El sanantonino que triunfa entrenando a promesas del kickboxing en EE.UU.
En 1991, con solo 21 años, Dago Vega emigró a Nueva York buscando mejores oportunidades en esta disciplina, sin embargo, un accidente lo dejó fuera de los combates. Actualmente, prepara a otros chilenos que tienen su mismo sueño.
Hace 30 años era muy extraño ver en San Antonio a alguien que se dedicara al kickboxing, un arte marcial que combina golpes de manos y pies, y que comenzó a ganar terreno en la década del '70 en Japón y Estados Unidos.
Una de esas "rarezas" era Dago Vega Vargas, quien a fines de los '80 y principios de los '90 era uno de los pocos sanantoninos interesados en practicar esta disciplina en la zona.
En 1991, con solo 21 años, Dago tomó una decisión que terminaría marcando el rumbo de vida: hizo sus maletas y partió en busca del sueño americano. Se instaló en Estados Unidos con la ilusión de abrirse paso en el mundo del kickboxing.
"Me di cuenta de que si quería hacer una carrera en esta disciplina y dedicarme a ella de forma profesional, iba a tener que dejar mi puerto querido. Patrocinios apenas había y las oportunidades para mejorar tampoco eran las mejores", cuenta Vega a través de un contacto telefónico desde Nueva York, donde está radicado hace 30 años.
-¿Fue un riesgo grande dejar el país y a la familia a esa edad?
-A esa edad, claro que es un riesgo. Después yo hice mi vida acá en los Estados Unidos. Fue un riesgo que valió la pena, aunque la verdad es que me tuve que esforzar mucho, porque tampoco es como que puse un pie fuera de Chile y tuve todo en bandeja.
Su historia
Dago vive hoy en Long Island, una isla ubicada al suroeste del estado de Nueva York, donde con el paso de los años se ha desempeñado como competidor de kickboxing y actualmente como entrenador de la disciplina.
El kickboxing es un deporte de combate de origen japonés, que mezcla las técnicas de boxeo con las patadas de algunas artes marciales como el karate.
-¿Cómo llega a dedicarse a esta disciplina en San Antonio?
-Fui campeón nacional de fullcontact, como también se le llama al kickboxing, en Chile cerca del año 1987. Me había empezado a dedicar a esto porque lo descubrí y me causó curiosidad de alguna forma. Sin embargo, en Chile, y sobre todo en la provincia de San Antonio, no había mucho recursos para este deporte.
"Mi mayor patrocinador siempre fue mi madre, Verónica, pero tampoco podía estar siempre apoyándome. Por eso decidí que si quería seguir haciendo carrera iba a tener que ser en Estados Unidos, donde el kickboxing era una disciplina mucho más desarrollada", comenta.
-¿Y cómo se abrió paso en esta actividad en Norteamérica?, ¿fue muy complejo?
-La verdad es que un poco. Yo iba preparado para el entrenamiento, que fue lo que hice al llegar, y además tomaba clases. Acá la gente conoce muy poco de Chile y mucho menos de San Antonio. Lo asocian al San Antonio del estado de Texas.
Fuera de combate
En 2004, cuando llevaba 13 años de entrenamientos y peleas profesionales en Estados Unidos, Dago Vega sufrió un accidente que lo dejó fuera de las lonas de combate.
"Tuve un accidente que generó que perdiera el 80% de la visión de mi ojo izquierdo. Desde el principio los doctores me dijeron que no podría dedicarme más a esto, porque es algo que requiere de todos los sentidos puestos en un ciento por ciento", detalla este preparador físico de profesión.
-¿Pensó en volver a Chile ante ese panorama?
-Yo creo que cualquiera en mi lugar lo hubiera hecho. Pasé por una depresión bastante grande, porque había luchado mucho por mi sueño y ahora estaba de manos atadas sin saber cómo seguir, pero no pensé de inmediato en volver.
-¿Qué hizo entonces?
