La pareja que le puso buena cara al mal tiempo con un sabroso emprendimiento
Mientras vivían aprietos económicos por la pandemia, Benito Olmedo y Brayan Catalán levantaron un negocio de entrega de desayunos y otras preparaciones a domicilio, lo que los tiene con las pilas recargadas y soñando con más.
Desde que empezaron a pololear, Benito Olmedo Reyes y Brayan Catalán Durán -ambos de 30 años- fantaseaban con tener su propia empresa. Las ideas quedaban solo en animadas conversaciones, hasta que el contexto actual de la pandemia los impulsó a concretar este sueño.
"Yo soy estilista y tengo mi salón en Placilla. En el tiempo de cuarentena empecé a ver que no me daba para mis gastos ni pagar mis deudas, porque pasé de atender 15 personas diarias a cero. Nos tuvimos que plantear qué podíamos hacer para generar ingresos. Hace rato teníamos ganas de formar un emprendimiento, pero no sabíamos qué ni cómo", comenta Benito.
De brazos cruzados
Brayan, quien vive en Santiago, también se enfrentaba a la inestabilidad laboral. "Trabajaba en una empresa de telefonía móvil, haciendo ventas en terreno y por el tema de la cuarentena no podía salir a trabajar. También estaba de brazos cruzados y, además, vivo en Santiago Centro, por lo que estaba en cuarentena desde que se tomó esta medida. El tiempo muerto me estaba empezando a volver loco. El tema del negocio surgió, por un lado, por el tema de los ingresos que necesitamos lógicamente y, por otro lado, para mantener la mente ocupada".
De todas las posibilidades que comentaron, prosperó la de levantar un negocio de desayunos y otras comidas sorpresas a domicilio. Fue Brayan el que dio el primer paso. "Muy cerca de mi casa hay una empresa que fabrica cajas y compré nomás. Cuando llegué acá a San Antonio con las cajas le dije a Benito 'empecemos'. Así comenzamos. Los dos somos súper motivados, solo faltaba transformar la idea en un hecho".
Sorpresa a la medida
La pareja bautizó al emprendimiento como "Sabroso Detalle" (+569 42441670) y comenzó a hacer entregas en San Antonio y Santiago. Ambos resaltan que su sello es ofrecer a los festejados un regalo personalizado.
"Lo ideal es acomodarnos a la sorpresa o al detalle que la persona quiera entregar y transformar el proceso en una experiencia desde el momento en que se comunican con nosotros hasta que entregamos el producto, donde les preguntamos a los clientes si tienen una sugerencia o acotación para nosotros", afirma Brayan.
Benito agrega que "va a de acuerdo a lo que al cliente le gusta. No basta con poner el nombre del festejado en todos lados; si su plato favorito es la lasaña o si al desayuno le encanta la palta, eso es lo que le vamos a entregar. Hasta ahora contamos con desayuno y tablas dulces y saladas para entregar, los productos que contengan estas se pueden acomodar al gusto del festejado".
Otro punto importante es que han decidido trabajar adecuándose, si es posible, al bolsillo de cada comprador. "Tenemos distintos valores, por ejemplo, hay clientes que han tenido una suma para hacer el regalo y nosotros adaptamos la sorpresa a eso. Nos pasó que en el Día del Niño, una señora quería hacer entrega para cuatro niños y, por supuesto, eso implicaba una suma considerable, por lo que adaptamos la cajita para que todos ellos pudieran recibir el regalo", complementa Benito, quien en el último tiempo ha retomado las atenciones en la peluquería.
Manos en la masa
El negocio de los desayunos sorpresas se les ocurrió por la habilidad que tiene Benito para decorar, pero sus ganas de entregar un producto de calidad y casero provocaron que agregaran a su carta alfajores y otras preparaciones elaboradas por ellos.
-¿Sabían desde antes repostería?
