La silla de ruedas no fue impedimento para cumplir con el deber
Ysolina Muñoz llegó a las once de la mañana en punto a cumplir con su deber ciudadano en el Grupo Escolar de Barrancas. Iba acompañada de su marido de 33 años, Ramón Alvarez, quien por segunda vez puede ayudarla a emitir el sufragio.
La vecina del Cerro Alegre y madre de cinco hijos se moviliza en silla de ruedas, y hasta la elección pasada no la dejaban votar con la ayuda de su marido.
"Era muy difícil, pero ya no es así. La gente, los jóvenes no deberían dejar de ir a votar, es un derecho que hay que usar", comentó.
Abuelitos distraídos llegaron más perdidos que el teniente Bello
Elisa Fuentes Jeria, delegada electoral del colegio Movilizadores Portuarios, explicó que una de las principales dificultades que se vivieron ayer en ese recinto fue la "confusión del los adultos mayores".
"Llegó gente que votaba en Cartagena, pero que llegó hasta acá. Y en este caso no se trataba de un error en el padrón, sino que muchos ya tienen mucha edad y llegan confundidos. No recuerdan el número de las mesas en que votan", agregó.
El proceso fue lento, pero finalmente la gran mayoría pudo emitir su sufragio con normalidad en el local.