En la sala 2 del Tribunal Oral en lo Penal se realizó ayer una audiencia de lectura de sentencia sin la presencia del acusado. Lo encontraron culpable del delito de robo sin que estuviera oyendo.

No estaba porque el imputado se encontraba a esa misma hora en el mismo edificio, pero en una sala del Juzgado de Garantía, donde estaba siendo formalizado por otro delito de robo que había cometido la tarde del viernes recién pasado.

Se trata de Jorge Ambrosetti, quien cuenta con un amplio prontuario policial que llega a las 17 detenciones. Esta vez cayó luego de robarse un vehículo.

Su última detención ocurrió el viernes. Sobre los hechos existen dos versiones.

La víctima lo acusa de haberle colocado un cuchillo por la espalda para quitarle su vehículo. Más tarde carabineros encontraron una cortaplumas sobre el automóvil.

La historia de Ambrosetti apunta a que efectivamente sustrajo el auto, pero que lo robó porque lo encontró abierto y en marcha.

Independiente de las versiones, el sujeto sí sustrajo un vehículo marca Renault en calle Los Aromos, en Llolleo. Se subió al automóvil y tras avanzar unas cuadras chocó, siendo alcanzando por la víctima y por carabineros, quienes lo perseguían.

Dado los antecedentes del hecho, el magistrado Carlos Muñoz determinó dejar a Jorge Ambrosetti en prisión preventiva durante los 60 días que durará la investigación en su contra. Lo dejó preso por ser un peligro para la sociedad.

"Se tarda horas en vestirse. Apenas puede comer. No sabe moverse porque no ve", dijo entre lágrimas la mamá de un interno de la cárcel de San Antonio que a sus 29 años se quedó ciego.

Según contó Julia Segovia, su hijo Juan Herrera perdió la visión de un ojo el año pasado luego de recibir un golpe que le destrozó la parte posterior del glóbulo ocular. Meses después el ojo derecho también comenzó a complicarse y hoy no ve absolutamente nada.

"Está totalmente ciego y como mamá no sé qué hacer. Está enfrentando una discapacidad dentro de la cárcel sin apoyo. No sólo está mal porque está ciego, sino que además esta hundido en la depresión porque no acepta que ya no puede ver", relató la mujer.

La preocupada mamá teme por su retoño porque éste ha intentado quitarse la vida. "Cuando recién quedó ciego trató de suicidarse. Cada vez que suena mi teléfono creo que es de Gendarmería y que me van a decir que mi hijo hizo algo contra su vida", confidenció.

Julia Segovia pidió ayuda. Solicitó a Gendarmería que le cooperen para poder sacar a su hijo a un centro de salud especializado en oftalmología, puesto que nunca ha recibido una opinión médica especializada que le confirme que la situación de su hijo es irreversible.

"Un médico en Viña una vez dijo que quizás eran cataratas, que tenía que evaluarlo, pero no lo ha podido hacer. Quizás hay alguna esperanza de devolverle la vista y no sabemos", expuso Julia.

En la casa

Además dijo que pretende buscar alguna fórmula para apelar a la condena que hoy enfrenta Juan Herrera, ya que le quedan cuatro años tras las rejas, luego de cometer hace seis años un delito de robo con intimidación.

"Lleva seis años preso y uno de ellos ciego. Por eso quiero averiguar si existe la posibilidad de que le cambien la medida y que cumpla reclusión domiciliaria total. Con su discapacidad yo soy la única que lo puede atender y apoyar en esta nueva manera de enfrentar la vida", reflexionó la madre del interno.

Finalmente la mujer pidió que a su hijo le concedan una entrevista con el nuevo alcaide, teniente coronel Jonny Avilés, para que le pueda exponer su caso.

Mónica Jorquera Escobar mjorquerae@lidersanatonio.cl