Una noche de patrullaje con dos jóvenes carabineros de San Antonio
En una ronda nocturna a bordo de un moderno radiopatrulla, recorrimos las calles de la ciudad en busca de una rutina de trabajo que, a veces, es imperceptible para parte de la ciudadanía.
El viernes 5 de octubre pasado, el cabo segundo Marcial Pérez (25) y el subteniente Nicolás Basualto (24), de dotación de la Primera Comisaría de Carabineros de San Antonio, llevaron en uno de los radiopatrulla Dogde Chager Police a un equipo de Diario El Líder para participar de una ronda nocturna por las calles de la ciudad.
La primera de las acciones desarrolladas por ambos policías fue atender un llamado por violencia intrafamiliar (VIF) registrado en Bellavista, donde una mujer llamó al 133 para denunciar que su ex pareja y padre de su hija la acosa y persigue en forma constante. Llorando, ella relató el infierno que vive por culpa de aquel sujeto. Este tipo de casos se repite cada día, especialmente en fines de semana. Los carabineros deben escuchar a la afectada, tratar de tranquilizarla, aplicar sicología y redactar el parte.
"Estamos desarrollando un servicio policial extraordinario para dar mayor sensación de seguridad y tener una mejor respuesta a los procedimientos y para que se actúe con mayor rapidez", explicó Basualto al hacer mención a las gestiones de Carabineros para reducir la delincuencia en Bellavista.
A este patrullaje se sumó también una unidad del OS-7, que detectó a consumidores de droga en la vía pública en distintos sectores de Llolleo alto. El primero de estos casos correspondía a un sujeto que afirmó ser trabajador portuario y en cuyo poder se halló un papelillo de pasta base de cocaína. La segunda situación fue la de un joven que fumaba marihuana con sus amigos frente a una multicancha donde juegan los niños. Los dos quedaron citados a presentarse ante la justicia. "Consumo pasta base cuando estoy libre, yo trabajo de tres de la tarde a 11 de la noche", dijo el supuesto operario al descartar que se haya transformado en adicto aunque su cara de angustia demostraba lo contrario.
En medio del patrullaje también surgió un procedimiento por un asalto que afectó a la botillería New Costa Brava, en Villa Las Dunas. Ahí los policías recogieron el testimonio de la dueña y efectuaron las primeras diligencias para dar con los autores del atraco.
Otro de los puntos que recorrimos fue la Plaza Estrella, donde decenas de jóvenes bebían alcohol a eso de las 23 horas. La llegada de los carabineros generó una verdadera estampida de adolescentes corriendo botella en mano.
Otra mujer que llamó al 133 denunció el robo a su vehículo, hecho ocurrido en la esquina de Barros Luco y El Molo, donde desconocidos rompieron uno de los vidrios del móvil y sustrajeron especies desde el interior.
Segundo bustamante
Nuevamente en Bellavista, la patrulla realizó controles de identidad en la calle Segundo Bustamante, donde, la noche del sábado 6 de octubre, los vecinos desmantelarían una casa sindicada como lugar de venta de drogas.
Los residentes de la calle Segundo Bustamante, ese viernes, ya expresaban a El Líder su malestar contra los delincuentes y traficantes y preparaban la protesta. "Deberían hacer estos operativos todos los días porque este sector está muy inseguro, yo llevo 15 años acá y esto es lo peor", nos explicó un vecino alarmado por los violentos delitos ocurridos aquella semana. Otro poblador nos confesó que había comprado un arma de fuego para hacer frente a los antisociales: "Estoy dispuesto a dispararles para defender a mi familia", admitió, visiblemente molesto, pero con firmeza en sus palabras.
Las horas se pasan rápido arriba de un radiopatrulla de Carabineros. El subteniente Basualto y el cabo segundo Pérez deben estar atentos a lo que ocurre en cada esquina por la que pasan en ese vehículo policial. Muchas veces la gente no agradece su labor y es mezquina a la hora de valorar su importante trabajo.
Nicolás Basualto parece sentirse muy orgulloso de trabajar como carabinero en la ciudad en que nació y se crió. A él y a su compañero Marcial Pérez, como a tantos otros jóvenes chilenos, el Estado les entregó la misión de enfrentar a los delincuentes y por eso se la juegan con todo por dar cumplimiento fiel a su mandato.
Cerca de la una de la madrugada nuestro reporteo concluye. No hubo mayores incidentes ni personas detenidas, pero a la noche aún le quedaban muchas horas y estos policías conocerían más de esas historias buenas y malas que se tejen en la vertiginosa rutina de una ciudad como San Antonio. Acá la gente duerme y el hampa no descansa, solo aguarda sigiloso a que el inocente caiga bajo sus dominios. Estos carabineros esperan volver bien a sus hogares, donde sus familias los esperan, como a usted o como a mí.