Comerciante cartagenina cumplió sus sueños a punta de esfuerzo y trabajo
Adela Córdova es propietaria de una residencial y restaurante en Playa Grande, y en la actualidad es la presidenta de la Cámara de Comercio de Cartagena.
Desde muy pequeña Adela Córdova estuvo ligada a su querida Cartagena Por eso apenas tuvo la oportunidad de emprender y de comenzar de cero escogió al balneario como testigo directo de sus logros y esfuerzo.
"Viví varios años con mi hija en el restaurante Kena hasta que me divorcié. De ahí me cambié a la casa del padre Renato Guerra y desde hace diez años que soy independiente", contó.
Cuando tenía 17 años Adela comenzó a trabajar en el restaurante de su cuñada. Ahí aprendió rápido el tejemaneje del negocio y la posibilidad de tener su propio local de comida era una idea que iba tomando cada vez más fuerza.
"Hacía la caja, trabajaba de garzona, de maestra de cocina o de ayudante. Como era un negocio familiar les ayudaba en todo lo que podía. Con ellos aprendí a trabajar en el rubro", relató.
En San Antonio estudió Técnico Jurídico, pero viajaba todos los fines de semana a Cartagena para colaborar en el negocio familiar.
"Cuando me divorcié en el 2011 me vine de forma definitiva a Cartagena. Mi idea era buscar una propiedad que, además de vivir en ella, me permitiera tener un trabajo. Cuando me dieron el dato de arriendo de la casa del padre Renato no me entusiasmé mucho porque el lugar funcionaba como residencial y mi sueño era tener un restaurante", confesó.
Tras varias conversaciones con el sacerdote a cargo de la vivienda, Adela se convirtió en la nueva moradora del inmueble de calle Los Suspiros, en Playa Grande. "Cuando entré vi que la casa era vieja (ríe) y había que hacerle un montón de arreglos, pero yo dije "no importa, yo la arreglo", recordó.
Residencial
Sacar adelante la residencial no fue fácil. "Nunca había tenido una residencial así que tuve que captar clientes. El primer año fue terrible, trabajé harto pero gracias al Señor me fue bien y pude invertir. Puse un local de comida rápida para mi hija aunque yo seguía con la idea de abrir un restaurante", explicó.
Un día llegó hasta la residencial el religioso dueño de la propiedad. Quería conversar con Adela. "Cuando lo vi pensé que me iba a pedir la casa pero él sabía de mi sueño así que ese día me autorizó para poner mi restaurante. Aunque no tenía nada para hacerlo yo estaba feliz".
Fue así como en el 2014 Adela inauguró su restaurante "Santa María y Fe", nombre escogido para homenajear a su madre.
Dirigente
Con el objetivo de seguir aprendiendo, la locataria comenzó a participar en reuniones con Sercotec pero para ser parte de este organismo estatal necesitaba ser socia de la Cámara de Comercio de Cartagena.
"En la comuna la cámara de comercio estaba silenciada, la gente había perdido la confianza, pero yo necesitaba participar en Sercotec por los proyectos y cursos que ofrecían. Finalmente logré hacerme socia de la cámara", indicó.
El verano de 2019 fue uno de los más duros para todos quienes viven del turismo en Cartagena. Las marejadas causaron estragos en las playas de balneario, situación que ahuyentó a los turistas. A eso se sumaron los trabajos de remodelación que se llevaron a cabo en la plaza de Armas.
"Hubo mucha preocupación entre los comerciantes porque no había gente. Eran las dos de la tarde y no andaba nadie. Con un grupo de locatarios comenzamos a juntarnos. Fuimos a un concejo municipal, fui la vocera y hablé con el alcalde para pedirle que invitara, a través de la prensa, a los turistas a Cartagena. El fin de semana estaba lleno", afirmó.
El trabajo en conjunto comenzó a rendir sus primeros frutos en la agrupación, pero llegó el estallido social. "Nos reunimos unos cincuenta socios. Creamos un plan de trabajo y habilitamos un WhatsApp para poder comunicarnos. También quedamos de acuerdo con levantar la cámara de comercio pero vino la pandemia. A pesar de eso llamamos uno por uno a los trescientos socios que teníamos en las listas para contarles sobre las ganas que teníamos de reactivar la cámara. Los comerciantes estaban desesperados porque sus negocios estaban cerrados y la mayoría aceptó", explicó.
Luego agregó que "empezamos a generar reuniones por Zoom con los socios, nos contactamos con la confederación. Por tres meses acepté liderar la cámara pero después vinieron las elecciones y fui escogida como la presidenta de la cámara por dos años más".
Con la directiva formó "un equipo extraordinario. Todos han aportado un granito de arena. Logramos llegar al municipio para trabajar en conjunto y erradicar el comercio ambulante en Playa Grande. También nos reunirnos con ministros, con personal de la PDI y de Carabineros. Hemos conseguido muchas cosas en este poco tiempo".
Logros
Adela mira con orgullo todo lo obtenido hasta ahora. Tras su divorcio tuvo que comenzar de cero ya que en su poder solo "tenía una maleta con ilusiones".
"Yo llegué solo con ilusiones, pero gracias a mi trabajo y esfuerzo he logrado muchas cosas que hoy me tienen muy feliz. Mi familia y mi hija me apoyan al igual que mi pareja. Hoy me siento una mujer agradecida de la vida. Jamás pensé en tener una residencial, un restaurante y menos ser la presidenta de la Cámara de Comercio de Cartagena", recalcó.