El absurdo caso de mujer que tiene que pedir permiso para "entrar" a su comuna
Lilian Mallea reside a un kilómetro del puesto del cordón sanitario que separa las comunas de San Antonio Cartagena y a diario vive una increíble travesía.
El cordón sanitario que desde el 15 de mayo restringe los accesos desde y hacia la comuna de San Antonio se transformó en un verdadero dolor de cabeza para una sanantonina que sufre a diario con la "arbitraria" instalación del control de Pelancura, que en vez de estar en el límite con Cartagena, quedó más cerca del puerto, dejando a familias completas en la situación de tener que pedir permisos especiales para moverse dentro de la propia comuna donde residen.
Veamos.
El punto es que el límite entre San Antonio y Cartagena no es tan evidente como sí ocurre, por ejemplo, con Santo Domingo, a través del puente Lo Gallardo, y con la Autopista del Sol, donde los enlaces sirven como un claro referente delimitador. De hecho, por la ruta costera Antonio Núñez de Fonseca, la frontera entre Cartagena y San Antonio se ubica en el sector denominado como Punta de la Yegua, que no es otra cosa que la última curva que hay antes de que asome el vecino balneario. El punto, de hecho, está marcado con un hito.
Ese es el límite, pero el control del cordón sanitario no se instaló en ese lugar, sino un par kilómetros hacia San Antonio, específicamente en la recta de Pelancura, frente a la colonia de veraneo de la PDI.
¿Cuál es el problema? Que a partir de ese punto y en dirección a la comuna de Cartagena hay caseríos como el condominio "Rocas de San Antonio", que pertenece a la comuna de San Antonio, pero quedó al otro lado de la "frontera" que arbitrariamente instaló el cordón sanitario para controlar los accesos a la comuna puerto.
Ese es el caso de Lilian Mallea Álvarez, residente del condominio Rocas de San Antonio. "Yo vivo aquí en Pelancura, en San Antonio, y quiero que quede bien claro que vivo en San Antonio y no en Cartagena. Nunca pensé que tendría problemas para trabajar en el negocio que administro en Llolleo porque vivo en la comuna de San Antonio", afirma de entrada.
Aclara que los primeros días todo anduvo bien porque "me hicieron acreditar mi domicilio con boletas de luz y agua, pero después me pidieron un Certificado de Residencia y luego un salvoconducto que no corresponde porque, insisto, yo no vivo en Cartagena. Me han tocado esperas de media hora, una hora, hasta hora y media pero lo entiendo; el problema es que hoy día (ayer) no me dejaron pasar", dice con evidente amargura y harta frustración esta atribulada sanantonina.
Falta de criterio
Lilian cuenta que ayer "iba rumbo a mi trabajo y la niña (fiscalizadora) me pregunta por mi destino. Le expliqué que todos los días paso porque voy a trabajar y le muestro todos los papeles que me piden todos los días, pero no hubo caso que lo comprendiera porque según ella mi trabajo no es prioritario. Traté de hacerla entender porque yo no me traslado de una comuna a otra a trabajar, vivo en San Antonio y necesito trabajar en Llolleo que también es San Antonio, pero aquí no hay ningún criterio porque hasta le expliqué a un carabinero que lamentablemente me dijo que ella decidió que mi trabajo no es prioritario, cosa que yo entiendo. Es absurdo".
En ascuas
Angustiada y sin saber si podrá volver a cruzar la "frontera" que establece el cordón sanitario entre San Antonio y Cartagena, Lilian Mallea reclamó que tiene "licencia de conducir de San Antonio, la dirección, las boletas de luz y agua que me pidieron, también el Certificado de Residencia que tuve que sacar y el salvoconducto que me sacó la empresa. No puedo entender esta increíble falta de criterio que me deja sin trabajar", insistió.
"Esto es muy frustrante porque he cumplido con todo lo que me piden, que ni siquiera debieran pedírmelo porque yo vivo en San Antonio. Y ahora por una falta de criterio y de empatía que no logro comprender me dejan sin trabajar. Ellos dicen "quédate en casa" pero cómo me voy a quedar en mi casa si tengo que trabajar. Esto da impotencia", culminó.