Jóvenes se la juegan con huertos verticales en la selva de cemento
Yerbas medicinales, perejil, cebollín, albahaca, cilantro y una serie de otros productos se pueden cultivar en la terraza del departamento o en el patio de la casa. En "7 Pétalos" le enseñan a sembrar sus propios alimentos saludables.
Matías Valenzuela Rodríguez (28) es un payaso. Pero no es un payaso cualquiera. No ocupa peluca ni mucho menos un disfraz. No se pinta la cara y no se le pasa por la cabeza ocupar una nariz roja, pese a que es comediante y payaso de profesión.
Este sanantonino, radicado en Santiago hace varios años, está a minutos de dictar una charla a un grupo de estudiante con capacidades diferentes.
Los niños están emocionados y ansiosos de que comience el show. Pero la apariencia de este muchacho está lejos de ser la de un bufón a escasos segundos de enfrentar al público.
Matías viste un buzo parchado de color azul. Su única peluca es su pelo natural, que es negro y desordenado. Ocupa un polar oscuro. Lo más colorido que lleva consigo es un delantal amarillo y la tradicional corneta, que es parte imperdible de cualquier evento clown, da paso a un deshidratador solar de frutas y a un horno solar.
"Mezclo mi profesión con lo que aprendí de mi hermana", adelanta.
Toda la energía que un payaso pudiese desplegar arriba de cualquier escenario de nuestro país, Matías la utiliza para enseñar a los niños los beneficios de la sustentabilidad, el reciclaje y lo importante de alimentarse de manera saludable.
"Acá no hay nada serio, pura buena onda. Lo pasamos bacán, nos reímos harto y la idea es enseñarle a los niños, el futuro de nuestra sociedad, las ventajas de vivir de manera saludable y todo lo que ello implica", describe.
Esta última parte, como él mismo lo recalca, lo aprendió de su hermana María José, con quien junto a Magdalena de Pablos y Magdalena Ulloa, formó "7 Pétalos", un emprendimiento familiar que es responsable de llevar a cientos de departamentos una nueva tendencia que se toma las grandes ciudades: los huertos urbanos verticales.
Permacultura
Estaba estudiando actuación en la Escuela de Teatro La Mancha cuando se fijó atentamente en los estudios de su hermana María José.
Por esos años, la Coté, como le dicen sus más cercanos, se especializaba en permacultura.
"En mi casa somos bien hippies, bien amantes de naturaleza y esa onda", refuerza Matías entre risas, antes de explicar qué significa esta corriente.
La permacultura, como define el actor, es un sistema que busca crear espacios sostenibles, sanos y viables, tanto en materia económica como medioambiental, para que las personas puedan cultivar sus propios alimentos saludables.
"Desde chico que aprendí a reparar y componer todo lo que necesitaba, porque mi papá así lo hacía. Somos muchos hermanos y cuando éramos chicos, y para ahorrar plata, mis papás trataban de reparar todo. Esa es la idea: que podamos reparar y utilizar, por ejemplo, un recurso tan a la mano como el sol para preparar nuestros propios alimentos", expone.
Y añade: "fui scout durante muchos años. Eso me ayudó a vivir siempre apegado a la naturaleza y a respetarla, a cuidar nuestra tierra que nos provee de todo lo que necesitamos".
Junto a su hermana, motivados por la permacultura, se dedican a fabricar cocinas, hornos y deshidratadores de frutas solares.
"Estos artículos una vez los compramos. Nos gustaron y luego aprendimos a fabricarlos para venderlos y ahora enseñamos a los niños y a diferentes organizaciones a armarlos. La idea es evitar ocupar energías contaminantes y solo utilizar aquellas que son amigables con el medio ambiente", aclara.
Pero eso no es todo. Uno de sus productos estrella es la instalación de huertos verticales en departamentos, una tendencia que crece cada día más en la selva de cemento del Gran Santiago.
"Hoy se está volviendo a lo natural, porque estamos entendiendo qué es lo más sano para nuestro cuerpo. A través de estos huertos, que no necesitan mucho espacio, una persona puede plantar sus propias yerbas medicinales como té, manzanilla, boldo, menta, además de cilantro, cebollines, albahaca, perejil, entre muchos otros, y abastecerse durante todo un año. Lo que te permite comer sano y ahorrar plata", asegura Matías.
Pero no solo en la Región Metropolitana muchas personas se han inclinado por estos huertos urbanos. También en Valparaíso, Viña de Mar y su natal San Antonio se han unido a esta nueva tendencia verde.
-¿Cuánto espacio se necesita para instalar un huerto vertical?
-Nosotros nos acomodamos a la circunstancia del lugar. Nada debe ser imposible para el ser humano. Bajo esta premisa nosotros adaptamos nuestros huertos al departamento o casa, porque también instalamos en patios. Sin embargo, tenemos unos modelos estándar para departamentos.
Matías se refiere a un mueble de 40 por 80 centímetros, el cual tiene capacidad para cuatro plantas.
El otro huerto mide 80 por 80 centímetros, tiene capacidad para 8 maceteros. Y por último, el de 1,0 por 1,5 metros, para 25 recipientes.
"La mayoría de las veces nos llaman para instalarlos en las terrazas de los departamentos. Es el lugar ideal, pero no el único. Se pueden poner también dentro del departamento, pero el gran requisito es que les llegue luz", advierte.
-¿Qué tipos de personas son los que más solicitan estos huertos verticales?
-Son personas jóvenes o familias jóvenes. Son los profesionales recién egresados que piden estos huertos. Ellos están teniendo más conciencia de que comer sano, con productos saludables, es lo mejor. También nuestra idea es fomentar esta forma de vida y dictamos charlas en colegios o grupos de empresas o municipalidades, con snack naturales.
El creador de "7 Pétalos" además cuenta que no solo instalan huertos verticales en departamentos, sino también huertos en casas, jardines sustentables, además de crear hornos, cocinas y deshidratadores solares.
"Cada vez que instalamos un huerto sea donde sea, les enseñamos a usarlo, manejarlo y le entregamos plantas medicinales. Todo lo que nosotros trabajamos es orgánico. Nada de fertilizantes y productos artificiales", enfatiza.
Lombriceros
Uno de los puntos importantes de la permacultura es aprovechar todos los recursos y aunarlos para seguir produciendo alimentos saludables. Es por eso que dentro de este estilo de vida casi ni se habla de deshechos o desperdicios. Todo se transforma, como diría alguien por ahí.
A modo de ejemplo, mediante unos lombriceros crean abono para las mismas plantas que se cultivan en los huertos.
"Estas lombrices se comen los desperdicios y crean un abono, el humus, que podemos utilizar en los mismo huertos. Esto es ocupar todos los recursos, no desperdiciar nada", agrega.
A través de las composteras también aceleran el proceso de descomposición para hacer fertilizante natural.
"Mediante charlas en los colegios, y para adultos, enseñamos a los niños a tener más conciencia del medio ambiente, a cuidarlo, a utilizar energías limpias como la solar. El reciclar también es importante. Todas las personas somos responsables de cuidar nuestro planeta, todos debemos tener conciencia y los niños son siempre los llamados a cambiar nuestra actual mentalidad", culmina antes de su presentación frente al futuro de nuestra sociedad.