Llolleína se atrevió e incursionó aún más en sus conocimientos de tejido para emprender
A través de un curso con telar formó parte por primera vez de un grupo de emprendedores. A la fecha cuenta con su propio taller en su casa.
Hace casi ocho años que Verónica Prieto García (55) decidió emprender con los conocimientos que su madre le había traspasado.
Aprendió a tejer en el colegio y luego con ayuda de clavos, su madre le complementó esa enseñanza.
"En la época en que yo iba al colegio, que era de monjas, poco se veían los palillos y por lo mismo, mi mamá me enseñó con clavos a tejer. A mí inmediatamente me gustó eso y nunca dejé de hacerlo, pero todo lo iba aprendiendo de mi mamá", cuenta Prieto.
Pasados los años, Verónica se convirtió en madre de tres hijas y a todas les confeccionaba tejidos de distintos tipos.
Durante esa época, solo se dedicó a ser dueña de casa y al cuidado de sus hijas.
Nueva crianza
En el 2005, Verónica fue abuela por primera vez, por parte de su hija mayor. Ella se encargó de ayudarla en la crianza de la pequeña, para que pudiera culminar sus estudios.
"Como mi hija no había terminado de estudiar, como familia le ayudamos con la niña para que pudiera terminar de hacerlo", agrega la llolleína.
Cuando llegó el momento de que su hija cursara la educación superior, decidieron como familia, que la pequeña se quedaría en San Antonio y Verónica la cuidaría.
"Para que mi hija no se tuviera que preocupar por tener a la niña y además estudiar, se quedó con nosotros en San Antonio y mi hija viajaba a estar con ella los fines de semana. Así pasó el tiempo hasta que mi hija terminó su carrera y volvió acá", explica.
Ante esta situación, Verónica tenía el tejido solo como un pasatiempo, ya que la otra parte del tiempo, la invertía en sus labores en casa y el cuidado de su nieta y otras dos hijas.
Cursos
El panorama para la emprendedora cambió cuando en 2012, su nieta tuvo que comenzar a cursar primero básico y sintió que ahora tenía mucho tiempo libre para ella.
"Mis hijas estaban un poco más grandes y mi nieta iba al colegio, entonces yo pensé que tenía que encontrar algo para hacer en mis tiempos libres. Ahora podía y además quería hacerlo, entonces solo fue cosa de ponerme a buscar qué hacer", detalla.
-¿Tenía algo entre sus planes?
-Siempre pensé en el tejido como primera opción, era todo lo que quería hacer. Cuando me puse a pensar, vi que yo sabía tejer con palillos y quería aprender a hacerlo con crochet. Comencé a indagar y llegué a unos cursos.
Los primeros cursos que encontró Verónica, eran impartidos por Cema Chile (Centros de Madres de Chile), pero no estaba entre las opciones el tejido a crochet, solo uno de telar.
"Cuando la niña que atendía me dijo que estaba el curso de telar, no me entusiasmé mucho, porque yo iba con la idea de aprender a tejer con crochet. Ella me dijo que era muy entretenido el tema del telar y que se estaba estilando mucho, me atreví y lo tomé igual", sostuvo esta emprendedora de Llolleo.
-¿En qué consistía este curso?
-Uno aprendía a trabajar con un telar, eran de estos de forma cuadrada con los clavos, pero aprendíamos de todo con esta técnica. Finalmente, aunque no era lo que yo buscaba en un principio, valió mucho la pena, porque conocí otra gente e incluso aprendí.
Tejidos Verónica
Si bien el primer curso que tomó Verónica fue de gran ayuda, seguía con la idea de aprender a tejer de mejor manera cómo hacer trabajo a crochet.
Poco a poco, fue también ayudándose de sus propios conocimientos, para poder emprender y comenzar a posicionar su emprendimiento.
-Si no pudo hacer un curso de tejido a crochet ¿cómo aprendió?
-Después del primer curso, me atreví a ver muchas cosas por internet, mis hijas me enseñaron el tema de los tutoriales y ahí fui adquiriendo más técnicas, encontrando otros puntos para hacer y además otros modelos de productos.
Lo que más hacía Verónica, eran pequeños conjuntos y chalecos, además de ponchos, pero con el paso del tiempo, también fue incursionando en otras modas.
"Ahora hago muchas más cosas, fui incursionando en poleras para las jóvenes, bolsos, distintos chalecos y por supuesto los ponchos. De alguna forma, todo lo que yo sabía, lo fui complementando con algún video u otra cosa", detalla Prieto.
-¿Cuál fue el primer acercamiento con las ventas?
-Con el grupo de Cema Chile, con el que hice el taller de telar, nos invitó la oficina de turismo a participar en una expo que le llamaban. Como teníamos productos para mostrar, decidimos ir. Esa fue la primera vez que pude ofrecer un producto y eso se repitió varias veces.
Hace cuatro años, ante la fuerza que había tomado tanto ella como su emprendimiento, decidió convertirla en una marca por completo, la cual hoy tiene su principal movimiento, ante la pandemia, por redes sociales como Instagram (@veronica_tejidos) y Facebook (Tejidos Verónica Prieto).
Debido al buen recibimiento y crecimiento que ha tenido la marca, Verónica, gracias a ganarse fondos concursables, pudo convertir una de las piezas de su casa en un taller y así contar con su propio espacio para trabajar en sus tejidos.
El grupo
La primera vez que la emprendedora de Tejidos Verónica, participó en un grupo de emprendedores, fue gracias a quienes conoció en Cema Chile.
Este grupo, poco a poco se fue disolviendo, principalmente debido a que varias apuntaban al mismo rubro.
"Al poco tiempo y después de crear varios grupos. Conocí a las chicas que partieron conmigo en lo que hoy llamamos Arte Fusión. Este grupo es solo de emprendedores locales y nuestra distinción es que son solo productos hechos a mano y ningún área se repite", explica.
-¿Por qué crear este grupo de emprendedores?
-Queríamos tener una mano amiga entre nosotras, un lugar donde apoyarnos y así que todas pudiéramos dar a conocer nuestros emprendimientos. Nos vamos informando sobre ferias u oportunidades que nos pueden servir.
En la actualidad, Verónica Prieto, es la presidente del grupo de emprendedores Arte Fusión y como debido a la pandemia del coronavirus, no se pueden realizar ferias, han debido incursionar en potenciar las redes sociales.
"Diría que esto de la pandemia ha sido muy complicado para algunos, porque el emprendimiento es el 100% de sus ingresos y ante bajas ventas, se complica todo. Por otra parte, la mayoría no se relaciona mucho con las redes sociales porque suelen tener sobre 45 años. En general emprender para mí fue muy bueno, porque nunca imaginé que a mi edad podría hacer algo como esto", explica Verónica.
"En la época en que yo iba al colegio, que era de monjas, poco se veían los palillos y por lo mismo, mi mamá me enseñó con clavos a tejer", "
Verónica Prieto García, Verónica Prieto García
"Mis hijas estaban un poco más grandes y mi nieta iba al colegio, entonces yo pensé que tenía que encontrar algo para hacer en mis tiempos libres. Ahora podía y además quería hacerlo, entonces solo fue cosa de ponerme a buscar qué hacer."
Verónica Prieto García
"En general emprender para mí fue muy bueno, porque nunca imaginé que a mi edad podría hacer algo como esto.