Jesús Farías Silva

Partió como un pequeño grupo de familias preocupadas por la educación de sus hijos, quienes compartían una misma condición: el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Eran vecinos de Algarrobo y El Quisco que se contaban con los dedos de una mano, sin embargo, el número fue creciendo rápidamente. Sus pequeños necesitaban terapias, clases y herramientas para integrarse a la sociedad, y a medida que fue pasando el tiempo aparecieron más padres con sus hijos.

Así nació la Fundación T.E.A Amamos, que durante el 2019 creció exponencialmente hasta llegar casi al centenar de niños y jóvenes. El menor tiene un año y ocho meses y el mayor, 36.

Entregan ayuda con variados profesionales -entre ellos fonoaudiólogos y kinesiólogos- talleres y la posibilidad de prepararse para dar exámenes libres y completar los distintos niveles educativos.

Comenzaron en un espacio prestado por la Cofradía Náutica del Pacífico, en Algarrobo. Luego arrendaron una casa en El Quisco, y este año dieron el salto hasta San Antonio.

Pero para todo lo anterior se requieren recursos, que siempre son escasos. Por eso, lanzaron una campaña para buscar padrinos para los niños o la fundación en general.

Trabajo

"La fundación partió muy pequeña, eran tres o cuatro familias de El Quisco y Algarrobo, porque no había nada en el Litoral para atender a sus hijos, pero este año crecimos harto y nos trasladamos a una casa en El Quisco, donde pudimos atender a cerca de 30 familias", cuenta la fonoaudióloga Pilar Rodríguez.

"Luego en San Antonio, después de dar una charla, muchas personas se nos acercaron para pedirnos por favor si podíamos abrir una sede porque no tenían donde llevar a sus hijos a terapia", prosigue.

De esta forma comenzaron otra vez, en la sede del diputado Víctor Torres, donde hacían sesiones de terapia ocupacional y fonoaudiología.

Ahora están en una casa en calle Arturo Prat con Hermanos Carrera, (además del recinto de El Quisco), pero "hay mucha demanda y el lugar se nos está haciendo pequeño".

Con los recursos que buscan de los padrinos esperan llegar a los más 90 niños y jóvenes con TEA que se han acercado a la fundación.

"Nos quedan pendientes algunos todavía, y la intención es no dejar a nadie afuera. Con lo que recolectamos pagamos a los profesionales y los arriendos básicamente, por eso necesitamos la ayuda de la comunidad", recalcó la profesional.

Por ahora están solo entregando terapias y en marzo se retomarán los talleres.

Fundación

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) perdura a lo largo de todo el ciclo vital.

Comienza en los primeros años y, a la larga, provoca problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en situaciones sociales, en la escuela y el trabajo. Los niños suelen presentar síntomas de autismo en el primer año.

Si bien no existe una cura, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.

Campaña

Para captar socios T.E.A Amamos está viralizando este mensaje en las redes sociales:

"Nuestra Fundación atiende a 97 familias del Litoral Central, de ellas 60 familias son de escasos recursos, las cuales deben dejar sus terapias ya que no pueden cancelar el valor mensual por estas y, de esa forma, frenan el proceso terapéutico. Por ende, nuestra fundación busca apadrinadores para los niños, que consiste en lo que la persona pueda donar en forma mensual. Se le entrega el 100 % de la donación a la familia como beca, y de esa forma reducen el costo de su mensualidad, que puede ser desde los $5.000 hasta los $33.000, que es el valor completo por terapia y de esa forma el niño asiste a su tratamiento en forma gratuita".

"Al padrino se le indica el nombre y foto del niño. Dos veces al año se envía un informe del profesional que lo atiende para que pueda ver sus avances, como también nos puede solicitar cuando guste las asistencias del niño a sus terapias; puede conocer al niño si gustan", agrega la campaña.

Para sumarse pueden escribir al correo fundacionteaamamos@hotmail.com o al teléfono +56972993250.

"La intención es no dejar a nadie afuera. Con lo que recolectamos pagamos a los profesionales y los arriendos básicamente, por eso necesitamos la ayuda de la comunidad",

Pilar Rodríguez,, fonoaudióloga.