Reflexiones
por Franco Brzovic González.
Conmemoración de la instalación de la primera piedra del Puerto de San Antonio
Festejos de domingo. Un otoño despejado en el Puerto de San Antonio. Bandas de músicos, cantantes, niños de escuelas bailando anuncian la llegada del tren.
Es el 5 de mayo de 1912 y el Presidente Ramón Barros Luco, junto a una larga comitiva que encabeza su Ministro de Hacienda Pedro Montenegro, llegan de Santiago a la ciudad puerto pasado las 12 horas.
El convoy presidencial, precedido por bandas del regimiento Pudeto y del Orfeón de Policía animan la instalación de la primera piedra de las obras del que llegaría a ser el primer puerto del país.
Los reciben en San Antonio su alcalde Alberto Barros y Guillermo Kamp, gerente de la empresa Auguste Galtier y Cía., firma a quien el gobierno contrató la ejecución de las obras portuarias el 29 de julio del año anterior, por la suma alzada de 9.750.000 pesos oro de 18 peniques, en un plazo de cuatro años.
La prensa de la época destaca que el Presidente Barros Luco y su comitiva visitaron las obras, compartieron un copioso almuerzo cuyo menú estaba escrito en francés, conforme a la usanza de la época, procediendo luego a firmar el acta "en fino pergamino con las insignias de la República", para luego dirigirse a la instalación de la primera piedra, consistente en un trozo granítico de 12 toneladas.
Se consigna también que se trasladaron en un pequeño tren a vapor hasta el sector de Canteras, donde el Presidente activó eléctricamente veinte cargas de dinamita.
Han pasado más de 100 años desde entonces. Hoy nos enfrentamos a nuevos desafíos. Pocos días atrás la Empresa Portuaria San Antonio solicitó a la Autoridad Ambiental la evaluación del proyecto de Puerto Exterior, la obra de infraestructura más importante en la historia del país, que permitirá aumentar a más del doble la capacidad de transferencia actual de la Región y atender naves que en la actualidad no pueden llegar a ningún puerto chileno.
Es sólo el inicio. Corresponde ahora que las autoridades lo revisen y que la comunidad formule su opinión a través de los mecanismos que contempla la ley, para definir de esta forma el proyecto que finalmente será licitado públicamente, teniendo en mente que esta gigantesca obra, en un plazo no muy largo generará varios miles de empleos directos o indirectos, y será el eje de desarrollo a esta zona.
Dependerá de nosotros, entonces, que en 100 años más alguien recuerde esta nueva primera piedra. El legado que dejemos a las futuras generaciones está en nuestras manos.
"Se consigna también que se trasladaron en un pequeño tren a vapor hasta el sector de Canteras, donde el Presidente activó eléctricamente veinte cargas de dinamita".