-Llegó un momento en que me tuve que conformar con que esta era mi nueva realidad y algo tendría que hacer. En ese instante mis cercanos y mis amistades me plantearon la idea de comenzar a entrenar a futuras promesas chilenas del kickboxing.
"Uno no se retira tan adulto de esta disciplina. A mí aún me quedaban unos años, por lo que se podría decir que no alcancé el punto máximo de mi carrera, pero son eventualidades de la vida que quedan fuera de nuestras manos", reflexiona.
Tratando de reponerse del accidente que lo dejó fuera de las competiciones y del cual no ahonda en más detalles, Dago comenzó a plantearse el desafío de entrenar a otros jóvenes chilenos que partían a Estados Unidos con el mismo sueño que él en sus maletas.
Propia academia
"No quedaba otra que entender que así era el panorama para mí desde ese momento. Ya no podría competir, pero sí tenía las habilidades necesarias para enseñar a otros. Además, tengo el plus de ser preparador físico y comencé mi academia", sostiene.
Desde que empezó su proyecto como entrenador, ha forjado una gran trayectoria en Nueva York. En cinco oportunidades ha llevado a sus peleadores a competiciones en el Madison Square Garden, uno de los escenarios deportivos más famosos de Estados Unidos.
"Hace seis años que soy el mánager y entrenador del campeón mundial de kickboxing y peleador de Glory Fight Series, el chileno Iván Galaz, con quien hemos trabajado en conjunto para preparar a otros jóvenes chilenos que quieren surgir en este deporte en Estados Unidos", cuenta.
-¿Qué es lo que más aporta esta disciplina?
-Este es un trabajo muy disciplinado, donde hay mucha honorabilidad. La gente piensa que tiene mucho de violencia, porque son peleas, pero en verdad es un trabajo para el que hay que entrenar mucho y crecer mucho como persona.
Chile al mundo
Dago Vega confiesa que en estos 30 años en Estados Unidos, en solo dos ocasiones ha vuelto a San Antonio para visitar a su familia. En ambas tuvo intenciones de quedarse, pero asegura que no su destino no está en Chile.
"Si bien ahora el kickboxing es algo más conocido, en general en nuestra provincia y en el país no están dadas todas las condiciones para los deportistas que quieren surgir y, por ende, tampoco existen posibilidades de desarrollo para los entrenadores", sentencia.
-¿Pasa lo mismo en todos los deportes?
-Por supuesto que no. Hoy gracias al gran compromiso de algunos deportistas y entrenadores tenemos representantes en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero en Chile existen muchos talentos que se pierden por falta de apoyo.
-¿Qué hubiese sido de su vida si se quedaba en Chile?
-Al kickboxing no me hubiera dedicado de forma profesional, porque me hubiera costado mucho más de lo que me costó. Ahora yo acá tengo a mis hijas, mi academia, los muchachos que entreno, mi mamá me visita, pero en San Antonio las cosas quizás no hubieran sido igual.
"Nunca me olvido de mi tierra, de mi gente, de mis vecinos de Villa Italia, porque esas personas fueron las que me vieron crecer como deportista y persona, y fueron los primeros que creyeron en el sueño que yo tenía y que siento que hasta el día de hoy estoy cumpliendo", puntualiza.
-¿Tiene algún plan para San Antonio?
-Eso siempre está. Pretendo ir este año y quizás organizar algún campeonato a nivel local y que jóvenes de esta u otra disciplina puedan conocerse, probarse e incluso darse cuenta de todas las capacidades que tienen.
"Me di cuenta de que si quería hacer una carrera en esta disciplina y dedicarme a ella de forma profesional, iba a tener que dejar mi puerto querido",
Dago Vega
"Tuve un accidente que generó que perdiera el 80% de la visión de mi ojo izquierdo. Desde el principio los doctores me dijeron que no podría dedicarme más a esto",
Dago Vega
"Hace seis años que soy el mánager y entrenador del campeón mundial de kickboxing y peleador de Glory Fight Series, el chileno Iván Galaz".