Quisqueño le ganó al destino: es campeón nacional de parasurf
Paul Cabrera perdió el 91 por ciento de su visión en un grave accidente que cambió su vida para siempre.
La Navidad de 2010, Paul Cabrera Contreras caminaba tranquilamente hasta el negocio que su familia tenía en la comuna de Recoleta, en la Región Metropolitana.
Según su relato y los vagos recuerdos que mantiene de esa noche, "una bala loca me dio en la cabeza y el disparo me hizo perder mi ojo izquierdo por completo y me dañó el nervio óptico de mi ojo derecho. Ahora solo veo bultos".
Por mucho tiempo decidió no hablar del accidente que cambió su vida por completo. No era un tema fácil ya que tanto él como su familia tuvieron que aprender a lidiar con esta nueva realidad.
"Esto cambio mi vida completamente. Tuve que aprender a vivir de nuevo. Yo era un hombre sano que hacía sus cosas pero de repente no me quedó más que empezar a pedir ayuda porque además de quedar sin visión también perdí el olfato", relató.
"En mi vida hay un antes y después. Me di cuenta que el mundo no se detiene por ti, tienes que seguir dándole nomás. Además siempre hay gente que está peor que uno. Afortunadamente tengo una familia bacán. Mi esposa y mi hija me apañan en todo", agregó.
Surf
Años después y en busca de un mejor horizonte para sus seres queridos decidió trasladarse hasta la comuna de El Quisco. A los pocos meses se integró a un taller de deporte adaptado que impulsaba el municipio.
"Allí compartía con chicos con Síndrome de Down y con distintas discapacidades. Habían tres profes, y uno de ellos que actualmente es mi coach, me preguntó si sabía nadar, le dije que sí. Me contó que era profe de surf, que tenía una escuela y si quería participar en el surf adaptado. Le pregunté cuándo tenía que ir y desde ese momento nunca más he dejado de surfear", señaló.
Desde el accidente, este deportista de 34 años cambió su manera de enfrentar la vida. Su objetivo siempre fue recuperarse y dar vuelta la página para aprovechar cada momento.
"El que quiere puede. Eso lo metí en mi cabeza por eso cuando me propongo algo trato de hacerlo lo mejor posible. En mi vida apareció el surf y eso me cambió la vida porque esto es más que un deporte para mí", recalcó.
Apenas se paró en la tabla de surf, su entrenador Francisco Romero lo incentivó a competir. "De inmediato me puse a trabajar con un preparador físico en tierra y con mi coach en el agua. Hartos amigos también nos apañaron. Entrenábamos seis veces por semana y jornadas dobles".
En su primer torneo realizando en El Quisco, Paul obtuvo un tercer lugar que lo dejó muy motivado para seguir adelante.
En el 2018, y tras un año de preparación, viajó hasta Argentina para participar en su primer torneo internacional en la ciudad de Mar del Plata donde se quedó con el tercer puesto.
"Un año después obtuve el primer lugar en el campeonato nacional en El Quisco y ese mismo año revalidé mi título en Arica", detalló.
"Estos títulos fueron un regalo a mi vida, un regalo al esfuerzo porque me di cuenta que si uno quiere aprender algo no importa la dificultad. Yo me metí en la cabeza que puedo ser campeón, que puedo ser el mejor. Ahora estoy concentrado en ser campeón del mundo", añadió.
Parasurf
Paul explicó que actualmente el surf adaptado es llamado parasurf y que se divide en siete categorías. "Según cada discapacidad es cada categoría. Yo estoy en AS VI para atletas con impedimento visual. En esta soy campeón de Chile".
"En el 2019 viajé de nuevo a Argentina y a nivel sudamericano logramos el segundo lugar", agregó.
Por mucho tiempo, Paul se dedicó ciento por ciento a la preparación de lo que sería su participación en el torneo de San Diego, en California, Estados Unidos. Producto de la pandemia el campeonato mundial tuvo que ser suspendido.
"Por el covid se ha congelado todo, pero estoy mentalizado en que se dará de nuevo la oportunidad. El torneo iba a desarrollarse en marzo del año pasado y estaba todo listo para viajar pero no se pudo. La vida me enseñó a vivir todo más tranquilo así que pensé "por algo pasan las cosas entonces será para la próxima oportunidad además que nunca he dejado de entrenar"
Trabajo
En el verano de 2019, Paul se integró al Departamento de Inclusión del municipio quisqueño como monitor. Su labor era ayudar a las personas con discapacidad o adultos mayores a meterse al agua en la playa inclusiva habilitada en la comuna.
"Esa oportunidad me abrió las puertas laboralmente porque antes no trabajaba. Vivía con la pensión y gracias a la ayuda de mis padres. Con Rodrigo Galaz teníamos un taller de deporte adaptado y ahora soy tallerista en la oficina de Inclusión del municipio", comentó.
Junto a su preparador físico fueron parte de los cursos dictados por el Comité Olímpico y hoy está certificado como instructor deportivo.
"Este curso está sirviéndome mucho ahora con los niños que voy a trabajar este año. Con ellos podré poner en práctica todo lo que aprendí. Además en las tardes vamos, de manera voluntaria, a la aldea de niños de Punta de Tralca a enseñarles todo lo que hemos aprendido. Vamos con mi coach con las tablas, con los trajes dos veces a la semana. En este lugar falta mucho cariño", recalcó y luego agregó que "los niños de la aldea son mis amigos y quiero que sepan que a donde voy me acuerdo mucho de ellos".
"Estos títulos fueron un regalo a mi vida (...) me di cuenta que si uno quiere aprender algo no importa la dificultad. Yo me metí en la cabeza que puedo ser campeón",
Paul Cabrera