Camila Infanta S.
Si un estudiante no tiene un texto específico o le falta parte del uniforme que le pidieron a principio de año, el establecimiento no puede sancionarlo, por ejemplo, dejándolo fuera de la sala de clases ni limitar su matrícula. Así lo explicó ayer la ministra de Educación (s), Valentina Quiroga, quien llamó a los padres y apoderados a conocer sus derechos y no permitir que se les exijan particularidades que se enfocan en temas más allá del derecho a la educación. Estos casos son válidos para todo tipo de recinto educacional del país: municipal, particular subvencionado y particular pagado.
Junto al ministro de Economía (s), Raúl Súnico, y el director metropolitano del Sernac, Juan Carlos Luengo, Quiroga informó que además las listas de útiles escolares no pueden contener elementos que no sean de uso estrictamente del alumno como, por ejemplo, artículos de aseo para el establecimiento, como papel higiénico u otro similar.
La ministra informó que el Mineduc reparte de forma gratuita 17,5 millones de textos escolares a colegios municipales y particulares subvencionados. Tras la ley de inclusión aprobada en 2015, esos libros son de propiedad de los alumnos y no de los colegios, por lo que queda prohibido que sean confiscados por el establecimiento. Se calcula que son seis por estudiante.
Quiroga, sin embargo, explicó que de los 11 mil establecimientos a los que se les reparte unos 70 rechazaron recibirlos, tras fundamentar una adecuación al modelo educativo. En esos casos, los colegios tienen la obligación de informarles a las familias de cada alumno.
Cuando cada una de estas exigencias no se cumpla, las denuncias se pueden hacer en el sitio de la Superintendencia de Educación (www.supereduc.cl).
¡A Cotizar!
Como todos los años, ayer el Sernac difundió su estudio de precios sobre útiles escolares, donde se hallaron diferencias de hasta 200% analizando librerías, supermercados y el concurrido barrio Meigss, en el centro de Santiago, por productos particulares.
Al respecto, el ministro (s) Súnico contó que "en el estudio se demuestra que no hay grandes diferencias entre librerías y supermercados, en algunos ítems están más baratos algunos útiles más que otros, por lo que el llamado es a cotizar" cada producto.
Según se informó, al hacer una lista completa con los productos más económicos comparándolos con los más caros, sin considerar ni marca ni diseño, la diferencia total puede llegar a $15.266.
El Sernac instó a que los apoderados denuncien a los colegios que entregan listas pidiendo marcas.