La estudiante que fabrica alfajores con mensajes personalizados
Fernanda Valencia Guzmán comenzó en el colegio con su emprendimiento y con el tiempo, además de clientes, ha sumado innovación en la producción de estos apetecidos dulces.
Vive en el sector de Bellavista, en San Antonio, estudia segundo año de odontología en la Universidad Andrés Bello de Viña del Mar y comenzó en el colegio a vender alfajores, producción que ha ido profesionalizando.
Fernanda Valencia Guzmán (19 años) fabrica alfajores tradicionales y también personalizados con el mensaje que quiera agregar el cliente por el simple hecho de querer decir algo romántico, alegre y bonito, sorprender o saludar de acuerdo con lo que esté celebrando la persona que los recibe.
-¿Cómo nace la idea de los alfajores?
-Desde pequeña siempre he tenido alma de comerciante. Mi mamá me cuenta que cuando tenía tres años me puse a vender los gatos que había en la casa; vendía dulces en el colegio y me iba bastante bien. Fue en el año 2016 e iba en segundo medio, cuando empecé a hacer y vender alfajores tradicionales a mis compañeras todos los días de la semana y me iba super. Al año siguiente, las niñas comenzaron a pedirme con corazones o algún mensaje para sus parejas o para cumpleaños.
Fernanda buscó cómo agregar a sus alfajores lo que la gente le pedía y aprendió a trabajar con la técnica del fondant.
"Fue un poco complicado al principio pero fui agarrando la técnica y hasta hoy sigo aprendiendo cosas y mejorando. Con esto profesionalicé la producción y nunca he dejado de tener pedidos, creé mi página en redes sociales y se fue haciendo conocida mi marca. Me hacen pedidos de cumpleaños, para el día del amor, de la madre, del padre, del niño, del profesor, Navidad, baby showers, aniversarios y cumplemés", señala y asegura que sus alfajores han llegado a lugares como Puerto Montt y Antofagasta y "hasta desde Venezuela me contactó una niña para sorprender a su pareja acá en Chile".
Se venden en cajas con cuatro, seis, nueve y hasta 12 alfajores, con coberturas tradicionales como chocolate y chocolate blanco. También integró coberturas de colores. "El mensaje que el cliente desee entregar yo lo aplico en los alfajores de la mejor forma y lo bueno del fondant es que puedes crear muchas cosas, de distintas maneras, muchos colores y formas. A todos los pedidos les pongo mucho cariño y dedicación", asegura.
Independencia
Fernanda dice que desde siempre le ha gustado tener independencia económica y se ha esmerado por trabajar desde que era adolescente.
"Más que todo me gusta comprar mis cosas y alivianarle la carga a mi mamá. Desde que tengo 16 he trabajado los veranos, comencé siendo parquímetro dos años seguidos, luego fui cajera de supermercado y este año hice un reemplazo de secretaria", manifiesta.
"Gracias a Dios al entrar a la universidad pude seguir con mi venta de alfajores tradicionales y me va tan bien como en el colegio, hasta cuando lo pausaba en tiempo de pruebas me preguntaban cuándo volverían mis alfajores", señala.
Fernanda nunca imaginó el crecimiento que tendría su emprendimiento, ni menos que continuaría con los alfajores durante la etapa universitaria y para el futuro se proyecta fabricando alfajores porque le gusta hacerlos. "No tengo pensado dejarlos, porque es como mi hobbie y además me aporta económicamente. Mi idea es seguir con esto mucho tiempo más y crecer en todo sentido, siempre digo que tendré mi clínica dental y al lado mi negocio de alfajores".
Durante estos últimos meses se le ha hecho difícil cumplir con todos los pedidos porque cada vez son más las materias que tiene que estudiar, lo que ha significado dejar de lado algunas solicitudes por falta de tiempo. "Al comienzo de la cuarentena fue un poco complicado ir a comprar los insumos, pero aun así siempre los pude conseguir, de hecho, esto de la pandemia ha sido paradójicamente bueno en algún sentido ya que al cerrar algunos comercios, la gente ha preferido recurrir a las pymes más pequeñas", reconoce y agrega que cuando no ha podido salir, los envía a través de delivery.
El mayor apoyo de Alfajores Fer ha sido la mamá de Fernanda, Margarita Guzmán. "Ella siempre me ha acompañado y apoyado en todo, mi familia, mi pololo y su familia, mis compañeros de la universidad e incluso gente que aún sin conocerme confiaron en mí y se han vuelto clientes frecuentes. Estoy muy agradecida por el apoyo y buen recibimiento que siempre tienen mis alfajores", concluye.
"Mi mamá siempre me ha acompañado y apoyado en todo, mi familia, mi pololo, su familia, y mis compañeros de la universidad",
Fernanda Valencia.