El amargo lamento de una conocida peluquera: "No nos dejan trabajar"
Iris del Carmen Ramírez Maldonado (65) llamó a las autoridades a permitir la reapertura de sus locales.
Para Iris del Carmen Ramírez Maldonado (65), la pandemia del coronavirus tiene un solo nombre: tragedia. Y tiene sus razones para asegurarlo. La emergencia sanitaria la ha privado de ejercer su gran profesión y pasión: la peluquería.
El retroceso de la comuna de San Antonio a la fase 1 y el aumento de las restricciones la han obligado a mantener cerrado su pequeño salón de belleza ubicado en la calle Lauro Barros 69, local 5, en pleno centro de San Antonio.
La trabajadora dice que las prohibiciones la han afectado no solo a ella, sino también a muchas personas que ejercen el mismo rubro y que han tenido que hacer peripecias para subsistir en estos turbulentos tiempos.
"Esta pandemia nos está golpeando a todas las que nos dedicamos a la peluquería. Es nuestra única fuente laboral. Muchas peluqueras somos jefas de hogar que no recibimos ningún tipo de beneficios. Al final nos sentimos muy abandonadas por las autoridades porque no podemos trabajar y debemos seguir pagando cuentas, arriendo y varias otras cosas", comenta la mujer sobre la difícil situación que enfrentan.
Sin ayuda
Iris Ramírez continúa su relato explicando que "nosotras no podemos postular a programas de ayuda o fondos solidarios porque somos contribuyentes de segunda categoría. Los dueños de los locales no entienden que si estamos en cuarentena, no ganamos absolutamente nada y no podemos pagar los arriendos que nos cobran".
-¿Hace cuánto tiempo que se dedica a la peluquería?
-Yo llevo 40 años trabajando como peluquera en San Antonio, pero desgraciadamente, desde que comenzó la cuarentena no he podido abrir mi negocio.
La peluquera insiste en el tema de la falta de ayuda estatal a su gremio. "En mi caso yo no he recibido ayuda de nadie. Cuando vino el verano pensé que la situación iba a cambiar, pero desgraciadamente no fue así, ya que primero pasamos de Preparación a Transición y después quedamos en Cuarentena. Al final fue poco lo que se pudo trabajar. Por eso le digo que esto ha sido un completo desastre".
"Algunas compañeras han tenido que trasladar la peluquería a sus propias casas porque deben subsistir con lo que pueden. Otras trabajan a domicilio o haciendo delivery, poniendo en riesgo su propia salud, ya que como no poseen movilización propia deben salir a buscar transporte, arriesgándose a contagiarse. Al final, las autoridades no ven que detrás de cada una de nosotras hay un ser humano que se esfuerza al máximo", reflexiona.
-¿En su caso cómo ha estado la situación?
-Gracias a Dios no me ha faltado nada, pero ya no tengo de dónde más sacar. Mi hijo no ha podido seguir estudiando debido a esta situación. Entonces, uno se pregunta cómo es que vamos a salir adelante si no se puede trabajar.
"Yo no estoy pidiendo dinero ni nada de esa índole. Lo que yo quiero es que por favor nos autoricen para trabajar. Eso es lo que le solicito al Gobierno, que se ponga la mano en el corazón y conozca también esta realidad. Nosotros podemos tomar todas las medidas sanitarias mientras trabajamos. No podemos dejar esto de lado porque es nuestra fuente para subsistir", expresa Iris sin resignarse a estar de brazos cruzados en su casa.
La mujer comentó además que "si bien expongo mi situación, también hay que entender que hay otras colegas que deben estar pasando una realidad igual o quizás más compleja. Por eso es que creo que hablo por todas al decir que necesitamos abrir nuestros locales. Solamente eso pedimos".
"Esta pandemia nos está golpeando a todas las que nos dedicamos a la peluquería. Es nuestra única fuente laboral".
"Algunas compañeras han tenido que trasladar la peluquería a sus propias casas porque deben subsistir con lo que pueden".