La sanantonina que se la jugó por el reciclaje de pantalones antiguos
Hace cuatro años Marigen López decidió buscar una actividad para invertir su tiempo libre. Gracias a tutoriales de internet, comenzó a usar una máquina de coser. Ahora confecciona diversos productos con mezclilla.
Hace casi cuatro años la sanantonina Marigen López Morales (51) sintió que tenía mucho tiempo libre y que necesitaba ocuparlo de una forma productiva.
Esta madre de cuatro hijos se había dedicado siempre a la crianza y cuidado de su familia. Sin embargo, con el paso de los años, sus hijos debieron dejar el nido.
"Me enfrenté a esta situación que suelen llamarle síndrome del nido vacío, sobre todo cuando ya mis tres hijos mayores se habían ido de casa. Quería usar mi tiempo en algo, pero no sabía mucho en qué, no sabía qué faceta podía explorar", explica López.
La familia
En la actualidad Marigen vive en Alto Mirador con su esposo desde hace 30 años y su hijo menor.
En la búsqueda por saber qué hacer con este tiempo libre, su hijo mayor le regaló una máquina de coser para que se atreviera en el área de costura.
"Siempre le pedía a Dios que me iluminara para saber qué podía hacer. Partí tejiendo e hice varias cosas, algunas boinas y cosas así, pero pese a que me quedaban bien, nunca me gustó", confiesa.
Pese a que la sanantonina quería encontrar algo para hacer en sus ratos de ocio, también sabía que no quería trabajar con un horario determinado.
"Nunca me gustó trabajar. Desde que me casé me dediqué al cuidado y crianza de mis hijos. Solo en una oportunidad estuve trabajando, pero no me sentía bien porque en mi casa me podían necesitar", asegura.
-¿Creía que este era el momento de hacer algo distinto?
-De todos modos, sabía que era así, pero también sabía que tenía que ser algo en lo que yo pudiera manejar mis propios tiempos, no como un trabajo. Pensé que podía emprender, pero no sabía tanto de qué forma tenía que hacerlo.
Poco conocimiento
Sin mayores conocimientos de costura, Marigen decidió comenzar a ver tutoriales de productos que se podían hacer a mano y así llegó la idea de hacer un bolso con un pantalón antiguo.
"Tenía la máquina de coser que mi hijo me había regalado, pero casi no sabía usarla porque la verdad yo no sabía de coser a máquina. No era mala en las manualidades, pero no era algo en lo que incursionaba mucho. Después de ver el video el internet, dije por qué no intentarlo", cuenta.
Con esta motivación, decidió buscar un pantalón antiguo y usarlo para practicar y hacer el bolso que mostraba el video.
Haciendo su mejor esfuerzo e implementando todo lo que iba aprendiendo, a las pocas horas pudo finalizar su primer productos confeccionado por sus propias manos.
"Se lo mostré a mi marido y me dijo que estaba espectacular. Nos asombraba que apenas sabía ocupar la máquina y el bolso había quedado muy bien, incluso diría que mejor que el video. Como mi esposo me dijo que había quedado bien, decidí que podía hacer más cosas", recuerda.
Pura creación
Luego de ese primer bolso, la emprendedora decidió buscar nuevas ideas de productos, sin el afán de venderlos en un principio. Por otra parte, asegura que hace cuatro años sentía que los emprendimientos era algo para personas más jóvenes que ella.
"Nunca pensé en comenzar a vender las cosas que hacía, porque solo era un pasatiempo para no aburrirme en la casa. Ahora con la pandemia hay como un boom de emprendimientos y la verdad hace cuatro años no me veía haciendo esto porque ni siquiera sabía usar las redes sociales, que es donde mayor movimiento hay", afirma.
-¿Cómo comenzaron las ventas?
-Me atreví a probar más cosas, todo gracias a los tutoriales que fueron mi mejor herramienta porque nunca había hecho un curso de costura, por ejemplo. Cuando ya tenía modelos de varias cosas, decidí que mis primeros clientes podían ser mi familia. Soy del sur y por lo mismo fui a verlos y arrasé con las ventas.
Marigen sabía que si continuaba creando productos, debía aprender a comercializarlos y tener un espacio en la provincia.
Posicionarse
La emprendedora cuenta que creó Marhy Jeans en el 2016, pero no fue hasta finales del mismo año, cuando se unió a un grupo de emprendedores llamado Arte Fusión, en el cual encontró un gran impulso.
La tienda hoy tiene su principal movimiento en redes sociales como Facebook e Instagram (marhy_jeans), donde se pueden apreciar todas las creaciones de la vecina de Alto Mirador.
"Esto me estaba sirviendo mucho porque veía que tenía talento, ocupaba mi tiempo en algo más y no estaba sin hacer nada en mi casa. Asimismo, buscando cómo llegar a más público, conocí a este grupo de emprendedores que me apoyaron inmensamente y me enseñaron mucho", sostiene.
-¿Cuáles fueron los beneficios al ingresar al grupo?
-Creo que lo más importante estuvo en que supe cómo llevar un emprendimiento. Aprendí cómo cobrar o cómo sacar los costos de un producto que yo hacía y vendía. Al poco tiempo también encontré una proveedora de mezclilla, porque esa es una de las principales características de Marhy Jeans, que todo es reciclado.
Su participación en ferias de emprendedores no ha sido la única forma de crecer, ya que la posibilidad de capacitarse en diversas áreas se ha transformado en un factor clave dentro de su innovador negocio.
Aprender a llevar una red social y mejorar la técnica de costura fueron primordiales en estos cuatro años, sobre todo para llegar de mejor forma al público.
"Nadie, ni yo, pensó que se me daría tan bien esto. Poco a poco he ido creciendo, participaba en ferias, previo a la pandemia, y con eso me fui haciendo conocida y posicionándome no solo en la zona, sino que también en el país, porque hago envíos a todo Chile", asevera.
-¿El recibimiento de la gente ha funcionado para el crecimiento?
-Cuando uno se da cuenta que a la gente le gusta lo que uno hace, hay un gran crecimiento. Comencé a postular a fondos concursables y así pude llegar a tener una máquina industrial para seguir trabajando. Mi próxima meta es construir un taller en mi casa. Ahora continúo haciendo trabajos a pedido, porque la pandemia ha hecho que la mayoría de la gente se replantee la forma en la que trabajaba.
"Quería usar mi tiempo en algo, pero no sabía mucho en qué, no sabía qué faceta podía explorar",
Marigen López
"Me atreví a probar más cosas, todo gracias a los tutoriales de internet que fueron mi mejor herramienta porque nunca había hecho un curso de costura".
"Esto me estaba sirviendo mucho porque veía que tenía talento, ocupaba mi tiempo en algo más y no estaba sin hacer nada en mi casa".