La lucha de una sanantonina por rescatar la cultura de los pueblos originarios
Desde el 2003 Sonia Huencho ha trabajado incansablemente por preservar sus raíces y por empoderar a los microempresarios indígenas de todo el litoral.
Cuando era muy pequeña, Sonia Huencho Vera sostuvo una conversación con su abuelo paterno. En ese entonces, debido a su corta edad, a ella no le hicieron mucho sentido las palabras que intentaba transmitirle su ser querido.
Pero años después, cuando se encontraba participando de una actividad organizada por la oficina de Asuntos Indígenas de San Antonio, se le vinieron a la cabeza aquellas frases que había escuchado en su niñez y todo le hizo sentido.
"Me contó su historia y todo lo que habían hecho con su mamá. Ese día me dijo: 'tú, algún día harás que tu pueblo se destaque y se visibilice, y hasta el último día de tu vida lo defenderás'. Lo escuché sin saber lo que él me quería decir, pero en una capacitación, ya en mi etapa adulta, descubrí esta raíz que me llenaba muchísimo y además me emociona", confiesa la presidenta del Consejo de Pueblos Originarios y secretaria de la Red de Microempresarios Indígenas de la provincia de San Antonio.
Incansable lucha
Desde ese momento, cuando las palabras de su abuelo se estructuraron como un rompecabezas en su mente, la dirigenta ha luchado incansablemente para que los pueblos indígenas sean reconocidos y valorados, especialmente en la provincia, donde han realizado un trabajo mancomunado entre varias organizaciones de distintos puntos del Litoral Central.
"Mi historia comienza en el 2003, cuando se empieza a hablar del tema indígena por intermedio de la oficina municipal de Asuntos Indígenas a cargo de Carolina Malgue. Ella nos invita a seminarios, a charlas y uno se va encantando y comprometiendo con el tema de la cultura. Comenzamos a formar organizaciones, después creamos la red de microempresarios y más adelante el Consejo de Pueblos Originarios", detalla.
"Comenzamos en el 2003 y ya estamos en el 2021, y sigo con este orgullo tan grande en mi corazón, viendo hechos concretos porque ahora las personas sí se identifican con su pueblo, sí se reconocen descendientes de los pueblos indígenas, lo que antes no ocurría", afirma.
Logros
Entre las metas que se propusieron Sonia Huencho y el resto de los dirigentes estaba la posibilidad de contar con un recinto donde pudieran desarrollar sus actividades y ceremonias.
En el 2009 participaron en los presupuestos participativos de la municipalidad y tras ganar una propuesta comunal, obtuvieron 55 millones "que nos sirvieron para construir la ruca grande y la ruca pequeña en el centro ceremonial (al interior de la población San Pedro de Llolleo). Después obtuvimos el comodato de ese espacio".
"En el 2013 construimos las rucas, pero antes fuimos posicionándonos del espacio, limpiándolo tanto físicamente como espiritualmente. Cuando hablamos de limpieza no se trata solo de barrer, hablamos de limpieza espiritual del espacio, porque antes ahí estaba la botonera (fábrica de botones) y había mucho dolor. Se hicieron muchas ceremonias espirituales para poder limpiar el recinto", añade.
Tras levantar su propio centro ceremonial, los dirigentes liderados por Sonia Huencho propiciaron la realización de diversos talleres y otras instancias de reunión, abiertas no solo a las comunidades indígenas de la provincia, sino que a todos los sanantoninos sin distinción de ningún tipo.
"Hacemos talleres de gastronomía, cestería, teñido de lana, de hierbas medicinales y de huertos, y ahora tenemos una olla común. Hemos ido creciendo, pero no hablo en el sentido del espacio, hablo de ir potenciando a los jóvenes de este saber indígena".
La bandera
Otro de los hitos que llena de orgullo a Sonia y a todas las comunidades indígenas del litoral tiene que ver con el izamiento de la bandera de los pueblos originarios los primeros días de junio. "Ese es nuestro orgullo porque San Antonio siempre ha ido adelante en el tema indígena a nivel provincial y nacional. La primera oficina de Asuntos Indígenas se abrió en San Antonio en 1999", rememora.
-¿Cree que a nivel general existe ahora más interés por conocer las culturas de los pueblos originarios?
-Para nosotras, las más viejitas, nuestro orgullo es haber logrado el interés de los jóvenes porque su participación es importantísima. Siento que se han abierto muchas puertas y ventanas en los últimos años gracias al trabajo de muchos dirigentes y personas que han luchado por rescatar el valor de nuestra cultura.
"Con el apoyo de otros dirigentes buscamos empoderar a las mujeres emprendedoras, ayudar a las artesanas, hacer capacitaciones, lograr proyectos a través de Fosis. Se abrieron los caminos para que ellas pudieran postular y salir adelante. También se capacitaron en el tema digital a través de la Conadi", informa.
Desafíos
Sonia no puede esconder su emoción cada vez que recuerda el difícil camino que les ha tocado recorrer en estos años de trabajo para visibilizar a los pueblos originarios.
"Me llena de orgullo ver a Elisa Loncón como presidenta en la Convención Constituyente, o ver a las artesanas empoderadas y capacitándose porque ahora pueden desarrollarse. Antes nadie decía que era aymara o diaguita porque éramos muy discriminadas y más siendo mujer. Desde el 2009 soy dirigenta del Consejo de Pueblos Originarios y haber logrado nuestro centro ceremonial con dos rucas, sala de reuniones, invernadero, un baño y cocina recién entregada, es un trabajo de las nueve organizaciones que forman el consejo", destaca.
La dirigenta espera que en un futuro no muy lejano los estudiantes chilenos puedan conocer la cultura indígena desde pequeños a través de una asignatura que se incorpore a la malla curricular, especialmente en "con los niños de prekínder y kínder".
"Me gustaría que les enseñaran sobre nuestra cosmovisión que habla del respeto hacia la naturaleza y hacia las personas mayores. También valora la salud, pero incorporada entre el cuerpo y el espíritu. Si la mente está bien, el cuerpo también, y ojalá que ya no dijeran 'existieron', sino que 'existen'", sentencia.
En septiembre se llevará a cabo una serie de talleres que se desarrollarán en el centro ceremonial ubicado en Llolleo. "Ahora vamos a abrir talleres de gastronomía, orfebrería, huerto y de lengua. La cestería era un arte que se estaba perdiendo, pero acá en San Antonio lo propusimos y lo rescatamos. Estamos felices de abrir el camino y ver el interés que existe por nuestra cultura. Debemos revitalizar nuestra lengua, el rescate del patrimonio cultural y de los oficios, y también nuestra manera de ver este mundo y el respeto que sentimos por la naturaleza", asegura.
"Ahora las personas sí se identifican con su pueblo, sí se reconocen descendientes de los pueblos indígenas, lo que antes no ocurría",
Sonia Huencho
"Ese (izamiento de la bandera de los pueblos originarios) es nuestro orgullo porque San Antonio siempre ha ido adelante en el tema indígena a nivel provincial y nacional".
"Hacemos talleres de gastronomía, cestería, teñido de lana, de hierbas medicinales y de huertos, y ahora tenemos una olla común",
Sonia Huencho