La técnico en enfermería que tuvo que separarse de su hija por la pandemia
Nicole Quijada estuvo varios meses sin verla para protegerla de un eventual contagio, ya que su trabajo en el hospital la tenía expuesta al virus. Ahora está laborando de manera telemática y emprendió con productos de cosmética natural.
La pandemia del coronavirus significó un alto nivel de agotamiento y estrés para la sanantonina Nicole Quijada Álvarez (30 años), una técnico en enfermería que se desempeña en el servicio de Cirugía del hospital Claudio Vicuña de San Antonio.
La incertidumbre y el miedo a un posible contagio de covid-19 la obligaron a tomar una difícil y dolorosa decisión: alejarse momentáneamente de su hija de cinco años.
"Con mi pareja dejamos que mi hija estuviera viviendo con mis papás, como medida de seguridad, porque sentíamos que yo estaba muy expuesta en el hospital. Además, como es pequeña y al principio se decía mucho que el coronavirus era más riesgoso en los niños, no me quería arriesgar", relata la profesional de la salud.
-¿Cuánto duró este alejamiento de su hija?
-Desde que comenzó la pandemia hasta agosto del año pasado. Ese fue el momento en que todo en mí se deterioró, y el mismo trabajo, sin darme cuenta, me estaba haciendo daño.
Un tiempo
Para Nicole, su trabajo era completamente normal hasta antes de la emergencia sanitaria, pero todo cambió cuando empezaron a surgir los contagios en el hospital y en toda la provincia de San Antonio. Luego vinieron los primeros fallecidos por el covid-19, lo que derivó en altos niveles de estrés para todos los funcionarios de la salud.
Esta técnico en enfermería no fue la excepción, pero no se percató de la gravedad de la situación hasta que su propia salud se empezó a deteriorar.
"A pesar de que estaba trabajando mucho más, al principio sentía que estaba bien, pero después me di cuenta de otras cosas. Apenas tenía fuerzas, se me caía mucho el pelo y los dolores de cabeza y de espalda eran constantes. Al final, todo era consecuencia del estrés y el distanciamiento con mi pequeña", confiesa.
-¿Y no tuvo contacto con su hija durante todos esos meses?
-No, nada, solo por videollamadas. La extrañaba tanto que eso generó que yo no estuviera rindiendo como debía en mi trabajo y en mi vida diaria. Sabía que tenía que cambiar las cosas, si no, me enfermaría de verdad. Creí que la separación con mi hija no me afectaría, pero evidentemente no fue así.
"Me acogí a una resolución que me permitió dejar de ir a trabajar para dedicarme al cuidado de mi hija, ya que con la pandemia no podía ir al colegio", detalla esta vecina de la Villa El Trigal de San Antonio.
Desde la casa
A partir de ese momento, comenzó a ejercer su trabajo de manera telemática desde su hogar, lo que le permitió reencontrarse con su amada hija.
"En mis funciones es imposible hacer teletrabajo, ya que yo me desempeño en la atención de pacientes. Entonces, como no existe esa posibilidad, actualmente estoy haciendo cursos de forma online", agrega.
Volver a verse
Nicole reconoce que volver a vivir con su hija significó un nuevo impulso para su vida y también para su salud mental. "Desde agosto que estamos juntos otra vez con mi pareja y nuestra hija. Siento que ha sido una muy buena oportunidad, sobre todo para que en el momento en que tenga que retomar mis funciones, esté más recargada de energía", sostiene.
-¿Qué sintió cuando volvió a reencontrarse con su hija?
-Me sentía yo otra vez y veía que para ella también era distinto, porque podíamos volver a estar juntos. Tomábamos precauciones, por supuesto, y eso nos ha llevado a que no nos hemos contagiado, que siempre es el mayor miedo.
El regalo
Mientras estaba con teletrabajo y al cuidado de su hija en su casa de El Trigal, la cuñada de Nicole le regaló un pack de cremas de cosmética natural.
Ella no usaba ese tipo de artículos. De hecho, apenas sabía para qué servía cada una de las cosas que le habían regalado. Y se dio cuenta que mucha gente estaba en su misma circunstancia.
"Me acuerdo que el regaló me encantó, pese a que no sabía usarlo, porque se notaba que estaba hecho con mucho cariño y con muchos productos naturales, entonces era algo súper puro. Me internalicé en el este mundo del cuidado facial, para saber más sobre lo que me estaba poniendo en el rostro", asegura Nicole.
El obsequio de su cuñada también provocó que volviera a surgir una idea que la profesional tenía hace algunos años: siempre quiso tener un proyecto que le permitiera generar otros ingresos, pero todas las áreas en las que intentaba incursionar, no la llenaban.
"A medida que iba aprendiendo a usar lo que me habían regalado y como me gustó tanto, pensé que quizás yo también podía hacer algo así y vender cosmética natural. Si a mí, que no sabía nada, me había gustado, quizás a otra gente le podía pasar lo mismo", revela acerca de su reflexión inicial.
-¿Cuándo concretó el proyecto?
-Fue en diciembre. Tenía unos ahorros y busqué un distribuidor después de harta investigación. De hecho, los productos que vendo son de la misma tienda que me regaló mi cuñada.
Yo misma
Poco a poco se convirtió en una emprendedora y gracias a los talleres que ofrece la empresa proveedora de los productos, ha podido capacitarse en el tema de la cosmética natural.
"Tuve que aprender de todo y así puedo ir ayudando a la gente cuando tiene dudas. Una de las cosas que busco es generar el menor impacto medioambiental posible y también he comenzado a elaborar yo misma algunos productos", explica.
-¿Como cuáles?
-Hago bombas de baño, que se lanzan al agua, hacen espuma y dejan la tina con color. También elaboro una línea de cremas antiedad y otra para los ojos.
Para darle un plus a su negocio, Nicole cuenta que "entrego los productos en bolsas de género que confecciono yo misma para que la gente las pueda reutilizar y evitar la contaminación".
La sanantonina bautizó su tienda como Bubble Shop, que se ha convertido en un emprendimiento familiar ya que su hija y su pareja también ayudan en la producción, etiquetado y entrega de los cosméticos.
"Ahora mi hija empezó el año escolar y en las tardes paso todo el tiempo con ella para que esté atenta a las clases online. Por lo mismo, tengo que organizarme con la casa, la producción, afinar detalles y estar atenta a los cuidados que ella pueda requerir", asevera.
-¿Ahora su rutina diaria está basada en el emprendimiento y en el cuidado de su hija?
-Podríamos decir que en gran medida. Por lo mismo es tan importante para mí la ayuda que mi pareja y mi hija me dan. Pegan las etiquetas, él les da los últimos toques de edición y además hace las entregas a domicilio, aunque igual la gente puede retirar en mi casa o nos juntamos en algún lugar, pero siento que todo funciona de lo mejor.
"Como mi hija es pequeña y al principio se decía mucho que el coronavirus era más riesgoso en los niños, no me quería arriesgar",
Nicole Quijada
"Una de las cosas que busco es generar el menor impacto medioambiental posible y también he comenzado a elaborar yo misma algunos productos".
"Hago bombas de baño, que se lanzan al agua, hacen espuma y dejan la tina con color. También elaboro una línea de cremas antiedad y otra para los ojos".