Después de trabajar en casa, ¿qué viene?
solmáforo
Los rayos ultravioleta son tremendamente perjudiciales para la piel de las personas, especialmente para las de tez clara. Por eso se recomienda usar un protector factor 50. Lo bueno es que por estos días la radiación es muy baja, como lo demuestra este solmáforo de la playa de Santo Domingo.
La pandemia nos hizo replantearnos la forma en la que trabajamos, había una costumbre, una forma clara de cómo hacerlo. Pero en marzo del año pasado todo cambió, y las empresas tuvieron que adoptar el teletrabajo. A un año de que muchas personas se han mantenido en esta modalidad, da para pensar, ¿por qué no hacerlo también en otro país, si solo necesito internet?
Gracias a la globalización es factible que podamos trabajar desde otro país, y así lo demostró un estudio de Boston Consulting Group y The Network en colaboración con Laborum.com, en una encuesta que se aplicó a 190 países con un monitoreo del año 2018 al 2020 perfilando las preferencias y posibilidades de movilidad en el mundo laboral.
El 2020 en el caso de los trabajadores chilenos el 75% se mostró dispuesto a trabajar remotamente para un empleador en otro país, siendo mayor al porcentaje global de un 57% y escogiendo a Estados Unidos como el destino favorito, seguido por Canadá.
Esto nos demuestra un cambio de paradigma, una nueva forma de ver el mundo laboral en que las empresas deberán tomar en cuenta esta tendencia, porque con el avance tecnológico, cada vez serán más las opciones que tendrán los trabajadores y las trabajadoras para encontrar el camino más óptimo, pudiendo optar a más trabajos que les permitan sentirse felices y realizados. La opción ya está en la mente de las personas y en unos años más, seguramente veremos el impacto de este cambio en el paradigma.
María Jesús García-Huidobro
Gerente de marketing
Laborum.com
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La pregunta de la semana
Mario Pueller: el fotógrafo poeta
por Ernesto Guajardo, director RIL Valparaíso.
A inicios del siglo XXI, caminando por Isla Negra, me encontré con Mario Pueller Moreno. Con su habitual amabilidad regaló su libro Para no olvidar, un conjunto de poemas en un volumen de casi 150 páginas. Un libro dificilísimo de encontrar: esta segunda edición, realizada en 2004, fue solo de 50 ejemplares. El encuentro fue en verano de ese mismo año, posiblemente en febrero: entre las páginas del libro se encuentra aún la invitación a su presentación que hacía la Agrupación de Artesanos Amigos de don Pablo para el día 14 de febrero. Como poetas invitados se mencionaba a Edmundo Herrera, Perla Vallejos, Marcela Silva. También se contaría con música en vivo. La cita era en la Plaza de Artesanos Eladio Sobrino.
El prólogo es de Luis Weinstein -sobre quien habrá que hablar en otra ocasión, por cierto-, y nos deja dicho que, entre otros aspectos, en los versos de Pueller se encuentra una "sensibilidad destilada, proyectada, en protesta ética y estética por la degradación de su comuna balneario, que va perdiendo el verde de sus bosques, el amor de sus silencios, el lenguaje puro del mar, la intimidad de sus residentes". Para quienes hemos vivido nuestra infancia en El Quisco, y retornamos con frecuencia al lar, sabemos perfectamente de qué se está hablando.
Mario Pueller Moreno nació en 1933, en Santiago. Un largo periplo, signado por el oficio de su padre, fotógrafo minutero o de cajón, lo llevaron por diversas geografías. En la década de 1960 decide radicarse en El Quisco, en donde continuó con su trabajo. Los Pueller constituyen un apellido que integra la historia de la fotografía en Chile. Así queda registrado en el libro Fotógrafos en Chile 1900-1950: historia de la fotografía, de Hernán Rodríguez Villegas. José Ángel Pueller inició la tradición, la cual fue seguida por sus hijos Ángel, Gustavo, Mario y Yolanda, quien también vive en El Quisco.
El fotógrafo poeta integró también el Taller de Cuento y Poesía "Al Este del Paraíso", y ha sido un protagonista activo de la vida cultural de El Quisco y el Litoral Central. Lo encontramos incluido en el libro Poesías y cuentos cerca del mar "Enlace": homenaje a los 50 años de El Quisco 2006, edición a cargo de Enrique Garcés Correa.
Mientras preparábamos estas líneas, nos enteramos que Mario Pueller también ha publicado una novela, el año 2012: De fogoneo a fotógrafo minutero. La tarea ahora, no menor, es poder encontrarla. Porque estos libros tienen, también, algo de fantasmagóricos y los buscamos como el rayo verde.
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