Triste despedida a "Juanito", el verdulero y suplementero más querido de Llolleo
La esquina de Aromos con Providencia ya no será la misma sin el hombre de la cotona azul. El cáncer apagó la sonrisa de Juan Campos Alfaro, quien trabajó más de medio siglo como comerciante.
En el año 1962 Chile fue anfitrión y protagonista del Mundial de Fútbol que marcó a varias generaciones en nuestro país. Por esa época Juan Joaquín Campos Alfaro, "Juanito", instalaba su quiosco de diarios en la esquina de Aromos con Providencia del entonces balneario de Llolleo.
Fue en ese país antiguo de fotos en sepia donde este querido comerciante forjó el negocio que le permitió criar a la familia que ayer, a sus 76 años, lo despidió con profunda tristeza, pero también con la alegría de haberlo vivido.
Verdulero
Veinte años después del Mundial de Chile, recién iniciados los agitados años 80, Juan Campos abrió la verdulería junto al quiosco, y desde entonces se hizo famoso por su cotona azul, su buen humor y el trato amable que siempre tuvo con sus clientes y sus buenos e inseparables amigos: los perros de la calle.
Su hija menor, Pamela (37), lo define bien cuando comenta que "su legado es el cariño con el que hacía las cosas, su amor por los animales, por la naturaleza. Por eso yo me quedo con su capacidad de disfrutar lo simple, lo sencillo de la vida, desde la fruta fresca hasta las flores, los pájaros, el atardecer y compartir en familia, que para él era lo fundamental. Me enseñó que las cosas materiales no son lo verdaderamente importantes, sino las personas".
Amable y risueño
Alejandro, el segundo de los tres hijos del histórico suplementero, dijo que a su padre "lo van a recordar como una persona muy amable, un hombre sonriente, siempre bueno para reírse. Aunque las circunstancias fueran adversas trataba de buscar el lado positivo; eso lo caracterizaba mucho como cuando fue el incendio grande en esa esquina de su negocio que nos tuvo varios meses atendiendo como si fuera una feria. En esa época nos tocó duro porque teníamos que parar la olla y atender en la calle, pero él nunca perdió su alegría".
En la misma línea Juan Campos Ponce, el mayor de los hermanos, remarcó que "el recuerdo va a quedar para siempre porque mi papá era un hombre muy especial, un hombre que dejó huella por su alegría y buena voluntad con las personas"
Un icono del comercio
"Creo que era el fiel reflejo del almacenero que conoce a su cliente, que lo atiende y lo regalonea, que se dedica a conversar con su clientela. Don Juan era un exponente de la vieja escuela y tenía la gracia que siempre le regalaba un poco de alegría a quienes comprábamos en su negocio. Era de ese tipo de personas que uno siente que vale la pena que se queden y no que se vayan, por eso es tan triste su partida", comentó, muy conmocionado, el presidente de la Cámara de Comercio de San Antonio, Rafael Letelier.
En la familia saben que Llolleo extrañará a su verdulero, y en ese sentido su hijo Alejandro confesó que con la partida de su padre "se nos va un icono de Llolleo, la gente lo va recordar con su cotona azul al lado del quiosco, siempre sonriendo. Un hombre alegre que le regalaba dulces a los niños y que disfrutaba atendiendo su negocio y conversando con la gente".
Con cariño, este hijo agregó además que su padre Juan Campos "fue un hombre que a pesar de las carencias de su infancia se hizo a sí mismo, se propuso superar las dificultades que la vida le puso por delante y en lo familiar era muy exigente con el don de ver en las personas su potencial y desde ahí ayudarlos a salir adelante".
Ayer sus colegas comerciantes y sus clientes le brindaron un emotivo homenaje. Lo despidieron con globos blancos cuando la carroza fúnebre pasó frente a su quiosco y verdulería de Llolleo, justo antes de emprender rumbo hacia el cementerio Parque del Sendero.
Hincha Lila
"Juanito" Campos fue un acérrimo hincha de fútbol. De hecho, cuentan que en su infancia en la población Juan Aspeé hasta tuvo un club con sus amigos, y seguro de esas antiguas pichangas nació su amor por Colo Colo.
Claro que si bien el club popular era su pasión, también cultivó un cariño entrañable por San Antonio Unido y alcanzó a vivir la alegría de ver el nuevo estadio donde los lilas jugarán de local.
Y para el recuerdo, su hijo Alejandro, a nombre de la familia, dijo que "hay una frase que lo define bastante bien: lo importante no es recorrer el camino, sino que encontrar en el camino personas valiosas que aporten a tu vida".
"Me enseñó que las cosas materiales no son lo verdaderamente importantes, sino las personas",
Pamela Campos,, hija de "Juanito"