EE.UU., ONU y UE defienden protestas en Cuba y piden oír las demandas
Presidente Díaz-Canel acusó a Washington de instigar "estallidos sociales" en la isla.
Agencia EFE / L. R. C.
Por separado, Estados Unidos y la Unión Europea llamaron al gobierno cubano a no reprimir las protestas iniciadas el fin de semana, las más intensas en la isla desde la década de los '90, y pidieron atender las demandas de los manifestantes, entre las que se cuentan mayor apertura, libertades individuales y mejoras en las condiciones de vida del país, que por segundo día consecutivo estaba sin servicio de conexión a internet.
"El pueblo cubano está ejerciendo con valentía derechos fundamentales y universales", indicó el presidente estadounidense Joe Biden en un comunicado.
"Estados Unidos llama al régimen cubano a escuchar a su pueblo y servir a sus necesidades en este momento clave en lugar de enriquecerse a sí mismo", añadió.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, coincidió con Biden. "Quiero pedir al Gobierno que permita estas manifestaciones pacíficas y escuche las manifestaciones de descontento de los manifestantes", afirmó durante una rueda de prensa.
Las protestas se produjeron en un momento en que Cuba vive escasez de productos básicos, alimentos y medicinas, cortes habituales de electricidad en algunas regiones y la generalización de tiendas de pago exclusivo con divisas, todo en medio de un endurecimiento de las sanciones estadounidenses.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel negó que sus fuerzas hayan reprimido a los manifestantes, aunque el domingo llamó a sus adherentes a salir a las calles defender al régimen.
El líder comunista aseguró que su gobierno está tratando de sortear las dificultades "ante una política de asfixia económica para provocar estallidos sociales en el país", de lo que responsabilizó a EE.UU.
Rusia rechazó todo intento "de injerencia externa" en la isla y el presidente de Bolivia, Luis Arce, expresó su "respaldo" al "pueblo cubano" que "lucha en contra de las acciones desestabilizadoras".
En cambio, Amnistía condenó la "retórica inflamatoria de guerra" del presidente Díaz-Canel; y la ONU indicó que está "vigilando lo que ocurre y (...) queremos asegurarnos de que los derechos básicos de la gente, especialmente la libertad de expresión y la libertad de asamblea pacífica, sean respetados".