-Benito: Ninguno de los dos. Yo vivo con mis papás y era mi mamá la que cocinaba y sabe más, pero con este trabajo hemos desarrollado esta área, como la pastelería o el hacer sándwiches. Nos hemos preocupado de hacer las galletas, horneamos el pan, los pasteles, e incluso las bandejas las hacemos nosotros. Queremos que todo sea casero.
La familia del placillano se ha transformado en el jurado de las preparaciones de la pareja. "Ellos tienen que probar todas nuestras creaciones antes de que salgan a la venta", comenta el estilista.
Y no solo son los degustadores oficiales: "Son importantes nuestras familias. Allá en Santiago la familia de Brayan lo apoya en la preparación de los desayunos y en hacer las entregas; y acá la mía. Mi papá nos ayuda a hacer las bandejas para los desayunos y mi mamá con las recetas de los alfajores y otras cosas. Al final es una empresa familiar que nosotros lideramos, pero todos trabajamos en complemento", expresa el sanantonino.
Codo a codo
Benito y Brayan se conocieron en el cumpleaños de un amigo en común hace más de un año. Según confiesa Brayan, el romance no surgió de inmediato entre ellos. "Empezamos a conversar y, en realidad, no comenzamos a hablar con el fin de tener algo, sino que salíamos, conversábamos, nos llevábamos bien, nos reíamos de las mismas cosas, somos súper payasos los dos y por ahí comenzó a nacer todo".
-¿Cómo ha sido trabajar juntos?
-Benito: Ha sido muy motivante, porque hemos desarrollado labores que no teníamos pensadas.
-Brayan: Entretenido. Por ejemplo, ayer se nos ocurrieron nuevas ideas y hoy ya las estamos ejecutando. Todo el tiempo estamos creando, no nos hemos querido quedar con el pensamiento de que 'nos ha ido bien, quedémonos así'; siempre estamos pensando qué más podemos hacer y con qué más podemos sorprender.
-¿Tienen pensado continuar con este negocio a futuro?
-Benito: Ahora que se ha ido consolidando, lo vemos como una empresa a largo plazo. Empezó como una idea para salvar el momento económico, pero ha sido tan estable y vemos que va creciendo, que hoy vemos más allá.
El estilista reflexiona que "pese a todo lo malo que ha pasado, como la baja de atención que tuve por el estallido social, el despido de Brayan y la crisis de ahora, ha salido algo bueno: nuestro proyecto".
Casa propia
Paralelamente al levantamiento de su emprendimiento, la pareja de jóvenes está concretando otro sueño. "Vamos a construir una casa", comenta feliz e ilusionado Brayan.
El santiaguino cuenta que "ya construimos una casita chica. Eso fue súper loco, porque jamás pensamos en hacer un pollo (bases o pilares) para el piso de una casa y lo hicimos los dos solos y nos quedó bien: lo nivelamos, pusimos las paredes y el techo. Todo lo que tiene una casa lo pudimos hacer en un formato pequeño y ahora queremos hacer nuestra casa utilizando el 10% de las AFP, y también el objetivo es hacerla con nuestras manos".
La casa estará ubicada en Placilla, el sector donde Benito ha habitado casi toda su vida. "Yo tengo planes de venirme a San Antonio. Me gusta acá, la vista y el cambio del aire... y la verdad es que donde esté Benito voy a estar", declara con ternura el joven.
"No basta con poner el nombre del festejado en todos lados; si su plato favorito es la lasaña o si al desayuno le encanta la palta, eso es lo que le vamos a entregar",
Benito Olmedo
"Nos hemos preocupado de hacer las galletas, horneamos el pan, los pasteles, e incluso las bandejas las hacemos nosotros. Queremos que todo sea casero",
Benito Olmedo,, emprendedor
"Todo el tiempo estamos creando, no nos hemos querido quedar con el pensamiento de que 'nos ha ido bien, quedémonos así'",
Brayan Catalán, emprendedor