Mónica Jorquera Escobar
En un tranquilo condominio ubicado en el corazón de Pelancura, entre el límite de San Antonio con Cartagena, nunca habían sufrido lo que denominan "una ola de robos".
Los residentes del conjunto habitacional Rocas de San Antonio relatan que en los 30 años que llevan viviendo ahí nunca habían experimentado robos reiterados en sus viviendas. Hasta este año, cuando en febrero pasado comenzaron a ocurrir diversos ilícitos.
"En este último tiempo han sido muchos los robos. Han desvalijado residencias. Solo la semana pasada se registraron cinco delitos. Ya se hizo costumbre", explicó Macarena, una vecina.
Otra residente reveló que "en las noches se sienten los ruidos de personas que ingresan por el área de los roqueríos (porque el condominio colinda con el borde costero). El otro día pillaron a tres personas que salieron arrancando hacia la toma que se instaló justo afuera del condominio".
La mujer se refiere al campamento que se levantó en Pelancura, que abarca una gran extensión de terreno. Parte a la altura de "Rocas de San Antonio" y se prolonga hasta el centro turístico del Serviu, donde hace unos años se cobijó una ballena y su cría.
En el lugar hay cerca de diez viviendas establecidas, incluyendo algunas casas de dos pisos, junto a pequeñas residencias precarias que suman otras 30.
"Nosotros hemos denunciado los robos en Carabineros y se colocó una constancia por la instalación de esta toma de terreno desde el día uno. Lo que nos preocupa es que los vecinos tienen que sufrir estos robos siendo que son adultos mayores que llegaron aquí buscando tranquilidad", analizó Macarena.
-¿Antes de que se colocara el campamento no ocurrían robos?
-Sí, había robos, como en todos lados, pero ahora es algo que se salió de control. Cambió totalmente el panorama, comparando antes y después de que se colocara el campamento. Pasamos de sufrir un robo una vez a las tantas a varios en una sola noche. Hay casas en que han sacado las protecciones de las ventanas y se han llevado todo: electrodomésticos, mercadería y la ropa de cama.
Los vecinos, que componen 38 familias, solicitan contar con mayor seguridad y que se pueda regularizar la situación de la toma de terreno que crece día a día.
38 familias residen en el condominio ubicado en el límite de Cartagena y San Antonio.
"Incluso utilizaron maquinaria pesada para emparejar el terreno e instalar más casas. Si fueran viviendas sociales, de personas que postularon y recibieron el beneficio de la casa propia no nos opondríamos, pero la gente de esta toma no tiene buen trato con nosotros", expresó un vecino del condominio.