Raúl Abarca Pailamilla
Solo faltó un director cinematográfico para que la escena, digna de la película "Rápido y furioso" y que se vivió el reciente sábado, en Barros Luco, a la altura del supermercado El Lider, llegara a la pantalla grande.
El reloj marcaba las 21.35 horas. En la intersección de 12 Sur con Barros Luco una decena de celulares registraban la escena que tenía como protagonista a una hermosa novia en el centro de la avenida. Frente a ella, dos pilotos aceleraban y hacían rugir los motores de sus autos.
Alexis Pardo, uno de los conductores, y Andrea Jarpa, ambos de 35 años, se conocieron en la escuela Cristo del Maipo, en Las Lomas, Llolleo. Ella al terminar sus estudios tomó rumbo a Santiago, mientras que él dejó partir al amor de su vida y en San Antonio se dedicó a cultivar otras de sus pasiones.
"Desde chico que me gusta el tuning. Ahora pertenezco al club Subaru San Antonio y a la Agrupación Tuerca San Antonio. Ambos reúnen a los fanáticos de los autos", manifestó Alexis, quien junto a Andrea pololearon durante siete años.
"Llevamos 12 años de relación. Hace cinco nos casamos por el Civil y ahora (noche del sábado) por la iglesia", contó para luego agregar que "pese a que a ella no le gusta mucho esto del tuning, Andrea siempre me ha acompañado en el fanatismo por los autos y esto de los piques siempre estuvo planeado para nuestro matrimonio".
Y ahí, en plena avenida Barros Luco, estaba Andrea. De blanco radiante y con una sonrisa imposible de borrar de su rostro. Ella en pocos segundo daría comienzo a una carrera de autos tuning como alguna vez lo soñó Alexis, quien se encontraba frente a ella esperando la señal de su amada esposa.
Andrea Jarpa bajó los brazos y los dos automóviles comenzaron una carrera simbólica por la avenida hasta el siguiente semáforo.
"Yo sé que a él le gusta mucho esto de los automóviles. A mí, para ser sincera, no mucho. Pero habíamos quedado que luego de la ceremonia haríamos esto de la carrera", comentó la feliz y apañadora novia.
La misa se realizó en la Parroquia de Llolleo, hasta donde llegaron familiares y amigos de los novios. Muchos de los invitados, como contó el hombre, eran amigos fanáticos de los automóviles enchulados.
"En una caravana como de 30 autos recorrimos San Antonio. Primero hicimos el pique a la altura del supermercado. Luego nos fuimos al estacionamiento de la municipalidad (de San Antonio) y después a la celebración", narró este amante de la velocidad.
Su esposa se mostró muy contenta y emocionada por lo vivido. "Salió mejor de lo que esperábamos. A todos les gustó mucho y aprecié a mucha gente viendo lo que pasaba. Estoy muy contenta", dijo tras la cena y el bailable que se llevó a cabo en la sede de Huracán, en Tejas Verdes.
"Agradecemos a todas las personas y sobre todo a Carabineros por los piques y el escándalo que armamos ayer", culminó entre risas el flamante novio.