Viuda del poeta Jonás reclama abandono
Por un difícil momento atraviesa la compañera de ruta de Jaime Gómez Rogers (Jonás), destacado poeta que realizó gran parte de su vida y obra en la comuna de El Tabo.
Vania Escobar, actual vecina de Punta de Tralca, está pasando por una delicada situación de salud que le impide efectuar tareas domésticas cotidianas. "Tengo una artrosis muy avanzada, lo que me tiene fuera de circulación, porque me limita el movimiento. Los médicos me han dicho que esto no tiene remedio", cuenta con desesperanza.
La viuda de Jonás reclama que "la ayuda desde el centro asistencial (consultorio) de El Tabo es nula. Mi impresión es que no hay una política frente a esta enfermedad, porque no soy la única persona de edad que pasa por una situación como esta", comenta Vania a través del teléfono.
Donde sí ha encontrado apoyo es en El Quisco, algo que parece contradictorio considerando que la vida y obra del poeta se fraguaron en El Tabo. Su obra "Raíces tabinas" (1993) sirve para entender la relevancia de la figura literaria de Jonás.
Su viuda clama por una mayor preocupación por su estado de salud: "En la mañana alguien viene a darme una mano de El Quisco a través de la Casa del Adulto Mayor. Este programa de cuidadoras me ha sido de gran ayuda para realizar algún trámite o simplemente conversar. Ahora las visitas son dos veces a la semana y la verdad es que yo no puedo estar sola. Al parecer en El Tabo no existe nada de esto", manifiesta.
El inicio de la dolencia comenzó en 2012. Desde ese momento su artrosis de cadera empezó su cruel avance y ya en 2018 la dejó con movilidad reducida.
"Con Jonás vivíamos solos. Después de que él falleció en 2005, yo seguí viviendo sola sin ningún problema porque siempre he sido totalmente independiente. Podaba mi jardín que me mantenía activa, pero lamentablemente las amistades más cercanas han fallecido", lamenta Vania Escobar, quien agradece la ayuda que ha recibida de parte de sus vecinos y seguidores del trabajo literario de Jonás en medio de este drama económico y de salud que sufre.
La mujer recibe una pensión de 220 mil que apenas le alcanza para cubrir sus necesidades básicas. De ahí la importancia de que pueda recibir un mayor apoyo, especialmente para afrontar las complicaciones de su enfermedad que sigue avanzando sin piedad.