Vecinos reclaman por una construcción que daña sus casas y su calidad de vida
Las obras donde se levantan unos edificios se han transformado en un dolor de cabeza insoportable para quienes ven cómo sus viviendas se van deteriorando.
El año 2010 fue entregado el conjunto habitacional Altos de Miramar, contiguo a la avenida Ortúzar en la parte alta de Barrancas, y para 136 familias se transformó nada menos que en el sueño de la casa propia hecho realidad.
Pero el paso de los años y las sucesivas obras de construcción de departamentos en los terrenos aledaños al complejo habitacional original, se convirtieron en una molestia insuperable para los vecinos.
Primero fueron los trabajos de compactación del terreno, que para los habitantes de Altos de Miramar se tradujeron en pequeños movimientos telúricos durante todo el día. Luego aparecieron las grietas en las murallas, las trizaduras en las baldosas, inundaciones, muros que cedieron, paredes que se separaron y filtraciones que han convertido la vida cotidiana de algunos residentes en una triste penuria.
Drama
Paz Muñoz es representante de los pobladores aquejados y relata que "desde que empezaron a construir los departamentos que colindan con nosotros, empezamos a tener problemas con la emisión de vibraciones que al principio eran solamente. Pero al poco tiempo los vecinos empezaron a tener fallas en sus casas, se han trizado los cerámicos, se han separado las paredes, aparecieron grietas en las paredes, se cayeron algunos muros que dividen los terrenos, hay filtraciones y esto lleva años ocurriendo hasta el día de hoy sin ninguna solución con la constructora".
Lo peor es que esta no es una historia nueva para los residentes. Según Muñoz, "al principio, como el 2016 ó 2017, cuando empezaron la construcción, eran algunos vecinos que empezaron con problemas, y ahora ya somos muchos los que vivimos con estos inconvenientes".
Añadió que "cada día somos más los que tenemos problemas por la compactación del terreno que están haciendo. De hecho, a un vecino que se le cayó un muro de como 2 metros de altura y el que limita con la casa de al lado, que es de como 4 metros de altura, lo tiene apoyado con presión".
Según la representante vecinal, el drama va mucho más allá de la molestia que puede causar una obra de construcción de edificios, puesto que aquí se trata de "daños constatables en las vivienda afectadas".
"Hay varios vecinos que tienen trizado el techo, las paredes separadas, las ventanas desencajadas que no se pueden abrir ni cerrar y muchas fugas de agua que pensábamos que era una falla de cada uno, pero el problema es que todos tenemos la fuga de agua en la misma pared y coincide con las obras de la construcción. De hecho un vecino reparó el año pasado y hace dos días me llamó para contarme que se le filtró todo de nuevo; porque aquí tenemos cañerías plásticas que con calor se juntan a presión. Varios maestros nos han explicado que con las vibraciones esas cañerías se han ido soltando".
Reclamos
Los afectados han hecho ver este tema, tanto en la Municipalidad de San Antonio como en la empresa constructora, pero no han tenido ninguna respuesta. "En forma personal, cada uno ha hecho los reclamos para hacer notar que somos más gente y la Dirección de Obras Municipal, que se supone venía la semana pasada a fiscalizar, nos avisó por email que estaban con un brote de coronavirus y que no iban a poder venir", explica Paz Muñoz.
Diario El Líder intentó obtener una versión de la empresa constructora Pacal sobre esta denuncia de los vecinos, pero el número de contacto nunca contestó nuestras llamadas.
4 años llevan los vecinos de Altos de Miramar soportando los movimientos de tierra.