El despegue de Tigres en la Luna hacia su debut fonográfico
La banda de rock indie, compuesta por cuatro músicos sanantoninos, transita con armonía entre distintos estilos y temáticas, que hablan desde el amor hasta lo social.
La energía del rock, las influencias del pop y las emociones sinceras se mezclan con soltura y arrojo en la música de Tigres en la Luna, la banda sanantonina que ha pisado diversos escenarios y que durante este mes comenzará la grabación de su primer EP.
Bastián Cofré (teclados), Cristóbal Santibáñez (batería); Francisco Carrasco (bajo, coros) y Jaime Rodríguez componen la agrupación que surgió hace aproximadamente cinco años.
"Nos conocemos prácticamente de toda la vida. Desde el colegio que compartimos la música, pero no surgió la idea de hacer una banda juntos hasta el 2015", cuenta Bastián.
La iniciativa nació liderada por Jaime, quien les "propuso tocar en un bar de Llolleo. Un caballero le había ofrecido una cantidad de plata para que tocáramos temas de rock latino y si le gustaba nos iba a contratar. Eso nunca pasó, solo tocamos esa vez y nos pagó mal", recuerda Francisco sobre la primera presentación que tuvieron como banda.
Propios sonidos
Ese mal trago no les quitó las ganas. "Tras esa presentación les dije a los chiquillos que quería seguir tocando y empezamos a interpretar temas de otras bandas que nos gustaban", confirma Jaime.
Aunque para ellos Tigres en la Luna oficialmente vio la luz en 2017, fue en uno de los primeros ensayos que surgió el nombre de la agrupación: "Hay una canción de Luis Alberto Spinetta (músico y compositor argentino de rock y otro de sus referentes), de su época con la banda Invisibles, que se llama 'Los libros de la buena memoria' y en su última frase dice 'ya se ven los tigres en la lluvia'. Cuando lo pensamos, justo al salir del ensayo, vimos la luna llena y por eso nos llamamos así", explica Francisco.
Canciones de Pink Floyd, Los Prisioneros y Radiohead interpretaban en sus primeros encuentros, hasta que Jaime les presentó sus primeros temas. Animados por esto, decidieron postular a la Escuela de Producción Litoral Musical impartida en el Centro Cultural San Antonio y liderada por el músico y productor sanantonino Andrés Godoy.
"Godoy tomó los temas y los desnudó, por decirlo de alguna forma. También nos hizo darnos cuenta que sabíamos hacer caleta de cosas y que teníamos varias herramientas que habíamos aprendido durante todo este tiempo que hemos estado en la música", cuenta Francisco.
Para Bastián, lo más importante de este proceso, que vivieron en 2017, fue "cambiar la dinámica de la banda. Desde entonces se abrió a una composición más colectiva respecto a las estructuras, los acordes y las letras. Ahora las vemos entre todos y así comenzamos a armar un estilo más propio". Un estilo donde, sin miedo, confluyen distintos sonidos y ritmos provenientes del rock clásico, progresivo y psicodélico e influencias del pop, indie y hasta el folk.
Sin límites
En las creaciones de Tigres en la Luna cada integrante tiene algo que decir. Según Francisco para ellos la banda "es una forma para expresar lo que es importante para nosotros, ya sea el amor a la música en sí o las letras de las canciones, que pueden ser de amor o más sociales".
De igual modo, su experiencia como sanantoninos se refleja en su letrística. "También hablan de lo que pasa en San Antonio. Tú vives acá y te pasan cierto tipo de cosas, que van desde las mañanas heladas hasta consignas sobre las personas de este país que ejercen el poder sobre ti", comenta el bajista.
"Siento que la música se puede involucrar con política, pero no me agrada la idea de que la banda sea una especie de referente moral. Nosotros tenemos la oportunidad de tener un micrófono y consideramos que es pertinente decir algo sobre lo que esté pasando en el país; si tenemos ese discurso, la letra también tiene que mostrarlo. Pero, a la vez, nos gustan letras con temáticas juveniles, de amor o romances más ingenuos. No nos hemos puesto límites, nos gusta hablar de lo que se nos venga en ganas", añade Jaime.
En el estudio
Este mes los músicos se encerrarán en el estudio por primera vez para grabar su primer EP, que tendrá "canciones pop llenas de todo lo que nos gusta y nos apasiona de las bandas que hemos escuchado desde siempre y, a la vez, estará presente nuestra propia percepción de la música, el lenguaje musical que intentamos crear. Se van a encontrar con harto rocanroll", anuncia el vocalista.
Los músicos esperan estrenar esta producción fonográfica este año. Esa es su meta a corto plazo, pero el sueño es más grande. Para Jaime, "mi ideal y sueño es estar sacando discos constantemente, como lo hicieron las bandas que más me gustan e inspiran al momento de tocar. Realmente queremos dedicarnos a la música y sacar la mayor cantidad de material posible, que sea bueno desde nuestra óptica, con una propuesta musical que nos guste y una letra que nos represente".
También buscan que con sus sonidos y presentaciones en vivo otros se animen y dediquen a este arte. "Jaime me decía que quiere que la banda genere que otro digan 'oye, yo también podría tocar'. O 'cacha a esos locos, son súper normales y tocan bacán, podría ser yo'. Provocar eso como banda sería muy bueno", acota Francisco.
Abrir nuevos espacios
Tigres en la Luna se ha presentado en distintos escenarios de la provincia, además ha realizado shows en Santiago y Valparaíso. Esto les ha permitido percatarse de la realidad local y señalan que, debido a la escasez de espacios, "acá todo tiene que hacerse a través de la ayuda colectiva de los músicos de San Antonio", dice el bajista.
Según el vocalista, "hay hartos músicos, pero no hay muchos escenarios e instancias. Creo que muchos de ellos están buscando tocar por fuera, entonces eso es muy fome, porque acá en San Antonio existe una escena musical súper grande, donde hay mucho talento y que no se traduce en nada, porque no hay espacios y los que hay son muy ingratos con el músico".
A causa de esto, decidieron generar sus propios escenarios y son parte de la organización del ciclo "Sesión íntima" (cuyas fechas fueron reprogramadas como medida preventiva por el virus covid-19 y serán publicadas en las redes sociales de la banda), que se realiza en la Casona Restoart (avenida Barros Luco 1658, Barrancas). Con esta participación como gestores, explica Francisco, "se busca darle a los músicos la posibilidad de tocar en vivo en un formato más íntimo. Queremos que se difundan los proyectos locales en un espacio más accesible para todos".