre era extraordinario. En esa época teníamos un equipo que era prácticamente una selección de Santiago, porque el presidente del club, de apellido Contreras, pero que todos conocían como el 'Rey del Zapallo' ya que tenía un puesto en la feria, le pagaba a todos los jugadores. Salimos cinco veces campeones de Primera División", afirma.
De todos los jugadores que vio a lo largo de su carrera en el fútbol amateur capitalino, un defensa central lo dejó maravillado hasta el día de hoy. "He visto a dos defensas extraordinarios en mi vida, uno profesional, y el otro amateur. El primero es "Don Elías", y el segundo es Carlos Rodríguez, el famoso "Pollo" Rodríguez".
"Era un placer verlo jugar, nunca reventó una pelota, se anticipaba a los delanteros rivales, y siempre salía jugando con elegancia y mucha técnica", comenta Fonseca.
vida en la costa
En 1995, los Fonseca Cañete vinieron de vacaciones por 15 días a Cartagena. Tan bien lo pasaron, y tanto disfrutaron del Litoral Central, que decidieron quedarse a probar suerte y no volver aquel año de vuelta a Estación Central. Desde aquellas vacaciones ya van 20 años. Dos décadas en la provincia, primero viviendo en la Parcela 4 de El Mirador de Cartagena y actualmente en la Villa El Tabo.
Como no podía ser de otra forma, Hugo Fonseca comenzó a hacer carrera dentro del fútbol amateur cartagenino. Su primer club fue el Sportivo Cartagena. Luego, tuvo un breve paso por el club Cerro Alegre de la Asofútbol, gracias a una gestión de la familia Brizuela. Hasta que en 1998 llegó al club que considera su casa: Unión Libertad. Con la camiseta azul logró la Copa Litoral Seniors en ese mismo 1998, donde tuvo el honor de ser el goleador.
"César Lara, presidente del club aquella época, se la jugó por traerme, y estoy muy agradecido. De todos los clubes en los que estuve, este es el que más me representa, y será mi club para toda la vida. Pude jugar con mi hijo en Primera Adulta por varios partidos y eso no lo olvidaré nunca, porque es mi mayor logro dentro de una cancha", dice emocionado Hugo, quien sin dudarlo asegura sentirse "un hijo más de la provincia de San Antonio".
Hoy, a los 55 años, Hugo Fonseca trabaja en una línea de colectivos que hace el recorrido entre El Yeco y Barrancas, en San Antonio. En el vidrio de atrás de su auto color amarillo, un autoadhesivo marca el territorio: "Fo-Fo Transportes". La dupla entre padre e hijo que se hiciera famosa en Unión Libertad, acompaña todos los viajes y trayectos del primer "Niño Maravilla" que tuvo el fútbol chileno. J
"Fui el primer
'Niño Maravilla'.
Me decían así
porque hacía de
cinco a seis goles
por partido".