Hija denuncia que su madre murió esperando que le pagaran el arriendo
A principios de octubre Mirta Oyarce (73) falleció tras una serie de complicaciones médicas que, según su hija, partieron junto con los problemas que tuvo con una casa que arrendó.
Las vecinas y los vecinos reunidos en la calle Desiderio Soto, esquina de Sixto González, en la población Quinta Placilla, lucen rostros enrabiados. Antes de alcanzar a hacer siquiera una pregunta alguien exclama: "¡Lo único que queremos es que esta gente se vaya!".
De inmediato, el presidente de la junta de vecinos, Juan Álvarez, se acerca con una carpeta donde, según explica, "hay por lo menos 50 firmas de los residentes de este sector que piden que estas personas abandonen la casa que le tienen tomada a nuestra vecina, una mujer mayor que murió esperando que le pagaran el arriendo".
"Y no solamente eso, tienen malas costumbres, son malos vividores y se trata de gente violenta que no tiene nada que ver con quienes vivimos en este barrio hace tantos años", agregó el dirigente.
El problema
La molestia de estos vecinos tiene un origen. Y ocurrió cuando la fallecida vecina Mirta Oyarce le arrendó su casa de calle Desiderio Soto a una asistente social.
Al principio todo funcionó normal, pero "desde que la persona que hizo el trato se fue del inmueble y dejó a unos familiares a cargo, todo cambió".
Así lo relata Jenny Berríos, hija de la dueña de la casa, quien explica que "la mujer que arrendó la casa llegó sola y al tiempo ella se fue, pero dejó aquí a su madre con otras personas, y ellos simplemente dejaron de pagar el arriendo en enero. Fueron tantos los problemas que tuvo mi mamita que me pidió que me hiciera cargo, pero a principios de octubre ella murió porque todo este drama la deterioró mucho".
"con violencia"
Con los ojos llorosos por la pena horrible que le cruza el alma al recordar a su madre, Jenny cuenta que "a mi mamá la amenazaban que no viniera a cobrar porque no tenían para pagar. Han sido muy violentos y de solamente pensar en los mensajes que han mandado me pongo muy nerviosa".
En el grupo de vecinos está Leila Sánchez, quien también asegura que los irresponsables arrendatarios "amenazaban a la señora Mirta y a ella le dieron cuatro accidentes vasculares por los mensajes que le mandaban por Whatsapp diciéndole que le iban a hacer un escándalo, que la iban a demandar y la pobre abuelita era tan quitada de bulla que todo eso le afectó mucho".
Llama la atención en el grupo de indignados vecinos la presencia de una mujer mayor. Ella es la señora Rosa Varela. Se conocieron en la juventud con la fallecida Mirta y se hicieron comadres. Por eso Rosita reclama con tanta vehemencia que "hay que sacar a esta señora de aquí para que los vecinos puedan vivir tranquilos. Mi comadre se murió esperando que esta mujer le pagara o se fuera; por eso alguien tiene que hacer algo, alguien debe hacerse cargo de todo esto que está pasando".
Sin respuestas
Al llegar a la casa de Mirta Oyarce en la calle Desiderio Soto, llamamos varias veces y nadie salió, aunque se oían ruidos de personas al interior del inmueble. Los vecinos también llamaron y los más indignados gritaron su rabia.
En la puerta de acceso una gruesa cadena con un enorme candado separa la propiedad privada del espacio público, y por los ojos de Jenny Berríos otra vez brotan las lágrimas de impotencia por lo que considera "una injusticia" para su madre. "Lo único que quiero es que me devuelvan la casa de mi madre y terminar de una vez con esta historia", culminó la mujer con impotencia y mucha rabia.
"Fueron tantos los problemas que tuvo mi mamita que me pidió que me hiciera cargo, pero a principios de octubre ella murió porque todo este drama la deterioró mucho",
Jenny Berríos