Juan Gilberto Hernández O.
Durante las últimas semanas se han hecho constantes los cortes de luz en el block 1813 de la avenida Manuel Bulnes del cerro Bellavista. Según los vecinos, la falla tiene un origen conocido y radica en los empalmes ilegales que se hacen desde las tomas de terreno que hay justo frente a estos departamentos en torno a la cancha del club deportivo Lauro Barros.
Los afectados denuncian que con frecuencia sufren el corte del suministro eléctrico que ha llegado a estar suspendido durante 18 horas causando toda clase de inconvenientes.
Problemas
La vecina Lidia González reclamó que "el problema es que siempre se nos corta la luz porque se cuelgan las personas de las tomas. Tuvimos un episodio de 18 horas sin luz, las cosas se descongelan en el refrigerador y nadie responde por eso. No estoy en contra de quienes se cuelgan porque necesitan tener luz, pero cuando lo hacen nos perjudican a nosotros porque Chilquinta viene y los desconecta, pero ellos se vuelven a colgar".
Añadió que "aquí el problema es que estas personas que viven en la toma necesitan energía, entonces la empresa tiene que buscar una solución para ellos".
Armando Jeria, otro de los vecinos afectados, remarcó que "además de hacernos falta la luz en la noche, corremos el riesgo con nuestros artefactos eléctricos y se echan a perder los alimentos. Porque con todo lo que está pasando, uno compra sus cosas para estar abastecido pero se descongelan. Lo más delicado es la carne porque si se descongela uno ya no la puede volver a congelar".
Exigen solución
Las historias y la molestia se repiten entre los moradores del block 1813, el más afectado por los reiterados cortes de energía. En este lugar, la vecina Marisol Álvarez fue enfática en explicar que no están "en contra de la toma, lo que uno reclama es que la autoridad vaya y busque una solución, que se den el tiempo de venir a hablar con la gente para que les pongan un empalme y les cobren una luz común".
La pobladora alegó que "aquí se corta la luz a cualquier hora y el otro día volvió a las diez de la mañana. Si viene un golpe de corriente y no estoy en mi casa, nadie me va a responder. ¿O van a esperar que alguna persona quede pegada ahí en los cables? Si uno ve cómo vienen corriendo con una escalera y tiran los cables con una habilidad que da miedo".
Ana Catalán ha llamado varias veces al número de Servicio al Cliente de Chilquinta pero no le han dado una respuesta satisfactoria. Según esta vecina, la interrupción del suministro "se da a menudo y nos afecta a todos. El problema no es que la gente se cuelgue porque ellos necesitan tener energía, pero quién nos responde a nosotros. Aquí no hay diálogo porque cuando hemos salido a ver por qué se corta la luz nos tapan a garabatos y nadie se hace cargo de este problema que estamos atravesando".
Querella
A fines de mayo Chilquinta Energía S.A. ingresó una querella criminal al Tribunal de Garantía de San Antonio respecto de los arranques fraudulentos que la compañía detectó en la calle Chorrillos del cerro Placilla hacia las tomas del Fundo Miramar.
A solicitud de Diario El Líder, desde Chilquinta señalaron "el hurto de energía es un delito penado por ley, que tiene graves impactos y consecuencias no solo para quien comete el ilícito, sino que frecuentemente la intervención pone en riesgo e impacta a la comunidad, convirtiéndose en un problema social".
Agregaron que "este ilícito, dependiendo de la gravedad del hurto, arriesga penas que pueden alcanzar hasta los cinco años de presidio efectivo y las 30 UTM (cerca de un millón y medio de pesos) de multa. A su vez, pone en peligro la vida de las personas a causa del riesgo de incendio y electrocuciones, y afecta también la calidad del servicio eléctrico".
15 tomas ilegales de terreno existen actualmente en la comuna de San Antonio.
1.000 familias estarían viviendo en campamentos en San Antonio, según un catastro municipal.