La sanantonina que motiva a las mujeres para que emprendan
Tras una separación, Alison Román comenzó a realizar alisados de keratina para sacar adelante a sus dos hijas. Gracias a su esfuerzo, se llevó a toda su familia a la capital y hoy tiene su propia empresa de productos de belleza.
Alison Román Valdés, una sanantonina oriunda de Barrancas, confiesa que durante sus 34 años de vida ha debido sortear distintas dificultades y obstáculos para salir adelante. Y cree que su experiencia y vivencias les pueden servir a otras mujeres para que hagan lo mismo que ella: emprender de manera independiente.
"Al principio uno piensa que cuando las cosas están saliendo bien, todo seguirá así, pero hay que enfrentarse a desafíos y, además, ser responsable cuando uno quiere hacer un cambio en su vida", asegura.
Estudiar
Alison nació y creció junto a sus padres y sus dos hermanas menores en la casa de su familia en Barrancas, en la comuna de San Antonio. Estudió técnico en enfermería, pero nunca ejerció porque al final se dio cuenta que no era para ella.
"No podía enfrentarme a la gente cuando estaba pasando por un mal momento o cuando tenía que atender a alguien, porque en un abrir y cerrar de ojos me daba una crisis de pánico o terminaba llorando. Sentía que yo no era compatible con la carrera", expone.
-¿Y por qué decidió estudiar esa profesión?
-Yo creo que lo hice más por el resto que por mí. Mi mamá es técnica en enfermería en el hospital de San Antonio y ella quería que su hija se convirtiera en profesional y pensaba que esta podía ser una buena alternativa.
-¿Se arrepiente?
-No, porque de todos modos me fui después dedicando a otra cosa, pese a que había estudiado. No siento que la carrera me haya quitado años importantes de mi vida. Tengo una profesión, pero quizás no estoy hecha para ella.
Efectivamente, Alison sabía que su futuro no iba por el lado de la salud, sino más bien de los negocios, un área que siempre la ha atraído. "Yo entiendo que mi mamá quería tener hijas profesionales para que nos superáramos a través de una carrera, pero yo siempre estuve destinada a los negocios, fue algo que siempre me gustó y que hice desde muy chica. Tenía 14 años, estaba en el colegio y ya vendía algunas cosas".
-¿Le hubiera gustado estudiar algo relacionado con ventas o administración de empresas?
-La verdad no soy de esas personas que se ven estudiando alguna profesión en específico. Yo más que nada soy de esas personas que se ven haciendo las cosas que le gustan y, afortunadamente, después de varios años de intentarlo, me funcionó, pero también pudo no pasar.
Maternidad y conflictos
Actualmente, Alison está radicada en la capital, específicamente en la comuna de San Bernardo, donde se llevó a vivir a toda su familia que estaba en San Antonio.
Esta emprendedora es madre de dos hijas, Sofía (16) y Colomba (9), que fueron quienes motivaron los grandes cambios de su vida, los mismos que ahora transmite a otras mujeres para decirles que todas puedan alcanzar el éxito.
"En el 2016 decidí irme a Santiago, junto al papá de Colomba, porque él era de allá. Después de algunos meses, las cosas se complicaron y tuvimos una ruptura, por lo que me quedé en la calle por decirlo de alguna forma", confiesa.
-¿Tuvo que volver a San Antonio?
-No. Me acuerdo que una vecina me acogió y le pedí que me diera una semana para salir de su casa y no molestarla. Mi mamá me dijo que le fuera a dejar a las niñas a San Antonio hasta que yo me pudiera establecer, pero esa no era una posibilidad para mí.
"Le dije a mi mamá que por ningún motivo le daría la responsabilidad a ella de algo que me tenía que hacer cargo yo. No quería tampoco que las niñas pensaran que yo las había dejado o algo parecido. Ahora agradezco haberlas tenido conmigo siempre", comenta.
-¿Qué hizo entonces para salir adelante?
-Yo había hecho justo un curso de alisados de keratina, que son permanentes en el pelo. Justo en esa época había como un boom por los alisados, entonces cobraba relativamente barato y atendía en el patio de mi vecina. Todos los días estaba lleno y las clientas hacían fila para atenderse.
