Vendedoras de ensaladas reclaman por estrictas fiscalizaciones en el centro
Según denuncian, los controles efectuados por la autoridad sanitaria les impidieron vender sus productos en calle Centenario. Califican inspección como "abusiva y discriminatoria".
"Somos mujeres mayores, muchas adultas mayores y gente que lleva aquí 20, incluso 30 años trabajando. El municipio debería habernos dado el apoyo que necesitamos para poder trabajar. Por los años que llevamos tenemos un derecho histórico que ahora nos están negando".
Rodeada de varias ensaladeras tradicionales de la calle Centenario, Susana Cáceres hizo estas declaraciones frente a la panadería El Nogal, donde se concentra la mayoría de las mujeres que se dedican a la venta de vegetales preparados.
"con permiso"
Susana Cáceres es presidenta del Sindicato Independiente de Mujeres Emprendedoras que agrupa a 29 socias. Tras las fiscalizaciones que les impidieron vender sus productos, reclamó que "aquí trabajamos puras mujeres jefas de hogar. El problema es que durante varios días seguidos han venido los inspectores de la Seremi de Salud. Las chiquillas les han explicado que trabajamos con un permiso municipal y ellos han insistido en que no podemos trabajar porque no tememos permiso sanitario".
Paola Cárdenas tiene rabia porque es jefa de hogar y lleva varios días sin trabajar. Con lágrimas en los ojos y palabras llenas de impotencia alegó que "no se ponen de acuerdo entre la municipalidad y la Seremi de Salud, y nos fiscalizan de manera abusiva y discriminatoria. Nosotros ya no sabemos qué hacer porque no nos dejan trabajar aunque llevamos harto tiempo buscando soluciones, y ahora en medio de una pandemia, con una crisis económica, no nos dejan trabajar".
"Lo que necesitamos es trabajar y durante toda la semana nos han dejado con las ensaladas sin poder venderlas, hemos tenido que regalarlas, nos persiguen, nos sacan multas, nos amenazan con partes, y más encima son prepotentes. Uno se angustia porque lo único que queremos es trabajar, nada más que trabajar, para mantener a nuestras familias".
Larga historia
La sanantonina Marlene Berríos lleva 21 años trabajando en calle Centenario y es una más de las mujeres que no vender esta semana, con todas las consecuencias que eso conlleva. Enrabiada y con un todo de decepción en cada palabra, reclama estar "sufriendo un gran acoso de parte de las autoridades porque se nos niega la posibilidad de poder llegar a una solución que nos permita trabajar cumpliendo lo que piden. En lo personal me siento burlada porque nos han llamadlo para decirnos que nos van a dar los permisos y eso nunca ha pasado. Es una burla porque hemos criado a nuestras familias trabajando en la calle y eso no se respeta".
29 socias integran el Sindicato Independiente de Mujeres Emprendedoras, que agrupa a las vendedoras de ensaladas.