Centro de Rescate sanantonino se convirtió en guardería de animales
De los 150 animalitos que hay en el recinto, 15 crías necesitan permanente cuidado. La nobleza y el sacrificio de los pocos funcionarios municipales del lugar se enaltecen en estas arduas tareas de crianza.
El Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de San Antonio es el único establecimiento de este tipo que depende de un museo municipal y, pese a las precariedades económicas, asoma como uno de los recintos con mayor prestigio en la zona central del país.
Esa es una de las principales razones por las que todas las semanas llegan hasta sus dependencias nuevos animales de todas las especies y provenientes de distintas ciudades para su protección y recuperación. En su gran mayoría, son traídos por particulares, el SAG, la Aduana y la Brigada del Medio Ambiente de la PDI.
Todos los meses se informa de nuevas liberaciones de aves y animales, pero detrás de esta tarea hay un arduo y esforzado trabajo de los pocos funcionarios que luchan diariamente para criarlos y rehabilitarlos.
"Durante las últimas dos semanas liberamos 16 ejemplares, pero también recibimos 15 en el mismo periodo, así es que esto nunca termina", comenta José Luis Brito, conservador del museo.
150 animales
En el recinto "de emergencia" (mientras se entrega el nuevo edificio del museo) permanecen 150 animales de 40 especies distintas. Entre ellos, 16 crías: siete lechuzas juveniles y bebés (algunas provenientes de Santa Cruz), cuatro quiques rescatados en Cartagena, dos cernícalos (especie de halcón) oriundos de San Vicente de Tagua Tagua, un chuncho y un par de polluelos de palomas derivados de distintas localidades de las regiones Quinta y Sexta.
Cada día, al comenzar la jornada, la prioridad de los funcionarios es asistir a las crías que permanecen aisladas en las dependencias de Barrancas. Según los trabajadores, "todo lo demás puede esperar, pero revisar guateros y alimentar a las crías es lo primero que hay que hacer cuando llegamos".
Después de eso, la tarea no termina. Deben limpiar y cambiar sus jaulas con la precaución de no ser mordidos ni que los ejemplares se arranquen.
sacrificio
Según Brito, trabajar con estas crías demanda muchas horas hombre, porque requieren más cuidados y dedicación que el resto de los animales. "Hace poco hubo un paro de funcionarios de dos semanas, sin embargo nosotros no podíamos detenernos, porque significaba poner en riesgo la vida de todas estas criaturas que dependen de nosotros".
Es tal el compromiso de los funcionarios, que hay fines de semana en que se llevan un par de crías para sus casas, puesto que requieren alimentación cada tres horas y calor en los días de frío. "Tenemos que estar encima de ellos, porque no sabemos si tienen frío o calor, o si se mojaron. Son igual que un bebé y por eso requieren de mucho tiempo", dice Brito.
"Es más difícil liberar a las crías que nunca tuvieron contacto con sus padres, porque hay que enseñarles a cazar y tenemos que asegurarnos que van a poder sobrevivir en su hábitat natural", agrega.
Las cuatro crías de quique, rescatadas desde un sector urbano de Cartagena hace dos semanas, recién podrán ser liberadas en febrero, puesto que estaban muy pequeñas cuando fueron encontradas y necesitan aprender a cazar. Para ello se requiere mucho trabajo y tiempo.
4 crías de quique, rescatadas en Cartagena, son algunos de los animales que más trabajo demandan.