Independiente
Al cabo de dos semanas trabajando en el patio de su vecina, reunió el dinero necesario para arrendar una casa. Habilitó el living como su salón, y en una pieza vivía con sus dos hijas.
"Me acuerdo que podía empezar a trabajar a las 8 de la mañana y no parar hasta cerca de la medianoche. Era harto el sacrificio, pero así fue como comencé a fortalecerme. Al poco tiempo, el mismo dueño de la casa que arrendaba me contó que tenía un local disponible para que lo convirtiera en peluquería", recuerda.
Al principio tuvo dudas, pero aceptó el desafío y abrió el salón de belleza. Al poco tiempo, tenía a cinco personas haciendo alisados permanentes.
Ella no se conformó y quiso ir por más. Su siguiente paso fue apuntar a la venta de productos capilares, lo que se sumaría a las clases de alisado que ya estaba dictando en ese instante.
"Estudié harto y creé Beauty Bless, que es mi empresa en la que ofrezco productos de cuidado capilar, con certificación del Instituto de Salud Pública (ISP). Ese fue uno de mis mayores logros y fue lo que me llevó a armar una red de emprendedoras finalmente", cuenta con alegría.
-¿Cómo fue eso?
-Yo había comenzado con los alisados porque estaba sola con mis hija, y en el camino me di cuenta que había muchas mujeres que no sabían qué hacer, porque estaban sufriendo violencia, pero no tenían cómo sustentarse para dejar a sus parejas.
"Ahora vendo productos al por mayor y ellas son vendedoras certificadas y pueden generar ingresos, a través de productos seguros y de calidad. Pero también se van dando cuenta de que son capaces de salir adelante y hacer cosas por ellas mismas, sin depender de alguien más", sostiene.
Los tropiezos
Poco a poco Alison fue llevando a su familia a vivir con ella a Santiago. Primero lo hicieron sus hermanas, Harriett y Ariasne, y luego sus padres.
Sus dos hermanas, además, no solo se convirtieron en sus colegas de trabajo, sino que además la ayudaron en el crecimiento de su empresa de productos de belleza.
"Les estaba dando la vida que se merecen y ofreciéndoles a mis papás los lujos que quizás en algún momento no se dieron porque la situación económica no siempre acompaña y eso es súper entendible", reconoce.
-¿Es mucha responsabilidad manejar un negocio como el suyo?
-En todo este camino mucha responsabilidad ha recaído en mí y eso se entiende, porque este es mi negocio y también porque me hice cargo de muchas cosas. Mi mamá continúa viajando y trabajando en San Antonio, porque esa es su vida, pero sin ella no sé qué haría.
Dolor
En cuanto a estas mismas responsabilidades, llegó un momento en que las preocupaciones y frustraciones le pasaron la cuenta.
El golpe más duro, revela, ocurrió en septiembre de 2020, cuando su hermana Ariasne se quitó la vida. "Fue algo de un día para otro. Ella hace años venía arrastrando una depresión y yo quise sacarla de San Antonio, pero no tenía la forma... quizás lo hice muy tarde".
-¿Cómo la afectó a usted la partida de su hermana?
-En ese momento pensé que no podría seguir adelante. Me había esmerado por darle lo mejor a todos y aún así había perdido a mi hermana. Después me mentalicé en que ella hubiese querido que siguiera. Y ahí impulsé una línea de labiales, un proyecto que habíamos pensado entre ambas.
Hasta hoy Alison continúa incentivando y motivando a muchas mujeres de todo el país, sobre todo de San Antonio, a atreverse a emprender como ella, que además sumó una línea de ropa a su negocio.
"Siempre estuve destinada a los negocios, fue algo que siempre me gustó y que hice desde muy chica. Tenía 14 años, estaba en el colegio y ya vendía algunas cosas",
Alison Román
"Me acuerdo que podía empezar a trabajar a las 8 de la mañana y no parar hasta cerca de la medianoche. Era harto el sacrificio, pero así fue como comencé a fortalecerme",
Alison Román
"Estudié harto y creé Beauty Bless, que es mi empresa en la que ofrezco productos de cuidado capilar, con certificación del Instituto de Salud Pública (ISP)",
Alison Román